Desde la India - 1 [REPORTAJE]

De las veces que me he encontrado con Paco LĂłpez por la calle, siempre me ha pedido que le escriba para su revista. ¿Y por quĂ© no?, ya lo hice antes cuando estuve en Bosnia. Aprovechando que tengo la suerte de vivir integrado de alguna manera en la sociedad de este complejo paĂs que es la India, voy a intentar contar historias de la vida diaria y pensamientos que me surjan de este lugar.
No voy a descubrir nada nuevo. Hoy en dĂa queda ya poco por descubrir de este mundo y casi todo ya es conocido gracias a toda la informaciĂłn que ofrecen los medios de comunicaciĂłn, bibliografĂa, estudios..., etc. Sin embargo, creo que hay una diferencia entre conocer algo, una cultura en este caso, y vivir integrado dentro de Ă©sta. Pienso que la segunda idea implica la primera, junto con la participaciĂłn del individuo, donde Ă©ste es parte activa en la tarea de adquirir y crear ese conocimiento.
Para mĂ, Ă©ste es un lugar tan nuevo que rompe con la idea y pensamiento de lo que podĂa entender de quĂ© es diferente. Esta idea cada vez se me elabora de otra manera mucho más exhaustiva y profunda y aquello de “esto es asĂ” o “esto no es asĂ” se me plantea cada vez más escasa. Lo diferente no tiene que ser sinĂłnimo de “no válido”. Cada idea hay que verla y entenderla dentro del contexto en el que se desarrolla.
El mundo es un pañuelo, se suele decir. Sin embargo, cada hilo que se cruza con otro no tiene nada que ver con otro de un extremo del pañuelo. Cada uno tiene una función concreta.
El pensamiento humano es tan rico que ha transformado en realidad infinidad de diferentes ideas. Una persona y otra son, por tanto, tan iguales y respetables por el hecho de ser creativos al crear algo nuevo. Hablamos entonces de creatividad. Y todas las ideas creadas son tan válidas y, por lo tanto, tienen que respetarse y conservarse.
Cualquiera pensará que lo que estoy diciendo es obvio. Y es cierto.
Pero tan obvio es que es obviado muchas veces. Si no, ¿por quĂ© tenemos y hemos tenido tantos problemas en este mundo por ser diferentes? SĂ, el mundo es muy complejo, tanto como la mente humana que lo ha hecho asĂ. Me dejo de filosofĂa de media noche y voy a pasar a otra historia que tal vez pueda ser más interesante.
SUPERPOBLACIÓN

Esta ciudad, por lo que he podido conocer, pudiera ser más o menos como Sevilla. En Patna tambiĂ©n hay mucha gente, 10 millones. Ya sabemos que la India equipara a China en cuanto a paĂs superpoblado aunque su superficie es mucho menor. Hajipur y Patna están separados por otro gran rĂo. El Gran Ganges. Y es aquĂ, entre Patna y Hajipur donde el Gandak desemboca uniĂ©ndose al Ganges. Este encuentro entre ambos rĂos crea una superficie fluvial de unos 5 kilĂłmetros de orilla a orilla.
ALFOMBRA VERDE
Y entre las dos orillas surgen unas pocas pequeñas islas que pueden tener la extensión de varios campos de futbol, para hacernos una idea. El puente que une Patna y Hajipur es, según dicen, el más grande de toda Asia y está dedicado a Mahatma Ghandi. Mide unos 7 kilómetros de largo. El Gandak forma parte de la vida de las gentes de Hajipur.
Sus orillas están sembradas de sandĂas y pepinos, creando una gran alfombra verde. Hay algunas zonas en las que los vecinos delimitan sus parcelas de siembra. Está hecho de manera artesanal y sencilla, unas cañas de bambĂş y una cuerda fina atada a los palos. Tan fina es la cuerda que cerca la parcela que fácilmente se puede tropezar uno con ella, ya que no se ve.
Es un lugar muy apacible y relajante por lo que no creo que nadie se preocupe demasiado de que sus hortalizas sean cosechadas por manos ajenas. Se pueden encontrar hermosos pepinos pudriĂ©ndose sin tener la posibilidad de llegar al plato. La fauna tambiĂ©n se ve que es muy variada. Además de las aves que habitan la zona del rĂo, hay un animalito que me llama mucho la atenciĂłn: diminutas ranas que no son más grandes que la uña del dedo pulgar.
GRITOS MELÓDICOS
Mientras camino por la orilla, me da la impresión de que pequeñas pelotas de arena saltan de un lado a otro. Si no camino con cuidado más de una puede acabar debajo de la suela del zapato. Hay muchas aves que emiten sonidos muy atractivos y diferentes. Este lugar es casi una jungla. Hay una de ellas que también me atrae mucho. Emite un grito melódico, que empieza con un volumen bajo y a medida que canta, va aumentando su volumen hasta tal punto que parece que se va a desgañitar. (La estoy escuchando en estos momentos).
Es algo asĂ como: “¡¡uuiuu, uuIUU, UUIIUUU!!”. A veces yo le replico silbando y mantenemos un duelo entre los dos. Me sabe mal porque en ocasiones, llevo al pobre pájaro hasta el lĂmite.
RĂŤO PURIFICADOR

Antes, la basura que se generaba en un hogar era principalmente restos orgánicos, que en contacto con agua se descomponen más rápidamente. A su vez, estos restos tambiĂ©n servĂan como alimento para ciertos animales que habitan en el rĂo y nutrientes para las plantas. Hoy en dĂa mucha de la basura generada en casa son restos inorgánicos como plásticos, metales y otros derivados de Ă©stos. La capacidad de descomposiciĂłn de estos restos es muy lenta y necesita muchĂsimo tiempo, además de ser contaminante.
ÉPOCA PASADA
Hay un par de puentes de metal bastante largos, más de 400 metros, que cruzan el Gandak. Uno es para vehĂculos y peatones y el otro es para el ferrocarril. Fueron construidos durante el periodo colonial británico, en la Ă©poca victoriana. Enormes pilares de ladrillo soportan la estructura metálica. Estas piezas metálicas están engarzadas con grandes remaches, que supongo que se hacĂan a fuerza de martillazo. Algo curioso del puente para vehĂculos es su anchura de carril. DifĂcilmente caben dos vehĂculos actuales circulando en sentidos opuestos.
Me da que pensar que cuando fue construido, en 1858, por aquel entonces los carros de caballo no eran tan anchos como los vehĂculos de hoy en dĂa. Debajo de los puentes, los chavales pasan la tarde jugando al crĂquet. Curioso deporte. Cuando pasa el tren su sonido es muy peculiar y diferente a los actuales. Me evoca a los trenes de una Ă©poca pasada.
Una locomotora de gasoil que hace mucho ruido, “bum, bum, bum, bum...”, con una larga e interminable tira de vagones llenos de personas que se asoman por las ventanas o que están sentados en las puertas de acceso a Ă©stos. Cuando pasa por la vĂas, el ruido que hace es “tac-tac, tac-tac, tac-tac”. Pero lo más atractivo es su bocina, “baah-baaah, baaaaaaaah...”. Se oye desde muy lejos. De madrugada me despierta, pero su ruido es una melodĂa de ensueño.
OLOR A SALITRE
A orillas de Gandak se desarrolla una vida diferente, relajante e intima con la naturaleza donde nada tiene que ver con lo que se mueve en el pueblo. La casa donde vivo está a escasos 50 metros del rĂo. Sin embargo hay algo que echo de menos y me falta cuando voy al rĂo o lo miro desde mi ventana. Es el olor a salitre de la brisa marina.
No soy hábil con la pluma..., ni con la espada tampoco, pero me defiendo de alguna manera. Espero que aquellos que lean mis historias le gusten. AĂşn asĂ, quien crea que son aburridas y de escasa calidad narrativa, no tiene más que pasar página, seguro que encontrará algo más interesante que leer. Y si no, pues que se asome a la ventana y mire lo que pasa por la calle. Siempre pasa algo interesante.
RFG
Hola Rafa,
ResponderEliminaryo he etado viviendo ahi tambien. A mi me gustĂł mucho...no te olvides de contar sobre los pescadores del otro lado del rĂo. Y de los templos escondidos en la espesura, de las fiestas de diwali, el caos circulatorio, Mr Das...
Disfruta
LPD22
Hola L, tu descripciĂłn es muy buena. No te preocupes por la narrativa porque te puedo asegurar que llega. En cuanto al lugar del que hablas me parece peculiar y fascinante porque encierra una naturaleza distinta a la que conozco y que como bien insinuas, te trasporta al pasado colonial. Tirar la basura al rio me parece una guarrada.....hasta que explicas que la pobreza es más lĂmpia que el progreso en el que vivo. Sigue escribiendo y contando cosas Sr. L. Un abrazo.
ResponderEliminar