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Desde la India - 1 [REPORTAJE]

A orillas del rĂ­o Gandak, una vida diferente y fascinante

De las veces que me he encontrado con Paco LĂłpez por la calle, siempre me ha pedido que le escriba para su revista. ¿Y por quĂ© no?, ya lo hice antes cuando estuve en Bosnia. Aprovechando que tengo la suerte de vivir integrado de alguna manera en la sociedad de este complejo paĂ­s que es la India, voy a intentar contar historias de la vida diaria y pensamientos que me surjan de este lugar.

No voy a descubrir nada nuevo. Hoy en día queda ya poco por descubrir de este mundo y casi todo ya es conocido gracias a toda la información que ofrecen los medios de comunicación, bibliografía, estudios..., etc. Sin embargo, creo que hay una diferencia entre conocer algo, una cultura en este caso, y vivir integrado dentro de ésta. Pienso que la segunda idea implica la primera, junto con la participación del individuo, donde éste es parte activa en la tarea de adquirir y crear ese conocimiento.

Para mĂ­, Ă©ste es un lugar tan nuevo que rompe con la idea y pensamiento de lo que podĂ­a entender de quĂ© es diferente. Esta idea cada vez se me elabora de otra manera mucho más exhaustiva y profunda y aquello de “esto es asĂ­” o “esto no es asĂ­” se me plantea cada vez más escasa. Lo diferente no tiene que ser sinĂłnimo de “no válido”. Cada idea hay que verla y entenderla dentro del contexto en el que se desarrolla.
El mundo es un pañuelo, se suele decir. Sin embargo, cada hilo que se cruza con otro no tiene nada que ver con otro de un extremo del pañuelo. Cada uno tiene una función concreta.

El pensamiento humano es tan rico que ha transformado en realidad infinidad de diferentes ideas. Una persona y otra son, por tanto, tan iguales y respetables por el hecho de ser creativos al crear algo nuevo. Hablamos entonces de creatividad. Y todas las ideas creadas son tan válidas y, por lo tanto, tienen que respetarse y conservarse.
Cualquiera pensará que lo que estoy diciendo es obvio. Y es cierto.

Pero tan obvio es que es obviado muchas veces. Si no, ¿por quĂ© tenemos y hemos tenido tantos problemas en este mundo por ser diferentes? SĂ­, el mundo es muy complejo, tanto como la mente humana que lo ha hecho asĂ­. Me dejo de filosofĂ­a de media noche y voy a pasar a otra historia que tal vez pueda ser más interesante.

SUPERPOBLACIÓN

El Gandak es un río, afluente del Ganges. Trae agua desde la cordillera del Himalaya, pasando por Nepal hasta llegar a la India por el nordeste, en el estado de Bihar, que hace frontera con Nepal. Bihar es poco más grande que Andalucía, y recalco, sólo un poco más grande. Tiene una población de alrededor de 83 millones de habitantes. Siguiendo con el curso de río, éste pasa por un pueblo que se llama Hajipur, que no está lejos de la capital del estado de Bihar, Patna.

Esta ciudad, por lo que he podido conocer, pudiera ser más o menos como Sevilla. En Patna también hay mucha gente, 10 millones. Ya sabemos que la India equipara a China en cuanto a país superpoblado aunque su superficie es mucho menor. Hajipur y Patna están separados por otro gran río. El Gran Ganges. Y es aquí, entre Patna y Hajipur donde el Gandak desemboca uniéndose al Ganges. Este encuentro entre ambos ríos crea una superficie fluvial de unos 5 kilómetros de orilla a orilla.

ALFOMBRA VERDE

Y entre las dos orillas surgen unas pocas pequeñas islas que pueden tener la extensión de varios campos de futbol, para hacernos una idea. El puente que une Patna y Hajipur es, según dicen, el más grande de toda Asia y está dedicado a Mahatma Ghandi. Mide unos 7 kilómetros de largo. El Gandak forma parte de la vida de las gentes de Hajipur.

Sus orillas están sembradas de sandías y pepinos, creando una gran alfombra verde. Hay algunas zonas en las que los vecinos delimitan sus parcelas de siembra. Está hecho de manera artesanal y sencilla, unas cañas de bambú y una cuerda fina atada a los palos. Tan fina es la cuerda que cerca la parcela que fácilmente se puede tropezar uno con ella, ya que no se ve.

Es un lugar muy apacible y relajante por lo que no creo que nadie se preocupe demasiado de que sus hortalizas sean cosechadas por manos ajenas. Se pueden encontrar hermosos pepinos pudriéndose sin tener la posibilidad de llegar al plato. La fauna también se ve que es muy variada. Además de las aves que habitan la zona del río, hay un animalito que me llama mucho la atención: diminutas ranas que no son más grandes que la uña del dedo pulgar.

GRITOS MELÓDICOS

Mientras camino por la orilla, me da la impresión de que pequeñas pelotas de arena saltan de un lado a otro. Si no camino con cuidado más de una puede acabar debajo de la suela del zapato. Hay muchas aves que emiten sonidos muy atractivos y diferentes. Este lugar es casi una jungla. Hay una de ellas que también me atrae mucho. Emite un grito melódico, que empieza con un volumen bajo y a medida que canta, va aumentando su volumen hasta tal punto que parece que se va a desgañitar. (La estoy escuchando en estos momentos).

Es algo asĂ­ como: “¡¡uuiuu, uuIUU, UUIIUUU!!”. A veces yo le replico silbando y mantenemos un duelo entre los dos. Me sabe mal porque en ocasiones, llevo al pobre pájaro hasta el lĂ­mite.

RĂŤO PURIFICADOR

Además de la pesca, se realizan otras actividades en el río. Aunque sus aguas están bastante turbias, la gente acostumbra a lavar la ropa además de bañarse como hábito de higiene personal. El concepto que se tiene del río es de un lugar purificador. El río fluye, lava y se lleva todo lo sucio, dejando a la persona limpia y purificada. Tal es el concepto que se tiene de purificador que algunos suelen tirar hasta la basura generada en casa. Mirándolo desde un punto de vista diferente, amplio y retrospectivo, se puede considerar correcto. Si miramos mucho tiempo atrás, esta actividad se ha llevado haciendo toda la vida.

Antes, la basura que se generaba en un hogar era principalmente restos orgánicos, que en contacto con agua se descomponen más rápidamente. A su vez, estos restos también servían como alimento para ciertos animales que habitan en el río y nutrientes para las plantas. Hoy en día mucha de la basura generada en casa son restos inorgánicos como plásticos, metales y otros derivados de éstos. La capacidad de descomposición de estos restos es muy lenta y necesita muchísimo tiempo, además de ser contaminante.

ÉPOCA PASADA

Hay un par de puentes de metal bastante largos, más de 400 metros, que cruzan el Gandak. Uno es para vehículos y peatones y el otro es para el ferrocarril. Fueron construidos durante el periodo colonial británico, en la época victoriana. Enormes pilares de ladrillo soportan la estructura metálica. Estas piezas metálicas están engarzadas con grandes remaches, que supongo que se hacían a fuerza de martillazo. Algo curioso del puente para vehículos es su anchura de carril. Difícilmente caben dos vehículos actuales circulando en sentidos opuestos.

Me da que pensar que cuando fue construido, en 1858, por aquel entonces los carros de caballo no eran tan anchos como los vehículos de hoy en día. Debajo de los puentes, los chavales pasan la tarde jugando al críquet. Curioso deporte. Cuando pasa el tren su sonido es muy peculiar y diferente a los actuales. Me evoca a los trenes de una época pasada.

Una locomotora de gasoil que hace mucho ruido, “bum, bum, bum, bum...”, con una larga e interminable tira de vagones llenos de personas que se asoman por las ventanas o que están sentados en las puertas de acceso a Ă©stos. Cuando pasa por la vĂ­as, el ruido que hace es “tac-tac, tac-tac, tac-tac”. Pero lo más atractivo es su bocina, “baah-baaah, baaaaaaaah...”. Se oye desde muy lejos. De madrugada me despierta, pero su ruido es una melodĂ­a de ensueño.

OLOR A SALITRE

A orillas de Gandak se desarrolla una vida diferente, relajante e intima con la naturaleza donde nada tiene que ver con lo que se mueve en el pueblo. La casa donde vivo está a escasos 50 metros del río. Sin embargo hay algo que echo de menos y me falta cuando voy al río o lo miro desde mi ventana. Es el olor a salitre de la brisa marina.

No soy hábil con la pluma..., ni con la espada tampoco, pero me defiendo de alguna manera. Espero que aquellos que lean mis historias le gusten. Aún así, quien crea que son aburridas y de escasa calidad narrativa, no tiene más que pasar página, seguro que encontrará algo más interesante que leer. Y si no, pues que se asome a la ventana y mire lo que pasa por la calle. Siempre pasa algo interesante.

RFG

2 comentarios:

  1. Hola Rafa,
    yo he etado viviendo ahi tambien. A mi me gustĂł mucho...no te olvides de contar sobre los pescadores del otro lado del rĂ­o. Y de los templos escondidos en la espesura, de las fiestas de diwali, el caos circulatorio, Mr Das...

    Disfruta
    LPD22

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  2. El primo del Lider9 de julio de 2009, 16:18

    Hola L, tu descripción es muy buena. No te preocupes por la narrativa porque te puedo asegurar que llega. En cuanto al lugar del que hablas me parece peculiar y fascinante porque encierra una naturaleza distinta a la que conozco y que como bien insinuas, te trasporta al pasado colonial. Tirar la basura al rio me parece una guarrada.....hasta que explicas que la pobreza es más límpia que el progreso en el que vivo. Sigue escribiendo y contando cosas Sr. L. Un abrazo.

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