La futilidad de un nombre

ReuniĂłn vespertina en algĂşn periĂłdico deportivo de tirada nacional:
-Oye, ¿quĂ© ponemos de portada?
-A ver, tiene que ser del Madrid. Tiene que ser algo de utilidad. ¿Villa? ¿Ribery? ¿Kaká? ¡No! Mejor CR7.
-Pero no ha hecho nada noticiable.
-SĂ, sĂ. Ha ido al peluquero y se ha cambiado el peinado, ahora lo tiene más de puntita.
Yo me imagino alguna conversaciĂłn de estas en algĂşn sesudo consejo de redacciĂłn. La naderĂa más absoluta, la futilidad de un acto como el ir al peluquero, el estar de vacaciones en Los Angeles o el acudir al dentista, es noticia de portada ante la escasez de argumentos y la necesidad de vender como sea un icono que va más allá de lo futbolĂstico. Made in Florentino PĂ©rez, el hombre que se fue aquejado de unos males que no ha sabido solucionar. Un hombre que piensa en el negocio por encima de cualquier cosa, que compra futbolistas para exprimir su imagen, para llenar las arcas del club de Concha Espina y al que se le puede aplicar aquello del “caballo grande, ande o no ande”. Su Madrid tiene que ser el más brillante, el más fastuoso, el más caro, el más glamouroso. Un lugar que abonado con un Cristiano Ronaldo en pleno auge, es lo más parecido al EdĂ©n de los posturitas, de los hipermegasuper fashion peloteros con los que se encapricha Florentino. Cristiano Ronaldo llegará a Madrid en unos dĂas y el Real empezará a llenar las arcas que casi expolia CalderĂłn en la anterior etapa.

Todo esto me llama la atenciĂłn porque creo que este leviatán en el que hemos convertido al fĂştbol (con las principales audiencias televisivas, con fichajes carĂsimos, con manejos mil millonarios de dineros, con intrigas, con corruptelas, etcĂ©tera), desvirtĂşa por completo la simple práctica deportiva. Lejos quedaron aquellos gentlemen ingleses que a finales del siglo XIX, impusieron el foot ball en las minas de RĂo Tinto, en Huelva, donde este deporte de caballeros germinĂł en nuestro paĂs.
Por fortuna, y para quitarnos de este mal sueño en el que se ha convertido el balompiĂ© mundial, aĂşn nos quedan ejemplos de pureza futbolĂstica. Si quieren comprobarla, vivirla, unirse a ella, acudan a un partido de chavales, de infantiles, de alevines, de cadetes. El fĂştbol está, aparte de en sus piernas, en sus ojos, en sus ganas por despuntar más que el oponente. La meta a la que quieren llegar estos chicos es una lĂnea: la que cuando es traspasada por la pelota se transforma en la alegrĂa del gol. Lástima que otros con más fama y oropeles, conozcan mejor otras rayas...
visca el barca la republica y butron.el zorro justiciero
ResponderEliminarSi tu lo dices...
ResponderEliminarfumanchu dice: fichaje bueno er que hizo roman con el alemania en la ultimas elecciones. sabe Dios lo que pediria.
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