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España-Cataluña: una relación simbiótica

Miguel Angel Bolaños [colaborador]
Descripción del hombre: dependencia, deseo de independencia, necesidad. Lo tenía muy claro Blaise Pascal hace unos siglos en lo que respecta a su definición del ser humano. Alguien dependiente, que busca soltar amarras pero que cuando se encuentra solo, busca el consuelo de otros. La cita de marras se ajusta como un guante al actual escenario geopolítico en el que vivimos. En una entidad supranacional como la Unión Europea, donde lo que se busca es la integración, los intereses disgregadores de ciertas regiones europeas caen en saco roto.


Viene esto a cuenta por lo de la consulta (sin carácter vinculante), que se planteó en Arenys de Munt y que al cierre de esta edición parecía ser un éxito para los organizadores. Se preguntaba por la necesidad de una Cataluña independiente del estado español. No vamos a negar que existe un fuerte sentimiento independentista en aquellos lares, que no es capricho pasajero, sino que hunde sus raíces en las afrentas que Felipe V hizo a las leyes catalanas a inicios del siglo XVIII.

Respetando los intereses independentistas de una parte de los catalanes, la pregunta a realizar es ¿independencia para qué? Imaginemos que Cataluña se separa de España. Perdería su condición de miembro de la UE. ¿Buscaría entonces la integración en el marco comunitario o perseguiría un “dorado aislamiento” como el que tantos años ha vivido Gran Bretaña? ¿Hay razones económicas, sociales, comerciales, culturales definidas para explicar una hipotética independencia o es simplemente un capricho ideológico?

Tal como están las cosas, con todo el marasmo de la globalización económica y el mundo buscando bloques de poder reconocibles, la aventura independentista suena a suicidio. Cataluña sabe que siempre ha mantenido una relación simbiótica con España donde ambas partes han salido beneficiadas. Jordi Pujol se lo sabía al dedillo y por eso intentaba explotar la situación al máximo. ¿Estará Cataluña a la altura de las circunstancias?

5 comentarios:

  1. ¿Nadie te ha dicho que no vales?

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  2. Sí, alguien me ha dicho que no valgo para aguantar a tipos/as insulsos, meapilas y lameculos... ¿Te queda claro "amiguito"?

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  3. Perdón a los lectores con algo de sentido común que no comparte desvaríos en esta web, pero hoy me ha cogido el Anónimo este con el ánimo destemplado.

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  4. Siga usted así Sr. Bolaños (otro anónimo, es curioso como abunda este nombre en la ciudad).

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  5. fumanchu dice: ja ja ja un futuro periodista con carrerita y que no acepta criticas mira olle. y pierde los papeles ja ja ja.

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