Los postigos de la ventanita interior

A veces conviene adoptar la perspectiva del observador neutral, asomarse a la ventana y ver el mundo como si fuéramos ajenos a él. En esos momentos uno descubre cosas interesantes, cosas que no percibe habitualmente en el incesante transcurrir de los acontecimientos.
Creo que a partir de ahora saldré del mundo con mayor frecuencia, últimamente me dejo arrastrar demasiado por las corrientes.
SaldrĂ© para volver, claro, pero para volver lleno de ideas y vacĂo de cargas, para contarle a los demás lo que vi más allá del refugio y que ellos me cuenten cĂłmo se ha encontrado el mundo en mi ausencia.
Aunque a veces resulte encantador pensar en retirarse sin avisar a nadie y morir de inanición en algún lugar apartado, feliz de que asà sea y de no haber provocado dolor en los demás, ignorantes ante la tragedia de la vida.
Aunque a veces pida a gritos que se aparezca Satán y me ofrezca de una vez aquel tan largamente esperado pacto. "Cómprame el alma, por favor, comprámela porque si no te la voy a terminar regalando antes de tiempo, tan gastada la tengo ya que cada vez tiene menos uso...".
Aunque luego me encuentre con ese mismo Satán que tanto deseaba y en lugar de ofrecerme la vida eterna a cambio de mi alma caduca se limite a pagarme una tras otra rondas de cerveza...

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