Perico Soriano, un hombre con mucho arte y sensibilidad
El pasado 14 de agosto fallecía en Chiclana Perico Soriano. Cientos de chiclaneros le dieron el último adiós en el cementerio. Le faltaban pocos meses para cumplir los 56. En septiembre ya hablamos de su fallecimiento y ahora queremos recordarle a través de personas que lo conocieron, y trataron, muy bien.
Pedro Soriano, un niño grande
Nací en la calle División Azul, número 7. A mi lado vivía Pedro Soriano. Era un asiduo en mi casa o en casa de Rafaela como decíamos. Cuando había algo importante que celebrar, sea cumpleaños, navidades..., etc., allí estaba Pedro. Cuántas veces hemos visto a Carmen, su madre, buscándolo de noche por casa de algún vecino, donde había ido a escuchar carnaval o flamenco. Pedro siempre iba cargado de cintas en aquel entonces, y libretas, y se ponía a escribir. Yo le preguntaba: “¿Pedro, qué haces?”. Y él me contestaba: “La tarea”.
Me decía: “Pon aquí tu nombre, donde bailas y tu teléfono”. Me hacía gracia su letra, era con muchas es juntas (eeeeee) y así escribía trozos de esas páginas. Una de mis anécdotas con él ocurrió un año que fuimos a entregar las flores a nuestra patrona y yo le dije: “Pedro, para que no andes tanto como tienes la pierna, ve para San Telmo y allí me esperas sentadito”. Cuando iba por El Retortillo, con gran sorpresa por mi parte, se me acercó un señor y me dijo: “¿Es usted Antonia Baro? Es que Protección Civil la está buscando porque Perico está llorando en el escalón de una puerta y sólo mienta su nombre...”.
Fui a buscarlo, se agarró a mi brazo, le di dos besos y le dije: “Mientras tú y yo estemos vivos, el que entregue mi ramo a la patrona serás tú”. Lo feliz que iba. Luego bailamos juntos una sevillana porque, eso sí, nunca había aprendido, pero tenía un arte de lo más grande. Nunca te olvidaré, Pedro.
ANTONIA BARO
Historias de Perico
De todos es sabida la relación que Perico mantenía con Pedro Torres, presidente de la Peña Perico Alcántara y propietario de África Modas. En todos estos años son muchas las experiencias vividas, tanto en la peña como fuera de ella. A Pedro le llamaba papá y a su esposa, mamá.

Otra anécdota que nos cuenta Pedro hace referencia a comida también: “Cuando mi mujer estaba en la tienda venía a decirle que le invitara a comer y ella le echaba achaques para no hacerlo. Que si hay potaje y cosas que no podía comer. Un día, harto ya, se presentó en la tienda con un filete de pez espada y verdura que había comprado en una tienda de congelados y le dijo a mi mujer: “!Mamá, ¿ahora qué!”.
Cuando era época de ensayos del grupo Pazocalle en la peña, Perico llegaba el primero, se sentaba en el escalón y pedía los papeles con las coplas: “Sabía cuál era cada una y si le cambiábamos alguna se daba cuenta y pedía la que íbamos a cantar. No sé cómo lo hacía, porque no sabía leer, pero era casi imposible darle coba”.

Otra persona que también le trató mucho fue José El Legía: “Lo llevamos un año al Falla cuando actuó el cuarteto. Éramos taxistas y él tenía que dar dos o tres pasos y llamar al taxi. Nada más. Pues nos tuvo ensayando eso un montón de veces”. Recuerda también José, como le llamaba Perico, que cuando él salió con Los Indiotas, el germen de la chirigota de los hermanos Villegas, ahora del Love y El Cabra, “fuimos a ensayar a un centro de Puntales. Perico se perdió y empezamos a buscarlo. En el mismo edificio había una boda y allí nos metimos, encontrándolo en la mesa presidencial comiendo con los novios y padrinos. Juan Soriano, hermano de Perico, jugó en el Cádiz y era muy amigo del padrino, y cuando éste lo vio le llamó y le invitó a comer”.
Festival carnavalesco
Perico era un monstruo y se merece este homenaje. y muy bien por puente chico, por darle el trato que se merece. las fotos son muy bonitas. !anda que no ha cambiao el Arroyo ni na! El que tenemos ahora parece otro.
ResponderEliminarPerico es de los pocos que se fue al otro mundo sabiendo que el pueblo lo queria y se lo demostro wn vida, con homenajes y reconocimientos. Se merece una escultura de Barbera, una calle, una plaza y ponerle su nombre al centro donde estuvo estos ultimos a;os de su vida, o a colegios que se hagan. otros, coin menos merecimientos, tienen mas que el.
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