EDITORIAL-mayo 2010

Este tranvía es una ruina, pero Román lo defiende y calla

Año y medio llevan José María Román y el PSOE en el poder tras la pérdida de éste debido al pacto PP-IU-PA y PSA y en este tiempo Chiclana ha ido a peor. Las mentiras de Cándida Verdier, Román y del PSOE en general ya no se las cree nadie por mucho que las repitan. Y eso sin hablar del pleno empleo que prometió cuando recuperó el sillón municipal, que se ha convertido en el aumento del paro en cinco mil o seis mil personas más, llegando incluso a crearse una nueva plataforma, de parados.

Pero no queda ahí la cuestión. Si no fuera suficiente la crisis que padecemos, el cierre de decenas de comercios, empresas y bares con sus correspondientes despidos, Román, haciendo el más difícil todavía, nos va a meter por coj…ines un tranvía que nadie ha pedido y por un trazado que contribuirá a que se cierren más comercios y que, por tanto, más chiclaneros irán al paro. Lo más grave de esa decisión es que en ningún momento le preguntó Román a los afectados qué les parecía y si el recorrido les parecía bien y en caso de ser negativa la respuesta buscar soluciones u otras alternativas.

Trajeron a la consejera de Obras Públicas, Rosa Aguilar, para que diera una sensación de seriedad al proyecto pero que lo único que hará será traer más desempleo, más millones despilfarrados, destrozo de viales que hace poco arreglaron o cambiaron, eso sí, a cambio de un gasto millonario y que ahora quieren destruir de nuevo para que pase un tren que ni nos hace falta ni va a solucionar ningún problema a Chiclana y a los chiclaneros. Al contrario.

La consejera, muy seria como mandan los cánones cuando se quiere embaucar a los presentes, aseguró ante un centenar de personas que las obras se harían sólo si los afectados estaban de acuerdo ¡al cien por cien!, cuando ella sabía muy bien, como lo sabían Román, Pablo Lorenzo, delegado provincial de Obras Públicas y los concejales socialistas presentes que era mentira, que ya estaba decidido el trazado y que no lo piensan cambiar.

Pero eso sí, hablaron de diálogo con los afectados, diálogo que no han tenido antes de tomar una decisión tan seria y que afecta a tantas personas y que el propio Lorenzo se encargó de confirmar a la “Plataforma contra el trazado del tranvía” en la reunión mantenida el mes pasado.

Lorenzo habló de diálogo y más diálogo, pero a los vecinos les dijo que no se podía cambiar el trazado. ¿Entonces de qué diálogo habla? A los afectados no se les ha tenido en cuenta en ningún momento y les importa muy poco, o nada, lo que le pueda pasar a los comercios y empresas que se encuentran, desgraciadamente para ellas, cercanas al recorrido.

Si el tranvía fuera vital para la ciudad, imprescindible para poder comunicarnos con la Bahía y resto del país se podría entender, pero no es así, hay un servicio regular hacia Cádiz que tarda menos que el tranvía, que tendrían que cerrarlo, con el consiguiente desempleo para sus trabajadores.

Este servicio no será rentable porque la cifra que da la Junta de viajeros es ficticia ya que la mayor parte de los viajes irán vacíos. No hay tantos chiclaneros que vayan cada día y durante todo el día a Cádiz o a San Fernando. ¿Qué harán con las pérdidas que haya? ¿Quién las pagará? ¿Lo quitarán si es deficitario? ¿Volverían a retirar la vía y las paradas y a dejar las calles como estaban?

En definitiva, qué planes tienen y qué respuestas a estas preguntas tienen. Según la Plataforma, Lorenzo no respondió a ninguna de ellas. O sea, no hay respuestas. O sea, otra cacicada e improvisación más de los socialistas, que ayudará a que alguna empresa amiga se haga de oro a cambio de que decenas de chiclaneros vayan al paro.

Ésta es la forma de gobernar de Román y del PSOE, a los que les importa muy poco las desgracias de sus ciudadanos con tal de acatar lo que les ordena su partido a nivel regional o nacional. Este tranvía no beneficia a los chiclaneros, pero nos lo tendremos que comer a la fuerza porque a la Junta la da la gana. Y Román, a callar.