SE VENDE JUSTICIA (Un ciudadano ejemplar)

César Bardés [colaborador]
Uno de los grandes errores del cine de hoy es que tiende peligrosamente a confundir lo ingenioso con lo increĂble y esta pelĂcula es un ejemplo perfecto de esa afirmaciĂłn tan pedante. Partiendo de una premisa llena de interĂ©s, su desarrollo es apto para infantes deseosos de palomitas de colores, crĂ©dulos que no se paran a pensar en el fastidio de un guiĂłn que parece currado en los quince minutos libres para el bocadillo.
Y es que, por momentos, parecĂa retrotraerme a aquellos años de fascismo fĂlmico cuando Charles Bronson repartĂa justicia a voluntad en una serie de tĂtulos que tuvieron un vergonzante Ă©xito de taquilla. Pero aquĂ hay un elemento que parecĂa tener algunos vericuetos que merecĂan la pena de atravesar hasta que la falta de imaginaciĂłn nos conduce decepcionantemente hasta un callejĂłn sin salida.
AsĂ que esta historia de un padre de familia que ve cĂłmo sus seres más queridos son asesinados de la forma más cruel posible para que luego los culpables sean los afortunados beneficiarios de los pactos y componendas que se elaboran en los pasillos de los Tribunales no valdrĂa un pimiento machacado por maza de juez si no fuera porque el protagonista, pasados diez años, planea una aplicaciĂłn de la justicia que podrĂa ser brillante. No hace falta más que acudir a las mismas componendas y arreglos para que lo que es una culpabilidad evidente se convierta en una libertad prostituida. Es decir, aprovechar los resquicios de un sistema que es imperfecto, que depende más de las voluntades de los gestores que de los sentimientos de los afectados y que se administra, en muchas ocasiones, con desgana, sin mayor interĂ©s que el despacho de unos papeles tan importantes como el balance de comprobaciĂłn de sumas y saldos de una empresa no muy boyante. Es la justicia que se ofrece en las esquinas. Es el cartel permanente de que la justicia se vende, y se vende muy barata. RazĂłn: La ley.
AhĂ es donde estaba el germen de una pelĂcula que podrĂa haber sido incisiva y brillante pero no, es más fácil optar por el espectáculo de acciĂłn, por una burla planeada y que no se cree ni el más pintado, por un par de intĂ©rpretes absolutamente descolocados y que hicieron que me acordara de una docena de nombres que hubieran ejercido el suficiente poder de fascinaciĂłn para tenerme un poco más agarrado a la butaca. Y es que, claro, el verdadero negocio del cine no son las pelĂculas. Son las palomitas que se venden ¿no es cierto, señores propietarios?
Todo en venta, Ă©sa es la máxima que se instala en el dĂa a dĂa de nuestra existencia más desprotegida. Incluso la justicia, siempre representada con una venda en los ojos y con una balanza de equidad, se puede ofrecer sin ninguna ropa. Yo te doy si tĂş me das. Y asĂ, por lo menos, algo obtenemos porque el resultado de un juicio, no nos engañemos, depende del juez que te toque y no de la ley que se aplique. Eso vale en cualquiera de las jurisdicciones establecidas. Somos carne de rĂ©plica silenciada. Somos peones sacrificables en aras de muchos intereses. La justicia se ofrece y enseña algunos centĂmetros de su piel para que piquemos el anzuelo y podamos creer que los malos pagan y los buenos son satisfechos. Todo es una mentira muy bien urdida.
Y entonces uno sale de la sala con la sensaciĂłn de que no ha visto nada cuando podrĂa haber sido espectador de unas cuantas verdades dolorosas y comprometidas. Pero no interesa demasiado que podamos pensar porque, al fin y al cabo, si hacemos funcionar el engranaje no nos podrán manipular. Más vale poner bombas por todas partes y hacer volar todo por los aires. El fuego quema y purifica. La venganza no es ciega y además es adictiva. Algo que la justicia no es. Todos somos ciudadanos ejemplares que cumplimos con nuestras obligaciones de seres humanos ¿verdad?
César Bardés
Pues a veces no seria mala idea la de hacer eso que dices al final del artĂculo, pero polĂticamente está mal visto, eso de lo polĂticamente incorrecto, pero no me negarás que a veces no sentimos, todos, ganas de liarnos la manta a la cabeza y recordar al Bronson de esas pelis que citabas. Por suerte, esas insanas intenciones se nos van pronto de la cabeza, pero si en vez de España viviĂ©ramos en paĂses donde las armas están al alcance de la mano, más de uno llevarĂa a cabo esas matanzas que salen en las noticias de vez en cuando en esos paĂses. Esperemos, por nuestro bien, que nunca se permita la compra de armas como de caramelos. Y en cuanto a la peli no puedo decir ná, porque ni la he visto ni la pienso ver. El cine que ahora se hace, salvo raras excepciones, es un mojĂłn mu grande.
ResponderEliminarNo, si yo la pelĂcula no la recomiendo para nada. Tan sĂłlo digo que podrĂa haber sido algo interesante si se hubiese explotado la vĂa de aprovecharse de los resquicios que deja siempre la justicia. En cuanto al final del artĂculo está en sintonĂa con lo que cuenta la historia de la misma pelĂcula. Estoy totalmente de acuerdo en que no se permita la compra de armas pero todos, que presumimos de ciudadanos ejemplares, hemos tenido la tentaciĂłn de coger y tomarnos la justicia por nuestra mano y pegar un par de tiros a ese periodista, a aquel juez o a este empresario que se han salido con la suya a pesar de que sus pretensiones eran claramente injustas y sus razonamientos más aĂşn, por eso, quizás, no todos somos ciudadanos tan ejemplares. Es más, estoy seguro de que, más a pequeña escala, todos hemos sentido el dulce sabor de la venganza. SĂłlo querĂa hacer pensar un poco en esa direcciĂłn a pesar del "pretendido aire filosĂłfico" que tienen mis artĂculos, por otro lado, muy alejados de la "crĂtica".
ResponderEliminarUn saludo y gracias por completar lo que he intentado decir en el artĂculo.
Por desgracia la pelĂcula se aprovecha del triste momento que vive la justicia, no solo en nuestro paĂs. Cierto es, que a veces viendo las ‘gañadadas’ de nuestros jueces, los grandes derechos que tienen nuestros asesinos y tantas y tantas cosas, dan ganas de hacer como en la peli. Por suerte para todos aĂşn no hemos llegado a ello.
ResponderEliminarSĂ, yo tambiĂ©n espero que no se llegue a eso. Y, sin duda, hay jueces competentes pero hay otros que se aprovechan de su situaciĂłn y de su cargo para no hacer nada en bien del concepto que representan. Y esto, como digo en el artĂculo, se puede aplicar a cualquier jurisdicciĂłn, no sĂłlo en la criminal o penal, sino tambiĂ©n en la civil y, sobre todo en los tiempos que vivimos, en la laboral donde hay verdaderas injusticias protegiendo, como siempre, al ladrĂłn y castigando al dĂ©bil que es el trabajador. Dicho sea con todos los respetos hacia la judicatura. Sin duda, es una pelĂcula muy oportunista, además de fallida.
ResponderEliminarDe todas formas no debemos olvidar que es una pelĂcula, que el cine, como la literatura o el teatro, se permite ciertas licencias que son imprescindibles para crear buenas historias, aunque sean descabelladas, nos aterren por lo que cuentan o cĂłmo lo cuentan, o inverosĂmiles. El cine, como la literatura, es ficciĂłn, magia, sueños,inventiva en definitiva, necesaria para poder seguir viviendo, sean reales o no las historias que nos cuentan, pero para eso está la imaginaciĂłn. Sin ella, sin la imaginaciĂłn, que mierda de vida tendrĂamos.
ResponderEliminarfumanchu dice: pero claro estas peliculas se hacen porque comercialmente los expertos consideran que la demanda es considerada. TambiĂ©n veo que se hacen el tipo de pelĂcula contraria que esta muy de moda ahora en las sobremesas de los sábados y domingo donde al malo le sale todo bien, acosa, tortura, maltrata, falsifica y hasta asusta por telefono a la muchacha le hace uuu y la muchachita no tiene quien la defienda y te la tiene que tragar enterita, la pelicula por el simple hecho de darte la satisfaccion de ver como se cargan al final al hijopuuuuuta y cuando se lo cargan no te dejan ni cojer aire pum las letras de credito.
ResponderEliminarFrancamente, estoy de acuerdo con los dos. Sin duda el cine es inventiva, imaginaciĂłn, aunque no siempre es magia. Y además yo tambiĂ©n creo que sin imaginaciĂłn serĂa insoportable vivir. Sin embargo, tambiĂ©n estoy de acuerdo con FumanchĂş, que dice que esto se hace a demanda. Es más, esa es una de las grandes diferencias entre el cine de los años cuarenta y cincuenta con el cine de hoy. Antes habĂa una polĂtica de oferta, con pelĂculas valientes, que tocaban los más variados temas de forma imaginativa, llena de creatividad. Ahora lo que hay es una polĂtica de demanda, plegada absolutamente a lo que quiere ver el espectador, es decir, destrozos, bombas, tiros, explosiones. Es más, en esta pelĂcula no puedes evitar tener cierta simpatĂa con el tipo que se venga de todo y de todos porque todos hemos experimentado esa sensaciĂłn de furia que no dejamos salir demasiado (aunque a veces se nos escape) ante los pactos y componendas que hacen los demás a espaldas de nuestros intereses cuando somos los principales afectados. El cine de hoy tiende, como todos los medios de comunicaciĂłn, hacia el aborregamiento general porque asĂ nos tienen bien controladitos en el rebaño. Es asĂ de simple y, a la vez, asĂ de complicado.
ResponderEliminarDe hecho ahora las pelĂculas se hacen con ordenador. Cada X tiempo tiene que ocurrir esto o aquello, vamos que nos las dan con plantilla.
ResponderEliminaryo recuerdo bastante el gran impacto que causo acorralado y sobre todo tratando un tema de un tio que se cabrea y que hace la puñeta ar sistema que este a la vez es autocriticado dandole al individuo la salida de heroe y creando las demandadas secuelas posterior dice mucho de la clase de vida que llevamos. el charles bronzon o el harry er sucio eran algo mas que facismo puro demandado.
ResponderEliminarAcorralado es una vulgar copia de una peli protagonizada por Bronson y Lee Marvin, La Caza, hecho real ocurrido en Canadá, con un guión cojonudo y con interpretaciones geniales de estos dos. Los malos también era mu buenos. Y el Clint es otro de los grandes.Desde siempre, no desde hace poco.
ResponderEliminarLa pelĂcula a la que os referĂs es "Caza salvaje", con Bronson y Marvin y dirigida por Peter Hunt (uno de los directores que trabajĂł en la serie Bond) y sĂ, tenĂa bastantes puntos en comĂşn con "Acorralado". Creo, sin embargo, que la visiĂłn de "Acorralado" era un poco el rechazo sistemático que se hacĂa a los que volvĂan de Vietnam tildándolos directamente de asesinos sin más consideraciones. Modestamente, creo que por ahĂ iban los tiros, y nunca mejor dicho.
ResponderEliminarLo de las pelĂculas-fotocopia de Charles Bronson (porque una tras otra eran todas exactamente igual) sĂ que eran fascismo puro demandado. En cuanto a "Harry el sucio", mira ahĂ voy a disentir. No creo que la intenciĂłn de la pelĂcula fuera un enaltecimiento del fascismo y de saltarle las leyes a la torera con un pistolĂłn del quince. Creo que era una muy eficaz pelĂcula que denunciaba algunas de las condiciones en las que tenĂa que trabajar la policĂa contra autĂ©nticos desalmados (recordemos que Harry Callahan sigue escrupulosamente la ley, aunque sea por el mismo borde, hasta el final que termina con su placa en el rĂo) y el peligro que se corrĂa (era plena Ă©poca de reivindicaciones civiles en los Estados Unidos y demás) de que a algĂşn policĂa se le rellenara lo irrellenable y tomara la justicia por su mano. Recordemos que le llaman "El Sucio" porque siempre le dan lo peor. Por supuesto, esto es una visiĂłn objetiva tan válida como un kleenex. En cualquier caso, cualquier visiĂłn, como las vuestras, ensanchan la mirada al que quiera leer distintos puntos de vista. Gracias
pues los tribunales estan que arden, en andalucia ahora mismo por ejemplo esta la candidatura del pte de la audiencia de cadiz y el de malaga que segun parece saldra uno de ellos si en valencia sale el candidato que quieren alli, los periodistas le llaman cambio de cromos o alta politica. Tb os recuerdo que al fiscal de medio ambiente y urbanismo de cadiz (lo digo por los temas de chiclana, es obvio) le ascendieron a fiscal de andalucia y ahĂ ssigue segun mis noticias
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