Er dinero y los cohone

Fumanchú, el CHINAclero disconforme [colaborador]

Un día, en uno de tantos bares de Chiclana, se coló uno y le dijo a otro que había allí tomándose unas cervezas con sus amigotes, una frase de ésas que se dicen tantas veces y se escuchan tan pocas, y pa cormo, cuando más gente había.
-“Sar a la calle, si es que tiene cohone y eres hombre”.
El bar se quedo mudo y el interlocutor le respondió –Te qui pui y me deja en paz. Ya no me voy a poder tomar ni una cerveza tranquilo. El intruso seguía:
-Sar a la calle, sar.
El otro pinchaba con el tenedor la tapa y le decía al camarero:
–¡Cómo está este purpito!, pon otra ronda.
Todo el bar en silencio y el interlocutor le dice al intruso:
–Anda, no sea más tonto ya y tómate algo.

Y el intruso se ponía más agresivo aún de lo que estaba.
–Si eres hombre sar a la calle, si es que tiene cohooone.
El interlocutor le dijo otra frase que lo clavó:
-Mira picha, vale, lo que tu diga, no tengo cohone ni soy hombre y no pienso salir a la calle hasta que no termine con las cervezas y las tapitas y eche er cigarrito, así que espérame si quiere dentro de tu forgoneta y ponle el aire, estaré listo en una hora o lo que haga farta y si no, enguanaja.
El otro se fue dándose chocazo en la pared y en er capo de la furgoneta y, pa cormo, llorando mientras el otro bebía y bebía con copita congelá y saboreando er purpito a la gallega y pidiéndolo después aliñao.
Sí señor, éste es el siglo veintiuno, el que vino después del veinte. Como dijo aquel, “éstos son mis principios. Si no los quiere, tengo otros” Por eso mismo, cualquiera es un ladrón, cualquiera es un señor, lo mismo es un burro que un gran profesor, qué falta de respeto por el simple hecho de no pagar lo molestan a uno en un bar y le altera su intimidad social, ¿a quién le importa si naciste, viviste y moriste honrrao? Que es lo mismo to, el que curra noche y día como un buey, que el que vive de las migas, que el que roba, el que mata o está fuera de la ley, como decía aquel gran tango.
Todo vale, respete a su vecino, pero amigo, si cree usted que tiene un vecino vampiro porque tiene las orejas picuas, le has visto el ataúd, no se refleja en los espejos, duerme de día, no le echa ajo ar gaspacho y pasea de noche aunque diga que trabaja de mecánico de guardia de camiones de basura.
Si no te ha mordío ni a ti ni a nadie de tu familia te callas, te callas, pero te callas porque el sistema no está preparado para ti, tonto trabajador, padre de familia con nómina temporal, que ahora te quitarán hasta el libro familiar porque ni siquiera la familia se tratará administrativamente a nivel de estado lo suficientemente institucional como para considerarla acta al nuevo sistema burocrático administrativo del siglo 21. ¡Qué tonto! Un día decidiste con tu mujer tener hijos, educarlos y criarlos sólo para convertirlos en sellitos de coches, numeritos de la Seguridad Social y recibitos de contribución y ¡harza! Todo ¿para qué, a cambio de qué?
Al gobierno no le vale tu hombría, ni tu honestidad, ni tu contribución, ni tu valía. ¿Qué coño le vale a este gobierno, que le hago, que le puedo hacer aparte de no meterle en la urna mi voto?
Er dinero y lo cohones son para las ocasiones, de nada te sirven los cohones sin dinero, pero con él puede comprarte hasta unos cohones nuevos y hasta más grandes, lo cual te hace sentir un sujeto sujeto ar sistema y merced a un Estado que ni el mayor pensador ni filósofo de toa la historia se atrevió siquiera a predecir por lo menos para habernos avisao.