CHICLANA NECESITA UN IMPULSO

Jesús M. Aragón [colaborador]

Chiclana necesita un impulso. Urgente, rápido, indoloro.

Esta ciudad no puede permitirse parar. Necesita un cambio a mejor, un salto de calidad, un paso adelante, un pacto entre todos para crecer y consolidarse.

Más allá de ideologías políticas, de siglas o partidos. Chiclana necesita un compromiso de todos, una alianza estratégica, una conjunción de intereses, un todos a una, un poquito más de empeño, una mezcla de trabajo e ilusión.

Si. Sé que suena utópico, idílico, cuasi imposible. Pero no queda otra. Este pueblo no puede permitirse ser adelantado por localidades del entorno que prosperan como nosotros prosperábamos hace años.


Chiclana necesita una economía fuerte, basada en estructuras fuertes, comprometida contra el desempleo, que huya de los caprichos, los enchufes o las chapuzas. El tejido económico fuerte, la mano de obra cualificada, la administración ágil. Tres puntales para un mismo crecimiento.


Chiclana necesita un cambio. Me da igual quién lo encabece. Me da igual quien se siente en el sillón de la alcaldía dentro de unos meses. Quien lo haga tendrá por delante unos años difíciles. Tendrá la tarea titánica de aunar esfuerzos, de compaginar las obras públicas que lleguen, con el guante de seda necesario para atraer a la iniciativa privada.

Chiclana tiene 14.000 plazas hoteleras y unas carreteras que dejan mucho que desear. Hacen falta ambulatorios abiertos, un centro urbano fuerte, un tejido empresarial solidario, unos centros educativos mejor dotados, un extrarradio que pueda crecer de manera ordenada, papeles para las viviendas que no las tienen, servicios de primera, cohesión, disciplina, cultura, menos derrotistas y unos políticos inteligentes.

Chiclana necesita un impulso. Chiclana necesita un esfuerzo conjunto. Al menos un día sin mentiras ni puñaladas traperas entre Gobierno y oposición. Tal vez un pacto conjunto de todos para que los que mandan convenzan a los que no votan de que se impliquen y lo hagan.

Chiclana necesita más suelo industrial, más oferta comercial, una marca de calidad en condiciones, recuperar las raíces de la mar y el campo, explotar con raciocinio sus recursos sin caer en el absurdo, diversificar, más formación para sus trabajadores y estudiantes, equipamientos públicos del siglo XXI, y sobre todo un esfuerzo general.

Chiclana necesita un impulso. Y pronto.