EDADES EVOLUTIVAS

Fumanchú, el CHINAclero disconforme [colaborador]

Vivimos, y digo vivimos, afortunadamente en un lugar de la historia que se denomina edad contemporánea y sin tener la más remota idea de cuándo va a acabar. Quizás sea ya un hecho que haya acabado delante de nuestras narices y no lo sabemos todavía. Quizás estemos en una nueva edad y no sabemos nada aún.

Ya que la anterior era la edad moderna iba a ser complicado bautizar ésta. Porque ser nuevo y ser moderno son cosas que no se asemejan mucho, aunque la humanidad últimamente está bastante identificada por lo nuevo y por lo nunca visto y, sobre todo, por lo nunca visto. Por eso la democracia dicen que es de todas las formas de gobierno la menos mala y la más de moda y la verdad que tal y como nos ha ido, podemos decir que lo que nos gobernó y lo que nos gobierna en democracia fue siempre lo nunca visto.

Recuerdo que desde el paleolítico la punta de una lanza fabricada de una piedra caía por otra punta más afilada y más geométricamente perfecta, hasta que ésta caía por otra más pulida y ésta por otra de cobre y ésta por otra de bronce, de hierro, de acero y así hasta la más perfectas de la aleaciones marcaban nuestras edades evolutivas y, curiosamente, sólo la marcaban, aparte de los años, los acontecimientos, los hechos.

Ni que decir tiene que la edad moderna no duró los siglos que la edad media por la sencilla razón de que la lucha constante por la libertad de expresión y las ideas, opiniones o ejemplos, no estaban hechos de puntas de lanza. Éstas eran pagadas por la opresión, la fuerza, la maldad, y el miedo que provocaba el tener que dormir en el poder y en los privilegios.

Caen una y otra vez en sentir miedo a lo diferente, a lo nuevo y también a lo no conocido, por ello es por lo que al no poder usar ahora la fuerza de las lanzas usan la de la arrogancia, la indiferencia y el desprecio por los demás. Creyéndose que por proteger a sus hijos solucionándoles la vida de por vida, en vez de enseñarlos a vivir la suya con total libertad de supervivencia y superación, van a tener su estirpe garantizada para la eternidad.

Siguen creyendo en la creación de las clases sociales y el distanciamiento para seleccionar sus amistades y sus ideas para fabricar a nuevos individuos, que os sirvan de instrumentos para conservar sus patrimonios, y vuelta a empezar. Mientras tanto, una cantidad infinita de personas con cualidades, con talento y con inconmensurable cantidad de ideas y sin la más mínima oportunidad, viven a la vez, disfrutan a la vez, se sacrifican a la vez, sin la más mínima queja y en silencio.

Señores políticos del poder de mi pueblo en Chiclana, recapaciten, analicen, piensen, tenemos todo el derecho a pensar como nos plazca y como nos interese. Acordaros que nunca os eligió el pueblo porque éste eligió algo nuevo, una idea y una imagen de algo que le hacía soñar. Votaron a un dibujito y en ese entraban vuestros nombres y vuestros apellidos, que impusisteis a base de empujones entre unos y otros.

No os habéis renovado, no os habéis superado, no habéis inventado una nueva punta de lanza y ya va siendo hora de que os conozcamos en la oposición, humildemente, y nos mostréis la humildad del trabajo con esfuerzo, el sacrificio, la fatiga e ilusión y, sobre todo, la superación de vuestra clase política. Desgraciadamente, vuestros hijos no parten de la nada, esas juventudes que, en vez de empujar y echarles a ustedes por el barranco, lo que hacen es vivir para conservar y conservar al más puro estilo especulador y conservador.

Estáis demasiado ocupados en hacernos creer que sois los mejores, los menos malos, los elegidos y los iluminados. Estáis demasiado ocupados en hacernos creer que nadie puede gobernar Chiclana, nada más que vosotros, que nadie está preparado, que nadie tiene ideas, que nadie está apto. Estáis desgastando mucho esfuerzo en eso, y por ello el empujón que vais a recibir, va a ser más grande que la caída.