Logo Derecho - Bann

Fantasías euclidianas de ayer y hoy

José Antonio Sanduvete [colaborador]

Para evadirse de la realidad decidió ver las cosas como un conjunto de figuras geométricas, poniendo de este modo en marcha un proceso de abstracción que, pese a lo que pudiera parecer, no le resultó especialmente pesado. Así contemplaba como esferas las cabezas que pululaban de un lado para otro montadas sobres primas, que le observaban con ojos también esféricos, que le saludaban con manos compuestas por graciosos cilindros de diverso tamaño. Conos eran los árboles, y los semáforos, e imponentes pirámides los montes que cerraban el horizonte. Era divertido, el mundo parecía un grácil y sutil juego de composición.

Luego pensó en prescindir del volumen, tal vez porque de todo se cansa uno, tal vez porque, puestos a iniciar la evasión, cuanto más lejos mejor. Así que el sol dejó de ser una esfera y se convirtió en una circunferencia, y eran triángulos los que poblaban el horizonte, y cuadrados los edificios, y todo parecía infantil presentado en dos dimensiones.

Pero, ¿por qué no reducir las figuras geométricas a líneas?, pensó, y como la imaginación lo puede todo el mundo se convirtió en eso, en líneas que iban de acá para allá renunciando a componer figuras, un mundo hecho de rayajos de bebé, inocentes y simples, que transmitían una paz infinita mientras se desplazaban lentos y pesados como mastodontes.

¿Y una línea no es, acaso, una sucesión infinita de puntos? ¿Por qué no simplificar la realidad hasta convertirla en un mosaico de puntos que renunciasen a las dimensiones, al espacio, al tiempo, al volumen, al color, al movimiento, a la forma? Una realidad pura y descarnada, quizá la más real de las realidades.

Cuando se vio a sí mismo formado por puntos, cuando el mundo entero fue un conjunto infinito de puntos del que él formaba parte, indiscernible, cuando él notó que estaba ahí pero que el que estaba, en realidad, era el universo, y tomó un punto y no supo muy bien si era suyo, o del aire que le rodeaba, o de un grano de arena en el desierto del Kalahari, o de polvo de estrellas en la constelación de Orión, comprendió que... en realidad... él no era nada... o lo era todo...


1 comentario:

  1. hijo! me has dejadoo sin palabras porque tengo un amigo que hacia esos dibujos y siguió ese prceso en los dibujos geométricos que hacía que eran maravillosos, como él, una persona de inteligencia brillante y excepcionalmente buena, se llama Nicolás

    ResponderEliminar

Los Comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.

Por favor al redactar tu comentario sobre EL TEMA, cuida las formas.
No utilices 'copiar y pegar' para grandes textos, ni mayúsculas en exceso. No poner textos en el nombre. No direcciones web externas. Mejor sin abreviaturas SMS. Los comentarios pueden ser borrados (ver Advertencia Legal)
.