La Vigía, otra faraonada de José Mier, el nuevo mojónhito de Chiclana

El delegado de Zona Franca y ex-alcalde vuelve a las andadas con un proyecto que atenta al buen gusto y al medio ambiente

La IV Feria de Muestras, Innovación y Turismo nos ha traído la polémica con dos maquetas, la del poblado de Sancti Petri, de la que hablaremos, que ha suscitado risas y comentarios jocosos por su “gran calidad”, y otra que no ha dejado a nadie indiferente, un mamotreto en el que la Zona Franca, que dirige, es un suponer, José Mier, pretende “regalarnos” para que seamos “un hito de modernidad y reclamo turístico”, una torre a la que ha denominado “La Vigía”, y que tiene, “sólo”, 80 metros de altura, y que pretende “colárnosla” en la Loma del Puerco, frente al Hotel Riu. (FOTOS: El "mojónhito de Pepemié" y el padre de la criatura, tan "alegre" como siempre, esta vez en la presentación del tranvía).

José Mier está aburrido en su cargo de la Zona Franca. Este ente no le gusta demasiado. Acostumbrado al día a día, estar en el despacho sin mucho que rascar, aunque se lleve un sueldazo por ello, ya no le atrae como al principio. Mier es el responsable de uno de los desastres urbanísticos de Chiclana: la remodelación de la Alameda del Río.

Se le ocurrió convertir una vía de mucho tráfico, con coches entrando y saliendo de la ciudad sin problema alguno gracias a su doble carril, en lo que hoy es, un lugar con largas colas casi todo el día, inhóspito y que los chiclaneros no utilizan para sus paseos o echar un descansito. Contrariamente a lo que hacían hasta que se le ocurrió la “genial”, y faraónica, idea, nada más llegar a la alcaldía.

José Mier dejó las arcas del Ayuntamiento sin nada, por no haber no había ni telarañas. Tras perderle de vista lo colocaron en la Junta, refugio de la mayoría de los mediocres cuando terminan o les quitan de sus cargos políticos. A Mier lo mandaron a la delegación provincial de Obras Públicas. Casi nada.

Durante su mandato como alcalde de Chiclana, se deterioró el medio ambiente como nunca, aunque sus sucesores tampoco se han quedado mancos, y se consintió la construcción masiva de viviendas ilegales, sobre todo a los amigos del régimen de la rosa, que se forraron a la vista de todos y sin el menor pudor.

ÍNFULAS DE FARAÓN

Más tarde lo colocaron al frente del consorcio Zona Franca, en Cádiz. Aparentemente ha estado calladito, modoso, sin dar escándalos. Parecía que había cambiado, pero en esta feria nos ha demostrado que no, que sigue como siempre y queriendo volver a la actualidad con otra obra faraónica, para que se le recuerde en siglos venideros, pero tan inútil como la de la Alameda, y tan poco práctica como ella.

Los gobiernos que hemos tenido en 31 años, todos del PSOE excepto 17 meses con Marín y PP al frente, han hecho algo que ha sido muy valorado por mucha gente, nosotros incluidos: La no proliferación de rascacielos o edificios altos en nuestro término municipal. Aquí no se podía construir edificios de más de cuatro plantas. La pena es que a esta buena idea le salió una dura competidora, que ha convertido nuestra ciudad en un caos urbanístico: las viviendas ilegales.

Pero el PSOE, contrariamente a lo que ha hecho siempre, autorizó en Carboneros una torre de veinte o más pisos. Y eso debió encender la luz en la sesera de Mier, Pepemié pa los amigos y sobre todo en época de elecciones: “Si mis sucesores proyectan o autorizan la construcción de la torre en esa zona de Chiclana ¿por qué yo no voy a poder tener mi propia torre y pasar a la posteridad?”.

Dicho y hecho. Me imagino a los arquitectos y técnicos de la Zona Franca corriendo por los pasillos del edificio con planos en las manos camino de la oficina de Dyeser Keops Mier, para mostrarle sus diseños, que al no ser demasiado faraónicos –por tanto, sin merecimiento de pasar a la historia- tenían que volver a rehacer hasta dar con el que quería.

"SÓLO" CUESTA CINCO MILLONES DE EUROS

Estar en Obras Públicas y tener tantos y buenos amigos constructores le evita tener que contratar como antaño miles de esclavos para llevar a cabo su “megamierproyecto”. Como los antiguos faraones, “no sus preocupéis por el coste”. La Zona Franca debe tener mucho dinero para gastar CINCO MILLONES DE EUROS en esta torre.

En el folleto propagandístico, de gran calidad y caro, por tanto –Mier siempre apostando por el ahorro-, en su parte posterior y bajo el titular CONSTRUYENDO EL FUTURO, vienen quince fotos de proyectos realizados o a realizar en toda la provincia. Entre éstos destacan un caladero, edificios y naves de realojo, una escuela infantil, el Estadio Carranza, una harinera, Procosur, energías renovables, un gran aparcamiento en Puerto Real, un polígono en Barbate, otro en Tahivilla y una planta Heineken.

¿Qué ha dejado Pepemié para su pueblo, con decenas de empresas cerrando, miles de personas en paro (estamos en 11.000 y subiendo), sin estación de autobuses que él mismo prometió que haría siendo alcalde, sin presa contra avenidas, ni polígonos prometidos, sin Ronda Oeste ni Este, con carencias de colegios y guarderías, sin comisaría, sin un hospital que necesitamos como el comer y más ambulatorios o centros de salud como ahora les llaman?

EL “MOJÓNHITO” DE PEPEMIÉ

Pues Pepemié, con tantas carencias como tenemos, nos ha dejado un mojónhito de cinco millones de euros para su posteridad. Y lo vende como un referente para toda la zona, que hará que aumente el turismo (a partir de ahora los touroperadores meterán en sus promociones de todo el mundo el “mojónhito de Pepemié”), potenciará la imagen de modernidad (tiene el mismo diseño, o se le parece mucho, de cientos de torres esparcidas por todo el mundo, como el restaurante giratorio, que se habrá enterado que lo hay en Madrid en el edificio del mismo nombre desde hace 50 años, o en Toronto, desde donde se ve Toronto entero, y pensó que sería buena idea tener uno igual en Chiclana).

Dice el folleto “que potenciará las telecomunicaciones en Chiclana”. Ya puestos, que pongan allí la televisión pública que prometió el PSOE hace unos años. Sería también otro hito porque a nadie se le ha ocurrido algo parecido, poner un estudio de televisión en una torre. ¿O sí? No tengo claro si el pirulí de TVE es una torre como ésta.

Aunque lo más importante es el punto final: Conmemorará la batalla de La Barrosa. Aquí sí que no tengo crítica alguna que hacer. De todos es sabido que los chiclaneros usaron una que había antes aquí, de similar altura y arquitectura, como vigía para, como cantaba Carlos Cano, “a ver los barcos venir”. Entonces, ¿quién ha puesto en la torre del Puerco una torreta bajucha, llena de pintadas, con pinta de vieja y mal cuidada? ¿Y para qué serviría?

Dice Pepemié, nuestro Keops chiclanero, que se inspira en torres de Berlín. Claro, y seguro que están en una zona al lado del mar, con hoteles que no superan las tres o cuatro plantas para no afear el paisaje. Dice que es respetuoso con el medio ambiente, el edificio, no él, y lo más curioso: “No atenta en modo alguno a la línea paisajística del litoral”. Ahí lleva razón. Como sólo tiene ochenta metros de altura ni se verá, ya que los árboles que le rodearán tienen la misma altura y se camuflará entre ellos.

GRAN RIVAL PARA LA TORRE EIFFEL

Comenta Keops Mier que espera que el Ayuntamiento le dé el visto bueno. El día que se inauguró la Feria de Muestras Román, Gómez Periñán y Cabaña pasaron casi sin detenerse ante la maqueta, por lo que no creemos que el aspirante a alcalde cave su tumba aprobando un proyecto como éste, que además no será suyo ni podrá vanagloriarse de él. Y Pepemié y Román no se ajuntan, salvo en público.

Claro que viendo el gusto que le ha entrado por poner piedras últimamente el candidato, igual se hace la foto, porque inaugurarlo no creemos que lo haga, ya que para 2012 casi seguro que no será el regidor de esta ciudad. Y cuando se termine de verdad, menos.

En cuanto se entere Sarkozy de lo que pretende Keops Mier va a coger un rebote de tres pares de napias francesas, las más grandes de “le monde”, por querer quitarle turistas a su París y su Torre Eiffel, que a partir de ahora, verá cómo éstos se dirigirán a Chiclana para admirar tan “singular” obra arquitectónica.

La torre parisina, que recibe seis millones de visitas anuales, ya empieza a temblar ante la gran rival que le ha salido en Chiclana. La torre francesa se hizo para una exposición universal que allí se celebró. Aquí no necesitamos tantas tonterías. Se hace y ya está.