Más de ocho años después de los graves incidentes de los cohetes de la Feria de San Antonio, comenzó el juicio en busca de responsables

Los ex-concejales Teresa Varo (Fiestas) y Antonio Delli Paoli (Protección Civil) únicos imputados del gobierno socialista

El pasado 17 de junio se cumplieron ocho años de los incidentes que tuvieron lugar cuando se estaban lanzando los fuegos artificiales como final de la Feria de San Antonio 2002. Ayer lunes comenzaron por fin los interrogatorios en el juzgado número 3 de Cádiz, donde dieron su versión más de treinta afectados y los dos únicos ex-concejales socialistas imputados, Teresa Varo (Fiestas) y Antonio Delli Paoli (Protección Civil). El alcalde de entonces, Manuel Jiménez Barrios, máximo responsable de lo que pasaba en Chiclana, y el edil de Seguridad Ciudadana, Manuel Rodríguez, se fueron de rositas y no están entre los imputados. (FOTOS: Comienzo de los impactos de los cohetes, entre el público y en la caseta y muro. Varios de los afectados).

Era la primera Feria de San Antonio que se hacía en el recinto de Las Albinas y estuvo plagada de accidentes, ya que aparte de los cohetes, donde más de cincuenta personas sufrieron daños en sus cuerpos, algunas muy graves, hubo atropellos de caballos y carruajes.

Lo peor de todo es que varios días antes del comienzo del festejo, el Jefe de la Policía Local de entonces, Manuel Domínguez, entregó al edil de Seguridad Ciudadana dos informes denunciando la inseguridad del recinto ferial, haciendo caso omiso éste y el alcalde, poniendo en grave peligro la vida de las miles de personas que se dieron cita allí.

Nadie podía imaginar que el último acto que se llevaría a cabo ocasionaría lo que poco después de comenzar, unos diez minutos, tuvo lugar. El sitio elegido para la instalación de los fuegos artificiales era al otro lado del lago que han hecho conjuntamente con el nuevo recinto ferial. La empresa contratada era la misma de años anteriores, “Pirotécnica Al Andalus”, sevillana.

Las calles donde están instaladas las casetas rebosaban de gente. A las 00,00 h. de la noche del domingo 16 al lunes 17 comenzaron a explosionar los primeros cohetes. Cientos de personas se colocaron en la calle situada entre las casetas y el lago, lugar reservado para emergencias.

Nadie les prohibió colocarse allí, por lo que este lugar se llenó de espectadores que querían ver en primera línea los fuegos de artificio. Dos vallas cortaban el paso hacia fuera. A pocos metros comenzaron a salir los fuegos. Todo era alegría y bullicio hasta que uno de los cohetes cayó en el agua, saliendo a continuación hacia donde estaba el público.

PUDO OCURRIR UNA CATÁSTROFE

Contamos entonces que algunos de los presentes, al ver el artefacto dirigirse hacia el sitio donde se encontraban, echaron a correr, arrastrando consigo a los que estaban a su lado. Otros artefactos impactaron contra el agua y espectadores seguidamente y otro cohete lo hizo contra el muro del último pantalán, cercano al lugar donde los feriantes tenían sus camiones, y los restos lo hicieron en medio centenar de espectadores. El pánico y el caos se apoderaron de esa zona.

Las personas heridas fueron atendidas por la Cruz Roja, aunque para poder llegar tuvieron los cuerpos de seguridad que abrir camino en la calle principal del ferial, que en ese momento estaba llena, ya que no había habilitada ninguna vía de emergencia en el recinto. Los heridos fueron trasladaron al Centro Periférico de la Longuera. De allí los llevaron al Clínico de Puerto Real y al Puerta del Mar de Cádiz.

Ya se pueden imaginar lo que allí se vivió esa noche. De los pacientes enviados al Clínico doce fueron intervenidos quirúrgicamente de heridas y quemaduras de diversa gravedad. El más grave tenía lesiones en el abdomen y varias perforaciones intestinales, y el resto destrucción de tejidos y contaminación de las heridas. Alrededor de veinte de los que presentaban trastornos leves fueron dados de alta esa misma noche, mientras que el resto, quince, permanecieron varios días internados.

RESPONSABILIDADES

Cuando ocurren estos sucesos siempre se suele exigir responsabilidades. En este caso, el principal responsable es el alcalde, Manuel Jiménez, y su delegado de Seguridad, Manuel Rodríguez, porque ambos conocían la inseguridad del ferial por unos informes entregados días antes al segundo de ellos por el Jefe de la Policía, Manuel Domínguez. Dijimos en 2002 que había que determinar las responsabilidades de la empresa pirotécnica, pero que ante las numerosas irregularidades cometidas por los socialistas chiclaneros, nos temíamos que se pudieran ir de rositas. Y parece que así va a ser.

Resulta que cuando la jueza de Chiclana a la que le tocó el caso pidió al Ayuntamiento los nombres de los responsables de este desaguisado, parece ser que el Consistorio envió sólo los de la concejala de Fiestas, Teresa Varo, y el concejal de Protección Civil, Antonio Delli Paoli, que son los únicos imputados del equipo de gobierno socialista de aquellas fechas.

Como nos temíamos, el alcalde y el edil de Seguridad, los máximos responsables de lo que sucedió, se salvaron de la quema, implicando a dos ediles, sobre todo Delli Paoli, que ostentaba una concejalía que en esto tenía poco que ver, porque Protección Civil está para echar una mano en caso de que suceda algo, no para organizar todo lo que se monta en la feria. Para eso estaban las delegaciones de Obras y Seguridad, cuyos responsables se libraron de este juicio.

La ley prevé una distancia mínima entre la instalación y los espectadores, debiendo también acotar la zona para impedir que se pueda poner allí la multitud. Si además ésta cubría la vía destinada a emergencias, la responsabilidad se amplía a quien lo permitió, pues perdieron unos minutos preciosos en llegar las ambulancias, que se encontraban a pocos metros de allí. La gran afluencia de público, el miedo y la confusión dificultaron las tareas de los servicios sanitarios, aunque por suerte pudieron actuar con rapidez a pesar de todo.

SE SALTARON LA LEY UNA VEZ MÁS

La Orden de 20 de octubre de 1988 que regulaba la manipulación en la realización de los espectáculos públicos de fuegos artificiales dispone que los referidos “sólo podrán efectuarse con autorización del Gobierno Civil y previo informe de la Dirección General de Industria y Energía, a cuyo efecto deberá presentarse en uno de dichos órganos con cinco días de antelación al menos, la solicitud correspondiente, acompañada del conjunto de esquemas de los artificios a disparar”.

La solicitud deberá presentarse por la entidad organizadora de las fiestas o espectáculos. Si estos han de tener lugar en vías o espacios públicos, “a la solicitud deberá acompañarse el permiso del Ayuntamiento o de la autoridad competente, para la utilización de dichas vías o espacios, salvo que el Ayuntamiento o autoridad correspondientes sean los organizadores de los espectáculos, exigiendo, entre otros múltiples requisitos, la especificación del tipo, forma y características de la protección dispuesta para evitar toda clase de lesiones o daños a las personas y a las propiedades”.

Y LO MÁS IMPORTANTE: “El Ayuntamiento dispondrá lo conveniente para que, con anterioridad a la iniciación de los mismos, se elabore el correspondiente plan de actuación en emergencias, que comprenderá las medidas: de prevención de riesgos que puedan afectar a las personas que intervienen en su desarrollo o que presencien los mismo y a los bienes, de seguridad y vigilancia de la zona presuntamente afectada por un accidente, así como de protección y socorro urgente de las víctimas y de evacuación y asistencia sanitaria de las mismas”. Nada de esto hizo el equipo de gobierno socialista.

CABEZAS DE TURCO

La misma vía que se habilitó para los espectadores fue la que se dejó para circular los vehículos de ambulancias, bomberos y protección civil, constituyendo todo ello una grave irresponsabilidad por parte del alcalde y los delegados de Fiestas, Teresa Varo; Obras y Servicios, Sebastián Verdugo, y, sobre todo, el de Policía, Manuel Rodríguez, que, por olvido o incapacidad, no fue capaz de advertir y corregir las medidas deficitarias observadas en la Feria.

En las declaraciones efectuadas ayer en Cádiz tanto Varo como Delli Paoli negaron ser responsables de lo sucedido, la primera asegurando que no supervisaron la seguridad del castillo de fuegos artificiales, ni de la contratación de la empresa de los fuegos artificiales, ya que era trabajo de los técnicos municipales.

Tampoco se hizo responsable de la colocación del público. El edil de Protección Civil por su parte dijo desconocer todo lo referente a los cohetes. El fiscal pide para ambos ex-concejales dos años de cárcel. Viendo lo sucedido y de quienes era en realidad la responsabilidad de todo lo concerniente a la Feria, Varo y Delli Paoli han sido escogidos por el PSOE como cabezas de turco para librar a los de más alto rango como el alcalde y el edil de Seguridad, la máxima autoridad en esta historia.

Se da por hecho que nadie quiso que esto pasara, que la empresa de pirotecnia sevillana tenía mucha experiencia y llevaba varios años haciendo esto en la Feria, pero el equipo de gobierno socialista nunca se preocupó de que las medidas de seguridad marcadas por la ley se cumplieran.

A ello hay que sumarle los informes de Manuel Domínguez, Jefe de Policía, en los que anunciaba la inseguridad de esta feria, donde tampoco revisaron si las atracciones estaban o no en buenas condiciones como denunció la Asociación de Feriantes. Menos mal que allí no pasó nada.

Durante esta semana seguirán declarando los afectados, peritos y técnicos. A ver en qué queda esto, pero de momento este proceso no juzga a personas que deberían estar sentadas en el banquillo como responsables de lo que sucedió la noche del 16 al 17 de junio de 2002. Dos chivos expiatorios como Teresa Varo y Antonio Delli Paoli cargarán con las culpas de éstos. Por cierto, el otro acusado, Juan Torralba, responsable de la empresa de los fuegos, falleció hace poco.