Cuando estemos preparados

La vida en el planeta Tierra tiene origen extraterrestre. AsĂ lo afirma, al menos, la cosmogonĂa nama. Los nama, etnia nĂłmada que habita entre las actuales Botswana, Namibia y Sudáfrica, explica la existencia del ser humano como un experimento genĂ©tico de seres inteligentes, los Urami, llegados en lo que ellos, en su lengua nama plagada de chasquidos, parecen definir como una enorme piedra brillante, lo cual pudiera ser una nave espacial, o un meteorito.
Los Urami son descritos como pequeños gusanos o lombrices capaces de retorcerse sobre sĂ mismos y de comunicarse "sin ser oĂdos", lo que los relaciona con procesos telepáticos. SegĂşn los nama, los Urami poseĂan "el secreto de la vida", de modo que se dedicaron a crear distintas especies en el mundo con el objetivo, es de suponer, de alimentarse y de utilizarlas como servidumbre.
Sus intenciones Ăşltimas, no obstante, no quedan claras en la cosmogonĂa nama, pues los Urami, segĂşn algunas tradiciones, representan "el futuro" y se comunicarán con el ser humano como "especie elegida", desvelando los secretos de las estrellas y de la vida, "cuando estemos preparados".

Al desarrollarse la ciencia antropolĂłgica, algunos investigadores, tras convivir con los nama y su cultura, han llegado a la conclusiĂłn de que los Urami fueron eliminados por los propios humanos que, en una especie de rebeliĂłn prometeica, desarrollaron una aversiĂłn irracional por sus creadores que les llevĂł a pisarlos a todos, uno a uno, con un asco supremo.
Otros, por contra, tienden a pensar que las actuales lombrices son, en realidad, los propios Urami, que quizás estén aún esperando el momento en que el ser humano deje de sentir repulsión ante su apariencia para transmitirles, definitivamente, su mensaje. Estos investigadores, tachados de locos en ámbitos académicos, suelen actuar amontonando lombrices en urnas transparentes y tratando de deducir de su comportamiento alguna actividad telepática.
Todo hace indicar, no obstante y sin llegar a la dureza de las predicciones de los nama, que, al menos a dĂa de hoy, el ser humano "no está preparado" ni para verdades, ni para secretos, ni para dialogar con las lombrices, lo cual no deja de resultar desalentador...
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