EDITORIAL mayo 2011

La primavera nos trae olor a cambio político

Por fin llegó mayo, florido como dice el refrán, y en esta ocasión también por los diferentes colores políticos que concurrirán a las elecciones municipales del 22 de este mes, diez nada menos. Las calles huelen a cambio, pero esta vez de verdad, no como hace cuatro años en los que se cambió pero no del todo. Chiclana necesita que estos malos gobernantes que tenemos se vayan una larga temporada al banquillo de la oposición para intentar levantar una ciudad arruinada por políticos que sólo se han preocupado de enriquecerse y favorecer a sus amigos. (FOTO: El levante destrozó los carteles de Román. ¿Será una premonición de lo que pasará mañana?).


Tras 30 años en el poder, cinco menos que Franco, los chiclaneros nos merecemos otra cosa. No nos merecemos políticos como los que han regido nuestra ciudad durante tres décadas, incumpliendo la ley de forma sistemática, favoreciendo ilegalidades de amigos poderosos, suyos o de altos dirigentes socialistas –Hotel “Barceló” por ejemplo-, derrochando a manos llenas si pudor alguno, esquilmando nuestro medio ambiente y haciendo un PGOU declarado ilegal en tres ocasiones, que nos ha costado un ojo de la cara para al final tener que hacer otro, que nos costará el otro ojo.

Todo lo que han prometido hace cuatro años ha sido incumplido por el PSOE, incluyendo el “Pacto para relanzar Chiclana”, firmado al alimón con dos políticas impresentables, que se echaron en brazos de Román cuando antes habían estado en los del cuatripartito.

Este tipo de actuaciones nos ha pasado factura y nos costará mucho recuperarnos. La ciudad está casi en la ruina, el Ayuntamiento se ha endeudado en los dos años y medio que lleva Román gobernando en varios miles de millones de pesetas (como nos hablan en euros parece que no es mucho).

La austeridad prometida cuando echaron a Marín y compañía no ha sido llevada a cabo, ni la creación de empleo, ni la construcción de viviendas públicas, ni la disminución de cargos de confianza, ni la puesta en marcha de Miralrío, prometida para los seis primeros meses de gobierno.

DESPILFARRO SOCIALISTA Y PROMESAS INCUMPLIDAS

Mucho criticar a Lechuga por los carabineros y nuestro alcalde y concejales siguieron visitando conocidos restaurantes y marisquerías con empresarios y otros políticos de su cuerda, acompañados de sus cargos de confianza en muchos casos. Lo mismo que han hecho durante treinta años.

Nos hemos quedado sin comisaría de policía, sin estación de autobuses, sin Ronda Oeste, sin Ronda Este, sin centro comercial en La Longuera, sin que funcione el centro de salud Los Gallos, el de La Cucarela lo verán nuestros nietos, sin presa contra avenidas, sin polígono Miralrío, sin Sancti-Petri (hemos pagado mil millones de pesetas entre abogados y rescate a sus anteriores dueños y sólo hemos conseguido que nos lo “presten” por sesenta años).

Román y su cabezonería nos ha metido en el lío de un tranvía con un trazado que nadie quiere, un medio de transporte que no nos hace ninguna falta y que sólo acarreará un gasto enorme, unas pérdidas que tendremos que sufragar todos los chiclaneros sin algún día funciona.

Se han hecho unas obras que mucho nos tememos van a servir de poco. Esperemos que el nuevo equipo de gobierno cumpla lo dicho y si se hace, que pase por donde no arruine a nuestros comerciantes como quiere hacer Román.

Resumiendo, que en pocas semanas Chiclana estará gobernada por otros políticos que nos saquen de este pozo que parece no tener fondo. Hay que echar al PSOE ya, no vamos a tener otra tercera oportunidad. Chiclana no soportaría otros cuatro años en manos de Román y su equipo, muy flojo por cierto. Y así cumplimos con el lema del alcaldable: Contigo podemos. Pues hagámoslo.