El cañón de una recortada

Ya me lo decía mi madre: "No te metas en asuntos de dinero, que no traen nada bueno". El dinero no trae la felicidad, dicen. Hay que admitir, desde luego, que no es aconsejable carecer absolutamente de dinero, especialmente si quieres sobrevivir en el mundo, en la jungla de asfalto, como dicen. Pero sí que es verdad que cantidades muy elevadas de dinero fomentan la envidia, el odio, la avaricia, y atraen una serie de problemas desagradables que sería mejor evitar.
Y, no obstante, la gente sigue metiéndose en asuntos de dinero guiados por la ilusión de beneficios multimillonarios que, en condiciones normales, no traen más que multimillonarias deudas.
Que conste que yo no soy de esos. Se lo estoy diciendo a estos tíos, pero no me hacen ni caso. Y ellos venga con los pagarés falsos, y venga con las deudas de juego, y venga con que el jefe está muy cabreado. ¿Qué jefe, joder?
Alguien muy estúpido y muy irresponsable debe de tener mi nombre, o mi cara, o un número de teléfono o una dirección muy parecidos a los míos, porque de otra forma no se explica que entren aquí estos y, sin preguntar, me aten a una silla, me den de hostias y empiecen a reclamar su dinero.
Y yo sin un duro en la cuenta, maldita sea.
He probado a suplicarles, a llorar, a gritarles, a insultarles, a jurarles que no soy el tío que buscan. "¡Viva la muerte!", voy a proclamar, a ver si con semejante paradoja consigo confundirles.
Lo dudo, en cualquier caso. Estos matones no parecen muy dados a confusiones retóricas.
Lo que no voy a poder hacer es confesarles dónde está el dinero, el puto dinero del que nunca había oído hablar hasta que ellos llegaron.
Quizás si me invento un lugar consigo ganar tiempo para escaparme y desaparecer para siempre. Joder, yo que no he matado una mosca en mi vida. El dinero podría estar en el jardín debajo del árbol, en una cuenta suiza, en un doble fondo del suelo del salón, en el depósito de combustible del coche...
Bah, qué más da. No estoy muy lúcido, desde luego. ¿Quién puede estar lúcido con el cañón de una recortada apuntándole directamente a la frente? En las películas las cosas siempre salen bien. Bonito traje, señores, y bonita pistolita. Viva la muerte.

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