EDITORIAL-Septiembre 2011

Levantamiento en la Casa del Pueblo contra Román y Páez

Los últimos tres meses serán recordados por el anterior alcalde de Chiclana, José María Román, como de los peores de su vida política. A la pérdida de las elecciones –la primera vez que los socialistas no ganan en treinta años- le siguió la de la alcaldía. Pocos días después se conocía el fallo del Tribunal Supremo que declaraba, como se preveía, ilegal el PGOU que él y su partido hicieron y que los tribunales tumbaron por no ajustarse a la ley. Un político con un mínimo de vergüenza política habría dimitido, pero esa palabra parece que no está en el vocabulario del ex–regidor.


Pero cuando todavía no habíamos salido de este fuerte impacto nos llega una auditoría realizada en el Ayuntamiento por los técnicos municipales y nos enteramos que en las arcas que ha dejado Román tiene una deuda a corto, mediano y largo plazo de 156 millones de euros, 26.000 millones de las antiguas pesetas.

Mientras han ido saliendo estas noticias, el que gobernara Chiclana en el segundo tramo de la pasada legislatura se encontraba desaparecido. Para más inri, el PP, ante las bravatas de Cándida Verdier en el pleno de julio, en el que aseguró que apoyarían una comisión de investigación sobre el PLES “porque no tenemos nada que esconder”, presentó esta propuesta y salió adelante con el voto de los populares y de IU, lo que enfadó sobremanera a Román y también a la edila. Si miran bien puede que se lleven una sorpresa sobre alguna de estas concesiones irregulares que se dieron.

Pero lo peor que le podía pasar al presidente local del PSOE es que le estallara en la cara la dimisión de cinco de sus miembros más relevantes del comité local. Ya estuvieron a punto de hacerlo cuando se fue Pedro Quiñones, pero aguantaron y tragaron con que fuera elegido “por aclamación” candidato a la alcaldía. Sin embargo, ni Román ni Joaquín Páez, secretario, han dicho nada al respecto. Bueno, Páez sí, en su cuenta de twitter, donde llama a los que dimitieron “deleznables”.

Una de las razones esgrimidas por los disidentes es la falta de información, pues bien, los militantes socialistas se han tenido que enterar por www.puentechico.com y posteriormente por un diario provincial de la dimisión de estas cinco personas. Ni siquiera en su página web han puesto la carta enviada con la renuncia, ni tampoco los han quitado del organigrama.

Cuando pasa algo tan serio como el abandono de un comité por cinco de sus miembros lo lógico es que el secretario del mismo dé una explicación, pero Páez está más ocupado en dar notas de prensa todos los días contra el alcalde, Ernesto Marín, algunas de ellas vomitivas, que en dar la cara como le corresponde.

En la asamblea que debe celebrarse en septiembre le van a pedir cuentas de todo esto y del pago del congreso del PSA, otro asunto que ha dejado en mal lugar al partido, porque aparte de torpes, ha sido, si no se demuestra lo contrario, una compra de voluntades y votos con el mayor descaro del mundo. Hay unas facturas que así lo atestiguan.

Y no tardará mucho tampoco lo de los casos “Barceló” y “Supersol”, ya saben, lo de las licencias ilegales concedidas por el que fuera concejal de Urbanismo socialista Joaquín Muriano, en contra de los informes técnicos de la propia Gerencia de Urbanismo. Por eso no es de extrañar que ande como loco en busca de una moción de censura que le devuelva el sillón municipal, aunque esta vez parece que IU no se va a plegar a sus encantos monetarios como hace tres años.