EL GENIO [colaboración]

Fumanchú, el CHINAclero disconforme [colaborador].-

Erase una vez un hombre que siempre se lamentaba, se hacía hartible él solo, se lamentaba del gobierno, los impuestos, la familia de la mujer incluyendo hasta la suegra, figúrense que se lamentaba hasta del precio del gasoil y eso que no tenía ni coche.
Un día, a regañadientes, lamentándose de lo que el doctor le había aconsejado, que era andar un rato todos los días, pasaba tranquilamente por la orilla del río y antes de llegar a la pasarela a la altura del “Pico de Oro”, le dio una patada a una lata de “red bull” y de allí salió un genio.
Él, miro al genio y le dijo:
-¿Y tú qué quiere ahora?
El genio le respondió:
-Estoy aquí para concederte tres deseos, así que piénsate muy bien lo que me vas a pedir a ver si puedo darte la felicidad para el resto de tu vida.
Él, sin pensárselo dos veces, espetó:
-A ver si tienes cojones de darme cien millones de euros.
El genio dijo:
-Lo siento picha, eso no es un deseo, son cien millones de deseos y yo solo doy tres, pero tratándose de que la cosa va de euros te puedo dar uno y ten cuidado no vayas a mal gastar los otros dos deseos que te quedan.
El genio se echó mano al bolsillo, miro a ver si tenía algo suelto y le dio el euro. Él tomó con la palma de la mano el euro con una cara que pa qué te cuento.
Miró al genio y le dijo:
-¿Un espabilao, no?
-¿Qué quiere tu, cohone?, está la cosa mu mala, le contestó el genio,
Él, ni corto ni perezoso, le volvió a decir al genio:
-¿Ah, sí? Pues te vas a enterar. Ahora quiero de segundo un chalet aquí en Chiclana, perfectamente equipado con todas las comodidades y con bonitas vistas.
El genio asintió:
-Hecho
Le exigió al genio el chalet y éste le dijo que no se lo iba a construir allí mismo, frente al “Pico de Oro”, a lo cual él le preguntó que por dónde lo había construido. No vea como se puso el tío cuando el genio le dijo que lo había construido por La Coquina y en zona inundable y que mientras lo hacía, lo había denunciado el Ayuntamiento y también Costas y que las multas que iban a venir a su nombre no se las iba a quitar ni su nieto.
Aparte de zona inundable, el genio decía que no había encontrado sitio y que no iba a quitárselo a otro para dárselo a él. Y que, además, no había encontrado otro lugar que tuviese tan bonitas vistas.
Primero se quedó mirándolo y luego, así, y sin pensarlo, se cagó de palabra en sus muertos.
El genio dijo:
-¡Ehhhhh, Ehhhh! Cudiaito que yo no he ofendío a tu familia. Además, tu me has pedío un chalet bien equipaito y no me has especificado nada más. Y lo de cagarte en mis muerto lo tomaré como una decisión tuya y no un deseo porque en este caso ya habrías agotado tus tres deseos. ¡Tío mierda!
Y entonces él fue cuando perdió to los papeles y sin ni siquiera pensarlo, mandó al genio ar carajo. Le dijo así, con toa las letras:
-Te qui par carajo, genio esqueroso.
Entonces el genio le respondió:
-¡Ah, sí! Pues lo siento, ése es tu tercer deseo, yo ya me voy.
El genio se esfumó en toda sus narices y otra vez se le quedó una cara de tonto que pa qué te cuento.
Ahora, callaíto la boca y sin dar muchas explicaciones, lamentándose menos, acude a todas las manifestaciones y a todas las reuniones de vecinos para tratar el tema de la regularización de viviendas. Alegando que está parao y que no le alcanza, se quedó con el chalet y le puso un cartel de SE VENDE con un letrero que pone hasta su número de teléfono, pero nadie lo llama.
Se ha entrevistao varias veces con el alcarde y el concejal de Urbanismo y éste le habla de unas normas nuevas que dice que son subsidiarias a lo cual él le contesta:
-¡Subsidiaria, subsidiaria! Eso que no se me pase por la cabeza. Suicidarme.