Mi reino por un elefante
Félix Arbolí [colaboraciones].-
Nunca pensé que la muerte de un elefante, iba a originar tanto escándalo y ocupar tanto espacio en la prensa mundial y en las comidillas, almuerzos, meriendas y cenas de los españoles. Hay veces que la noticia de un inoportuno viaje y una desafortunada caída se convierte en un tsunami informativo de incalculables e imprevisibles consecuencias. El Rey que no tiene mucha suerte en sus percances físicos, a pesar de su intensa vida deportiva es, al parecer, bastante adicto al quirófano y los hospitales.
Algunos cuentan sus operaciones como si se trataran de medallas inherentes a su alto cargo. Estos días ha vuelto nuevamente a la actualidad médico-quirúrgica, debido a su fama de hombre despistado y propenso a los accidentes. Conforme está el patio de la realeza no parece que sea tan florido y hermoso como el de una típica casa cordobesa. Al circo de la Monarquía, -sin ánimo ofensivo de mi parte-, parece que no le van muy bien las cosas y en el argot popular “le crecen los enanos” y se le mueren los elefantes.
Sin olvidar el caso Urdangarín, en su fase más peligrosa y amenazante con las declaraciones de Torres, ni el del nieto que se dispara en el pie, ante el mismo padre, a pesar de que por su edad no debiera ver a una escopeta a menos de un kilómetro. Y todo tan seguido y escandaloso de cara a la opinión pública.
La cacería del Rey ha puesto al descubierto asimismo las desavenencias en el matrimonio real, ya que en una semana de vacaciones, él se marcha a Botsuana, buscando su elefante, con la misma obsesión que el capitán Ahab buscaba a “Moby –Dick” en su barco ballenero y ella a Grecia para pasar las fiestas con sus hermanos y asistir a los actos de la liturgia ortodoxa griega.
Al enterarse del accidente del rey no suspende sus vacaciones y le visita a los tres días de ocurrir el percance durante 15 minutos. Comentan que don Juan Carlos, como buen Borbón, no es ejemplo de fidelidad conyugal, pero uno y otra deben disimular y guardar las apariencias para evitar dar esa mala imagen al pueblo y a los cada vez más numerosos que sueñan con la República. La cacería y muerte del paquidermo ha sido la guinda que necesitaban los de la bandera tricolor, para lanzar al aire sus andanadas.
A DEGÜELLO CONTRA LA MONARQUÍA
Y no porque les afecte la muerte de ese hermoso animal, sino porque el suceso les ha permitido entrar a degüello contra la Monarquía, achacándole todos los males del país y olvidado sus cosas buenas, como el que puedan expresar libremente sus opiniones, cosa que ni con Franco, ni con la República se toleraba. Y conste que nunca he sido educado como monárquico, ni la he tenido como panacea gubernamental. He sido el primero que me he lanzado al ruedo para criticar lo que estaba mal hecho y los fallos cometidos por sus miembros más destacados, incluidos sus titulares.
Hablan del Príncipe Felipe como el salvador de la Institución, pero los que defienden con honestidad esta opción, no saben que muchos de los que la reclaman persiguen la caída de este régimen, pues son conscientes que a la llegada de los príncipes al trono se cumplirían sus ambiciones republicanas, ya que no son por ahora los más idóneos para reflotar un barco que hace agua por varios frentes. Si Juan Carlos cae, creo no equivocarme, se hunde la España monárquica y liberal, que a pesar de las crisis y los abusos que padecemos, aún nos ofrece control, respeto callejero y acatamiento a un orden establecido y necesario.
Aprovechando ese “Mogambo” real se han lanzado a un duro linchamiento para intentar deslegitimar al monarca y casi a obligarle a beber la cicuta socrática o a abdicar del trono en un homenaje póstumo al infortunado señor de la trompa y los colmillos. Hubo un rey francés que perdió su reino por un caballo, (según cuenta la leyenda) y el nuestro quieren que pase a la Historia por perderlo por un elefante. Al menos, tiene más caché.
Si se tuvieran en cuenta las corrupciones, negocios sucios, viajes costosos y otras dilapidaciones del dinero público, no se salvarían ni los leones que protegen las puertas del Congreso. Que no sé cómo no se han vendido ya en alguna chatarrería de las que mercadean el cobre, bronce y otros metales para su exportación a China.
Comprendo y desapruebo, que en tiempos de crisis, cuando el pueblo está pasando sus peores momentos, no es lógico que el Rey se marche a África para cazar un elefante, cuya aventura cuesta un ojo de la cara y parte del otro. Si es que, como dicen algunos, no había sido invitado por algún amigo, gobernante o magnate. Pero tampoco veo que esta alocada decisión, en un hombre que le gusta la caza a rabiar, –afición que no comparto lo más mínimo-, sea motivo suficiente para que salgan las voces de los de siempre pidiendo no los colmillos del paquidermo, sino la cabeza del monarca.
FERNÁNDEZ TOXO DE VACACIONES MIENTRAS PREPARABAN LA HUELGA
Locuras y abusos los ha habido y los sigue habiendo en todos los círculos del poder. El puesto en la ONU de la ex ministra Bibiana Aido lo consiguió el gobierno de Zapatero a base de insistencias y la donación de cien millones de euros del dinero público para la organización “Mujer ONU”, que dirige la expresidenta socialista de Chile, la señora Bachelet, a cuya secretaría quería que fuese la exministra española de Igualdad.
No obstante, ante su escaso dominio del inglés y las requeridas titulaciones para el puesto, solo se pudo conseguir que ocupase un puesto de menor categoría bajo la dirección de la burundesa Giovane Biha, en la división de gestión administrativa. Esta operación, aparte de los citados millones de nuestro erario, nos ha supuesto cargar con su sueldo y gastos consiguientes. Pero de este hecho no habló, ni habla nadie.

Otro de los que más han criticado el viaje real ha sido el dirigente de CCOO, Fernández Toxo, pero nadie le ha afeado que en plena crisis y preparando la huelga general, contra el paro y la mala situación de los trabajadores, se pagara un crucero de lujo por el Báltico, con su señora, en camarote de lujo y con vistas al exterior y de los que tienen toda clase de servicios incluidos.
Hasta visitas adicionales a Gdnya, Klaipeda, Estocolmo, Helsinki y hasta dos días visitando San Petersburgo. A su regreso, en una entrevista radiofónica manifestaba: “La falta de medidas de este gobierno, ha dejado a muchos trabajadores sin vacaciones”. Sin comentarios.
¿Quién es el guapo que tira la primera piedra en el cajón de los despropósitos?
Nunca pensé que la muerte de un elefante, iba a originar tanto escándalo y ocupar tanto espacio en la prensa mundial y en las comidillas, almuerzos, meriendas y cenas de los españoles. Hay veces que la noticia de un inoportuno viaje y una desafortunada caída se convierte en un tsunami informativo de incalculables e imprevisibles consecuencias. El Rey que no tiene mucha suerte en sus percances físicos, a pesar de su intensa vida deportiva es, al parecer, bastante adicto al quirófano y los hospitales.
Algunos cuentan sus operaciones como si se trataran de medallas inherentes a su alto cargo. Estos días ha vuelto nuevamente a la actualidad médico-quirúrgica, debido a su fama de hombre despistado y propenso a los accidentes. Conforme está el patio de la realeza no parece que sea tan florido y hermoso como el de una típica casa cordobesa. Al circo de la Monarquía, -sin ánimo ofensivo de mi parte-, parece que no le van muy bien las cosas y en el argot popular “le crecen los enanos” y se le mueren los elefantes.
Sin olvidar el caso Urdangarín, en su fase más peligrosa y amenazante con las declaraciones de Torres, ni el del nieto que se dispara en el pie, ante el mismo padre, a pesar de que por su edad no debiera ver a una escopeta a menos de un kilómetro. Y todo tan seguido y escandaloso de cara a la opinión pública. La cacería del Rey ha puesto al descubierto asimismo las desavenencias en el matrimonio real, ya que en una semana de vacaciones, él se marcha a Botsuana, buscando su elefante, con la misma obsesión que el capitán Ahab buscaba a “Moby –Dick” en su barco ballenero y ella a Grecia para pasar las fiestas con sus hermanos y asistir a los actos de la liturgia ortodoxa griega.
Al enterarse del accidente del rey no suspende sus vacaciones y le visita a los tres días de ocurrir el percance durante 15 minutos. Comentan que don Juan Carlos, como buen Borbón, no es ejemplo de fidelidad conyugal, pero uno y otra deben disimular y guardar las apariencias para evitar dar esa mala imagen al pueblo y a los cada vez más numerosos que sueñan con la República. La cacería y muerte del paquidermo ha sido la guinda que necesitaban los de la bandera tricolor, para lanzar al aire sus andanadas.
A DEGÜELLO CONTRA LA MONARQUÍA
Y no porque les afecte la muerte de ese hermoso animal, sino porque el suceso les ha permitido entrar a degüello contra la Monarquía, achacándole todos los males del país y olvidado sus cosas buenas, como el que puedan expresar libremente sus opiniones, cosa que ni con Franco, ni con la República se toleraba. Y conste que nunca he sido educado como monárquico, ni la he tenido como panacea gubernamental. He sido el primero que me he lanzado al ruedo para criticar lo que estaba mal hecho y los fallos cometidos por sus miembros más destacados, incluidos sus titulares.
Hablan del Príncipe Felipe como el salvador de la Institución, pero los que defienden con honestidad esta opción, no saben que muchos de los que la reclaman persiguen la caída de este régimen, pues son conscientes que a la llegada de los príncipes al trono se cumplirían sus ambiciones republicanas, ya que no son por ahora los más idóneos para reflotar un barco que hace agua por varios frentes. Si Juan Carlos cae, creo no equivocarme, se hunde la España monárquica y liberal, que a pesar de las crisis y los abusos que padecemos, aún nos ofrece control, respeto callejero y acatamiento a un orden establecido y necesario.
Aprovechando ese “Mogambo” real se han lanzado a un duro linchamiento para intentar deslegitimar al monarca y casi a obligarle a beber la cicuta socrática o a abdicar del trono en un homenaje póstumo al infortunado señor de la trompa y los colmillos. Hubo un rey francés que perdió su reino por un caballo, (según cuenta la leyenda) y el nuestro quieren que pase a la Historia por perderlo por un elefante. Al menos, tiene más caché. Si se tuvieran en cuenta las corrupciones, negocios sucios, viajes costosos y otras dilapidaciones del dinero público, no se salvarían ni los leones que protegen las puertas del Congreso. Que no sé cómo no se han vendido ya en alguna chatarrería de las que mercadean el cobre, bronce y otros metales para su exportación a China.
Comprendo y desapruebo, que en tiempos de crisis, cuando el pueblo está pasando sus peores momentos, no es lógico que el Rey se marche a África para cazar un elefante, cuya aventura cuesta un ojo de la cara y parte del otro. Si es que, como dicen algunos, no había sido invitado por algún amigo, gobernante o magnate. Pero tampoco veo que esta alocada decisión, en un hombre que le gusta la caza a rabiar, –afición que no comparto lo más mínimo-, sea motivo suficiente para que salgan las voces de los de siempre pidiendo no los colmillos del paquidermo, sino la cabeza del monarca.
FERNÁNDEZ TOXO DE VACACIONES MIENTRAS PREPARABAN LA HUELGA
Locuras y abusos los ha habido y los sigue habiendo en todos los círculos del poder. El puesto en la ONU de la ex ministra Bibiana Aido lo consiguió el gobierno de Zapatero a base de insistencias y la donación de cien millones de euros del dinero público para la organización “Mujer ONU”, que dirige la expresidenta socialista de Chile, la señora Bachelet, a cuya secretaría quería que fuese la exministra española de Igualdad.
No obstante, ante su escaso dominio del inglés y las requeridas titulaciones para el puesto, solo se pudo conseguir que ocupase un puesto de menor categoría bajo la dirección de la burundesa Giovane Biha, en la división de gestión administrativa. Esta operación, aparte de los citados millones de nuestro erario, nos ha supuesto cargar con su sueldo y gastos consiguientes. Pero de este hecho no habló, ni habla nadie.

Otro de los que más han criticado el viaje real ha sido el dirigente de CCOO, Fernández Toxo, pero nadie le ha afeado que en plena crisis y preparando la huelga general, contra el paro y la mala situación de los trabajadores, se pagara un crucero de lujo por el Báltico, con su señora, en camarote de lujo y con vistas al exterior y de los que tienen toda clase de servicios incluidos.
Hasta visitas adicionales a Gdnya, Klaipeda, Estocolmo, Helsinki y hasta dos días visitando San Petersburgo. A su regreso, en una entrevista radiofónica manifestaba: “La falta de medidas de este gobierno, ha dejado a muchos trabajadores sin vacaciones”. Sin comentarios.
¿Quién es el guapo que tira la primera piedra en el cajón de los despropósitos?






El Borbón no es más que el heredero que impuso el dictador Francisco Franco antes de morir.
ResponderEliminarUna parte del ejército, jalonada por la iglesia y la ultraderecha, dió un golpe de estado en 1936, derrocando una república democrática... desde entonces sólo hemos tenido una bochornosa y larga transición.
La monarquía es un sistema anacrónico, contrario a cualquier principio democrático y de justicia.
Te recuerdo Lorenzo que el primero que quiso darle el golpe de estado a la republica legal y democraticamente elegida fue tu querido partido.PSOE Y SI TIENES DUDAS TE DOCUMENTAS
ResponderEliminarSí un golpe minúsculo y fallido. El PSOE nunca ha sido muy amigo de la democracia real, de otra forma no apoyaría la canallesca ley electoral que acabará dividiendo a España en trozos porque da un peso a los partidos nacionalistas que no le corresponden... todo para salvaguardar su privilegiada posición.
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