La imparable desaparición de los países europeos
Félix Arbolí [colaboraciones].-
La situación actual está llegando a unos límites que resultan insostenibles para todos. Para gobiernos y para ciudadanos. Vivimos esclavos, sí, digo esclavos, no encuentro palabra más apropiada, de una serie de señores que desde sus mansiones escandalosamente lujosas y en medio de una cohorte de fieles y serviles “lacayos” en el sentido más estricto y peyorativo de esta palabra, nos están haciendo la vida insoportable al resto de los ciudadanos.
Son los que forman parte de ese “NOM”, (masón, sionista, iluminista y todos los “istas” más despiadados y abusivos, al que pertenecen algunos de nuestros políticos), tan citado y denunciado por nuestro inolvidable Ismael Medina, asó como del Banco Mundial, el FMI, el Banco Central Europeo y todas esas telarañas financieras que nos tienen presos en sus laberínticas redes sin posibilidad de liberarnos.
Somos las marionetas de una serie de organizaciones insaciables y tiránicas que nos manejan a su antojo, sin sentir el menor escrúpulo o preocupación ante el hecho de que a causa de sus egoístas y despóticas manera de enfocar nuestros problemas caigan los gobiernos, se hundan los países y se suiciden ante sus sedes los ciudadanos desesperados.
Son máquinas de hacer dinero a costa del sacrificio y el agotamiento de una Humanidad angustiada. No resulta extraño, aunque no apruebe los métodos que se usaron, lo que ocurrió a aquellos nobles y banqueros que vivían en la más ofensiva opulencia en la Francia de Luis XVI y de María Antonieta, mientras el pueblo carecía hasta del pan y terminaron sus días bajo la afilada hoja de “madame Guillotine”.
Dicen que las guerras se hacen y sirven para controlar el crecimiento de la humanidad y dar salida a los excedentes de armamentos acumulados por las grandes potencias. Es duro reconocerlo, pero nada inverosímil.
COLLARES Y CADENAS
Asimismo opino que todas las revoluciones, generalmente cruentas e imposibles de controlar se desatan cuando los ciudadanos, que son mayoría, se hartan de collares y cadenas, de miserias y abusos y de extravagancias ofensivas y se lanzan como locos, la locura de una larga y contenida desesperación, a enderezar entuertos, vengarse de tanto oprobio y purificar el enrarecido ambiente. Pero nadie se acuerda de Santa Bárbara hasta que truena.
Creo que es hora ya de que tantos “amos” y potentados se bajen de sus pedestales y salgan de sus palacios de marfil para comprobar por sí mismos que el volcán popular rabioso e indignado está a punto de estallar si ellos no ceden algunos de sus numerosos privilegios y dejan de atosigar a un ciudadano que está en el límite de su resistencia y paciencia.
El pueblo está harto ya de que nos vengan a imponer sus controles y normas los políticos alemanes y nos citen como ejemplos de cómo no debe gobernarse un país, los candidatos franceses. ¡Ya está bien tanto servilismo y dependencia! Hay que tener dignidad y sentirse libre y capacitado para operar en nuestras cosas sin necesidad de asesores foráneos y encima nada interesados ni altruistas, y si no que se lo pregunten a Grecia.
Han hundido a una nación a base de unos préstamos y exigencias que ni el más abusivo usurero hubiera sido capaz de imponerle. Y claro, si está en crisis y encima le imponen unos intereses y plazos a todas luces difíciles de cumplir, sólo han conseguido que la situación se haga dramática e insostenible y que los ciudadanos se sientan defraudados, cabreados, ofendidos y arrepentidos de haber caído en esa trampa saducea que llaman Unión Europea, aunque yo la considere el método para someter a toda Europa a ese Nuevo Orden que tiene en Alemania y en USA a sus más fiel instrumento y representación.
HACIA LA HECATOMBE
Y al final, como siempre, una nueva guerra mundial de imprevisibles y nada gratos resultados y vuelta a empezar en esta dinámica de dominación. Nos resulta insoportable este constante mangoneo de financieros y políticos germanos y yanquis visitando nuestro país y controlando nuestra situación para que se dignen darnos su visto bueno si nuestro gobierno, que se supone soberano e independiente, ha adoptado las medidas que les han impuesto.
¿Si no somos capaces de gobernarnos a nivel de Estado y estamos expectantes de lo que decidan la señora Merkel y sus enviados a fisgonear en nuestros asuntos, cómo vamos a pretender que esos “Taifas” inconformistas no nos consideren como una nación de políticos marionetas y se vean en libertad para imponer sus maquiavélicos afanes separatistas?
Grecia está en las últimas, Irlanda y Portugal están a la espera de que se consuma lo inevitable y España, a pesar de que estamos asfixiados y ya no podemos soportar tanta angustia y cabronada, es el próximo objetivo que ese Orden Mundial se ha fijado. Luego irán cayendo uno tras otros los restantes, pues ese “h. de p.”, que nos tiene esclavizados a todos no parará hasta que exista un solo poder que domine todo el Occidente y ya veremos lo que hace o puede ocurrir con el Oriente. Yo ya no estaré para verlo o…, a lo peor, sí. Vamos muy aprisa hacia la hecatombe política y económica.
La situación actual está llegando a unos límites que resultan insostenibles para todos. Para gobiernos y para ciudadanos. Vivimos esclavos, sí, digo esclavos, no encuentro palabra más apropiada, de una serie de señores que desde sus mansiones escandalosamente lujosas y en medio de una cohorte de fieles y serviles “lacayos” en el sentido más estricto y peyorativo de esta palabra, nos están haciendo la vida insoportable al resto de los ciudadanos.
Son los que forman parte de ese “NOM”, (masón, sionista, iluminista y todos los “istas” más despiadados y abusivos, al que pertenecen algunos de nuestros políticos), tan citado y denunciado por nuestro inolvidable Ismael Medina, asó como del Banco Mundial, el FMI, el Banco Central Europeo y todas esas telarañas financieras que nos tienen presos en sus laberínticas redes sin posibilidad de liberarnos.
Somos las marionetas de una serie de organizaciones insaciables y tiránicas que nos manejan a su antojo, sin sentir el menor escrúpulo o preocupación ante el hecho de que a causa de sus egoístas y despóticas manera de enfocar nuestros problemas caigan los gobiernos, se hundan los países y se suiciden ante sus sedes los ciudadanos desesperados.
Son máquinas de hacer dinero a costa del sacrificio y el agotamiento de una Humanidad angustiada. No resulta extraño, aunque no apruebe los métodos que se usaron, lo que ocurrió a aquellos nobles y banqueros que vivían en la más ofensiva opulencia en la Francia de Luis XVI y de María Antonieta, mientras el pueblo carecía hasta del pan y terminaron sus días bajo la afilada hoja de “madame Guillotine”.
Dicen que las guerras se hacen y sirven para controlar el crecimiento de la humanidad y dar salida a los excedentes de armamentos acumulados por las grandes potencias. Es duro reconocerlo, pero nada inverosímil.
COLLARES Y CADENAS

Creo que es hora ya de que tantos “amos” y potentados se bajen de sus pedestales y salgan de sus palacios de marfil para comprobar por sí mismos que el volcán popular rabioso e indignado está a punto de estallar si ellos no ceden algunos de sus numerosos privilegios y dejan de atosigar a un ciudadano que está en el límite de su resistencia y paciencia.
El pueblo está harto ya de que nos vengan a imponer sus controles y normas los políticos alemanes y nos citen como ejemplos de cómo no debe gobernarse un país, los candidatos franceses. ¡Ya está bien tanto servilismo y dependencia! Hay que tener dignidad y sentirse libre y capacitado para operar en nuestras cosas sin necesidad de asesores foráneos y encima nada interesados ni altruistas, y si no que se lo pregunten a Grecia.
Han hundido a una nación a base de unos préstamos y exigencias que ni el más abusivo usurero hubiera sido capaz de imponerle. Y claro, si está en crisis y encima le imponen unos intereses y plazos a todas luces difíciles de cumplir, sólo han conseguido que la situación se haga dramática e insostenible y que los ciudadanos se sientan defraudados, cabreados, ofendidos y arrepentidos de haber caído en esa trampa saducea que llaman Unión Europea, aunque yo la considere el método para someter a toda Europa a ese Nuevo Orden que tiene en Alemania y en USA a sus más fiel instrumento y representación.
HACIA LA HECATOMBE
Y al final, como siempre, una nueva guerra mundial de imprevisibles y nada gratos resultados y vuelta a empezar en esta dinámica de dominación. Nos resulta insoportable este constante mangoneo de financieros y políticos germanos y yanquis visitando nuestro país y controlando nuestra situación para que se dignen darnos su visto bueno si nuestro gobierno, que se supone soberano e independiente, ha adoptado las medidas que les han impuesto.

Grecia está en las últimas, Irlanda y Portugal están a la espera de que se consuma lo inevitable y España, a pesar de que estamos asfixiados y ya no podemos soportar tanta angustia y cabronada, es el próximo objetivo que ese Orden Mundial se ha fijado. Luego irán cayendo uno tras otros los restantes, pues ese “h. de p.”, que nos tiene esclavizados a todos no parará hasta que exista un solo poder que domine todo el Occidente y ya veremos lo que hace o puede ocurrir con el Oriente. Yo ya no estaré para verlo o…, a lo peor, sí. Vamos muy aprisa hacia la hecatombe política y económica.
Un magnífico artículo que no tiene desperdicio.
ResponderEliminarMientras, tienen entretenido al personal con el fútbol, las carreras de coches y motos, los programas basura de esos de tirarse de los pelos ante el público, la novela de las cuatro con los lacimógenos temas sudamericanos, etc.
Toda la gente metida en su casita y sin comunicarse entre sí. De esta manera evitan el proselitismo y destruyen la capacidad crítica y la conciencia política, todo con la colaboración mediática de determinados medios en manos de ese mismo poder oculto al que alude el Sr. Arbolí.
Lo considero un "misionero" cuyo objetivo nos plantemos muy pocos, aún: despertar a estos humanos durmientes, anestesiados por lo más atràs comentado.
El interés que suscitan este tipo de artículos lo comprobaremos mediante el inexorable barómetro del número de comentarios que aparezcan.
Mi enhorambuena al autor por este artículo que pone el dedo en la llaga.