El actor sanroqueño Juan Luis Galiardo falleció ayer en Madrid a los 72 años

Ayer fallecía en Madrid el actor gaditano, nacido en San Roque, Juan Luis Galiardo. Tenía 72 años y una gran trayectoria en el mundo de la interpretación, ya que formó parte de muchas películas, obras de teatro y series de televisión. Un cáncer de pulmón acabó con uno de los mejores actores que ha tenido este país. En marzo de 2006 visitó Chiclana para tomar parte en unas jornadas dedicadas al teatro y sus protagonistas.
Estuvo trabajando hasta el último aliento de vida, como lo había estado haciendo desde que muy joven debutó en el mundo del teatro y del cine. Fue uno de los fundadores del conocido grupo Teatro Universitario, conocido como el TEI, que tenía a Miguel Narros como director. Ahora estaba inmerso en la grabación de varios capítulos de la serie de Antena 3 “Gran Hotel”, que se podrán ver el próximo otoño.
Juan Luis Galiardo tuvo altibajos en su vida, ya que a épocas de mucho trabajo, con películas muchas de ellas infumables, pero necesarias para comer y vivir holgadamente, alternó con otras en las que rodaba menos pero lo que hacía le llenaba más y fue lo que dio el renombre como actor que mantuvo durante casi toda su carrera.
Confesó cuando visitó nuestra localidad que en la época en la que era joven, galán y perseguido por las mujeres, tuvo de todo, vivió a todo tren y disfrutó de la vida a destajo, lo que también le llevó a un estado de insatisfacción que estuvo a punto de inducirle al suicidio, cuestión que se planteó más de una vez. En esa época fue nombrado en Nueva York “Galán más popular”.
Reconoció que el éxito le llegó demasiado joven y no lo supo asimilar. Afortunadamente conoció a un psiquiatra que le enderezó el rumbo y partir de ese momento nació otro Galiardo, que se convertiría en poco tiempo en el actor más afamado del país, con el casi todos los directores querían contar para sus películas.
Creó una productora con varios amigos, “Penélope Films”, con la que llevó a cabo numerosas obras fílmicas como “El disputado voto del señor Cayo”, o series televisivas que marcaron un hito en nuestro país como el añorado “Turno de oficio”, donde daba vida a un abogado conocido como “El Chepa”. En ella salía un joven desconocido para el público que años más tarde se convertiría en otro afamado actor: Juan Echanove.
“LA FAMA Y LA VANIDAD NO SIRVEN PARA NADA”
Rodó Galiardo 169 películas por lo que nombrarlas sería casi interminable, pero si nos dejó un ramillete de grandes trabajos como los realizados en “Suspiros de España (y Portugal)”, “Siempre hay un camino a la derecha”, “Familia”, “Don Juan, mi querido fantasma”, “El caballero Don Quijote” –rodada una parte en la playa de Bolonia-, “El vuelo de la paloma”, nominado al Goya, y “Adiós con el corazón”, con el que se lo llevaría en el año 2000.
Cuando estuvo en Chiclana andaba liado con la película “Miguel y William”, en la que él interpretaba a Cervantes. Hizo así mismo cine en Méjico y en coproducciones como “Marco Antonio y Cleopatra”, con Charlton Heston, y rodó al lado de bellezas como Sophia Loren o Carmen Sevilla.
En el mundo del teatro interpretó clásicos como “Antígona”, “Edipo Rey”, “La malquerida”, “El avaro”, la última que hizo, “La celestina” o “Un hombre de suerte, de José Luis Alonso de Santos.
En Chiclana, en 2006, afirmó que “la fama y la vanidad no sirven para nada”, en clara referencia a sus tiempos de juventud en la que tuvo a ambas a manos llenas. Galiardo fue claro con la forma en que el actor debe comportarse: “Debe anestesiar el ego en el escenario; desposeerse de él es un crecimiento personal”.
Manifestó que ese momento estaba haciendo “un recorrido hacia la dignidad perdida”, añadiendo que un actor sin texto “es un bulto sospechoso”, que hay que respetar al público, “no hay que seducirlo engañándolo, éste debe tener su dignidad y el actor también, la relación con el público no debe ser humillante, sino respetuosa”.
Afirmó que no se trataba bien en España a las grandes personalidades: “La tumba de Shakespeare está siempre llena de flores y la de Cervantes, de mojones”.
Encandiló Galiardo a todos. Estuvo irreverente, cariñoso, divertido, comprometido, crítico, paciente, reivindicativo, galán, galante, actor… Un señor. Descanse en paz.
Mis mas sinceras condolencias a su familia. Hemos perdido a un gran actor y a un ser muy inteligente, además de poseer una gran belleza interior y exterior
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