Nuestra sanidad pasará a depender de empresas inglesas

Félix Arbolí [colaboraciones].-
      
Estamos viviendo unos momentos en los que pensamos más que hablamos y nos lamentamos más que pensamos. Y lo que es peor aún, no encontramos maneras de poner en orden nuestras ideas y sosegarnos. Las cosas están cambiando a peor a una velocidad tal, que soy incapaz de asimilarlas aunque me esfuerce al máximo. He llegado al punto en que me gustaría hundirme en el sillón, apagar la televisión y sin mirar a nada en especial, aunque tenga los ojos abiertos, dejar la mente en blanco y esperar con resignación a que se consuma el tiempo que aún me queda de vida, que es muy inferior al que ya tengo vivido. (FOTOS: Ministerio de Sanidad y dos hospitales públicos  gestionados por la empresa inglesa CAPIO, en Collado Villalba y en Móstoles).

Porque tal como nos están condenando a vivir es mejor hacer como el avestruz, hincar  la cabeza en el sofá y olvidarse de todo cuanto nos rodea. Los políticos de la izquierda nos hundieron y dejaron sin blanca y los de la derecha vienen decididos a rematar la faena y convertirnos en unos nuevos Adán y Eva, sin manzana, aunque sí con serpientes que nos encontramos en cada esquina y en cada hoja del Boletín Oficial del Estado.
 
La vida dicen que es como una bolsa de caramelos que damos a nuestros pequeños. Al principio, cuando la ven llena, se los comen a toda prisa, sin saborearlos, y cuando ven que les quedan pocos los controlan y disfrutan el  máximo tiempo posible. A la nuestra, con la ida de Zapatero y la llegada de Rajoy, solo le quedan las envolturas vacías, ya que los que quedaban se lo han comido nuestros “amados” políticos y sus amiguísimos hombres de negocios.

Al pueblo lo tienen idiotizado y acojonado (perdón), sin  fuerzas para reaccionar y oponerse a tantas y continuas tropelías. Nos han convertido en “zombis”  o mártires de un Dios desconocido que nada tiene que ver con el que nos inculcaron de pequeños.

NUESTRA SANIDAD SE VENDE Y SE SALDA
     
Es raro el día que no nos amargan el desayuno con una mala noticia. Hoy le ha tocado el turno a la Sanidad, aunque de ella llevamos hablando, con más miedo que esperanzas. Me informan y lo cotejo en Google, que la gestión sanitaria y de grandes hospitales no depende ya en gran parte del gobierno de la comunidad donde se hallan, ni del central, sino de una poderosa empresa británica llamada CAPIO, con sede en Luxemburgo.

Esta empresa foránea es la que gestiona la sanidad en amplias zonas comunitarias españolas. Entre ellas, la Fundación Jiménez Díaz, el Hospital Público de Móstoles, Nuevo Hospital Público de Collado Villalba, Hospital General de Catalunya, el Universitario Infanta Sofía de Madrid, la Clínica de Albacete, Hospital Sur de Alcorcón y el Hospital Tres Culturas de Toledo, por ahora, ya que siguen extendiendo sus tentáculos por otras zonas.

CAPIO está a punto de monopolizar la atención sanitaria pública de la comunidad valenciana al adquirir a BANKIA y a la CAM el cincuenta por ciento perteneciente a Ribera Salud, para hacerse con el control sanitario del veinte por ciento de los valencianos. Esta última empresa, Ribera Salud, es la encargada de gestionar cinco áreas sanitarias valencianas y otros tantos centros hospitalarios. La oferta de CAPIO se cifra de momento en ciento diez millones de euros.
 
La citada Ribera se ha hecho con las gestiones del laboratorio clínico del Hospital Infanta Sofía de Madrid, que se ocupa de los análisis de seis centros públicos y es la accionista mayoritaria del Hospital de Torrejón de Ardoz de Madrid. Hemos citado pues  a Castilla La Mancha, Valencia, un hospital de Cataluña y varios de Madrid,en esta cesión casi saldada de nuestra sanidad en manos británicas. Y me figuro que aquí no acabará la cosa.

NEGOCIO RUINOSO CON MUCHOS PRETENDIENTES    
Hay muchos nombres conocidos y cargos importantes  relacionados con este tejemaneje sanitario que al ciudadano tiene en un completo sin vivir, como se dice coloquialmente. La citada empresa inglesa CAPIO, está muy interesada como se ve en hacerse con nuestros asuntos sanitarios, a pesar de que algunos digan que son un negocio ruinoso. ¡Altruistas que son estos ingleses!

Arriesgan millones de euros en mantenernos atendidos y sanos. Me pregunto, ¿cómo no le otorgan la Orden de Carlos III, para recompensar su noble gesto? La realidad, triste y bochornosa realidad, es que la sanidad pública de los españoles, que debiera ser objetivo prioritario de todo gobierno honesto, se está dejando en manos de una empresa de inversión inglesa.

Nosotros construimos los hospitales, les dotamos de todos sus servicios y se los cedemos en ocasiones gratuitamente a esa CAPIO, para que ellos se hagan cargo de tan onerosa misión, mediante el pago encima a costa de nuestro erario de unas elevadas cantidades mensuales por su trabajo. ¿No es extraño que un negocio tan “ruinoso” tenga tantos pretendientes?

Hasta para estornudar vamos a tener que entonar el “Dios salve a la Reina”, pero no dedicado a Sofía, sino a Elizabeth. ¿Y a nosotros, quién nos va a salvar?  Primero ha sido el COPAGO, luego será la cuota de hospitalización y al final, si aún seguimos vivos, la operación. Al final, ya se sabe, siempre serán los mismos “pringaos” los que paguemos los platos rotos tras los festines de lujo de los selectos.