¿Qué pasó con...? [Memento Mori]
José Antonio Sanduvete [colaborador].-
No sé qué pasó con los libros que no terminaron de ser leídos. Tal
vez sus personajes quedaron en un lugar indeterminado, en el limbo,
esperando pacientemente que algún lector se acercara a ellos. Tampoco sé
qué pasó con los libros que no terminaron de ser escritos, debe de ser
aún peor, un tiempo angustioso a la espera de que el escritor retome la
historia, de que agarre la pluma y acumule energías. Y, aunque no lo sé,
ni siquiera me atrevo a pensar en el destino de los libros que ni
siquiera terminaron de ser pensados, que pasaron fugaces por la mente de
alguien que los olvidó, o los rechazó, o fue incapaz de darles vida.
No sé qué sucede con las películas que no se acaban de ver. Los personajes tal vez queden tensos, inquietos, a la espera de que un espectador se interese por sus peripecias. Pero, ¿qué sucede con las películas que no terminan de ser rodadas? ¿Qué sucede con aquellas que ni siquiera quedan plasmadas en un guión? Sus tramas, sus argumentos, sus historias quedan en un lugar horrible, más cerca de la efímera nada que de la existencia real.
No sé qué será de los sueños que no se hagan realidad. Quizá sus protagonistas mueran antes de nacer, quizá solo queden en eso, en sueños. Lo que de verdad me da miedo, sin embargo, es lo que sucederá con los sueños que queden a medias a causa de bruscos despertares. ¿Y aquellos sueños que ni siquiera lleguen a tomar forma? Porque el limbo de los sueños no cumplidos no es muy agradable, pero el de los sueños que sus poseedores no se atrevieron a soñar es verdaderamente aterrador...
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