Yo les daba la independencia

Félix Arbolí [colaboraciones].-

Me entero  que cuarenta pueblos catalanes han eliminado el nombre de “Plaza de España” y han puesto en su lugar “Plaza de la Independencia”. Pues me parece muy bien. El cambio de nomenclatura en las calles se ha convertido entre los nuevos políticos en algo muy similar a aquellas rabietas infantiles cuando alguno de nuestra pandilla nos hacía una faena o nos “birlaba” a esa “pitusa”, que se  consideraba nuestra novia. Dejábamos de hablarle, no mencionábamos su nombre y cuando teníamos que dirigirnos a él utilizábamos a otro como  intermediario.

En mi tierra gaditana les llamábamos “bajancia”, palabra  que por cierto no he encontrado en el diccionario, aunque ya figuren vocablos menos recomendables y más ajenos a nuestros usos. Estos pueblos, el gobierno regional y algunas instituciones y municipios no desean formar parte de España y no encuentro motivos para tenerlos uncidos a un carro que, según ellos, les supone  un lastre y según las demás comunidades un considerable ahorro en problemas y dinero.

A pesar de que ellos afirmen dar más de lo que reciben, quisiera yo poder echar un “vistazo”  a las cuentas estatales a ver cómo queda la cuestión. Me resulta raro que un catalán salga perjudicado en sus asuntos económicos. ¡Si hasta el IVA por la venta de sus productos en las otras regiones lo cobran ellos! Son los únicos que gozan de ese privilegio.

¿En qué nos beneficia, pues, vender y comprar sus productos? ¿ Para qué vamos a tener a unos ciudadanos descontentos y renegando de la patria común? Lo digo aun sabiendo que mi apellido es de ascendencia catalana y existe un pueblo con este nombre en Tarragona, del que procedemos los “arbolíes”. Menos mal que a uno de mis antepasados le dio por emigrar a tierras gaditanas y fundar las nuevas generaciones.

No es que reniegue de la  procedencia de mi apellido, pero hay cuestiones que no comprendo, ya que opino que por encima de mi andalucismo, que siento profundo y me considero satisfecho, está mi orgullo de ser español.

ANTIESPAÑOLES  

Nunca me ha incomodado mi origen catalán y tengo familiares muy directos, nacidos y casados en aquellas tierras, a los que siento muy cercanos. No entiendo que algunos por el hecho de ser catalanes tengan que sentirse antiespañoles.

Esto me molesta y hasta ofende, la verdad. Todos somos libres para adoptar otra “patria” distinta a la que hemos considerado nuestra y bajo cuya bandera y nacionalidad nuestros antepasados realizaron los hechos más gloriosos de una Historia común, pero esa adopción no ha de ponernos en la tesitura de tener que odiar a la patria de la que hemos formado parte durante centurias y generaciones.

Yo no oculto mi origen andaluz, ni reniego de mis ascendientes catalanes, pero por encima de ambos me considere más español que las antiguas pesetas. 

Lo que no me parece normal, he de decirlo, es que nos intenten discriminar y acomplejar al considerar que ser catalán es más importante y serio, totalmente diferente, a ser de otra región de España. Creo que hasta que no se decida lo contrario oficialmente, Cataluña sigue siendo una región de su “odiada” España.

Más aún, invitaría a estos señores que se ofende si se les considera españoles, que dediquen un poco de su tiempo, que como políticos tendrán de sobra, para que puedan  descubrir y examinar sus antecedentes familiares y verán como aparecen el abuelo “Pepe” o el tatarabuelo “Paco”, que les fastidia y contradice su tantas veces proclamada ascendencia catalana. Creo no equivocarme si digo que en esas cuatro provincias hay más andaluces que catalanes. Sin contar a los del resto de las regiones. ¿Verdad señor Carod Rovira?

LOS CATALANES, LOS MÁS BENEFICIADOS EN ESPAÑA
Los catalanes son los más beneficiados en este galimatías autonómico, que solo ha servido para desmembrar a España y enfrentar a sus hijos del norte, sur, este y oeste, como si fueran enemigos irreconciliables. Para mayor encono, nos intentan imponer sus continuas exigencias y discriminaciones amenazando con independizarse, aunque serían ellos los más perjudicados.

¿Creen de verdad que continuarían dentro de sus términos, las industrias y grandes empresas con las que hoy cuentan, ante el boicot y las muy escasas perspectivas comerciales que tendrían sus productos? Muchos de sus hombres de negocios y destacados industriales son de procedencia foránea. ¿Y qué  harán ante una Europa que tiende a que desaparezcan hasta los propios y ya veteranos países?

Además, los catalanes residentes en el resto de España tendrían que inclinarse por una de las dos patrias y obrar en consecuencia. Si echan o se van los no nacidos dentro de sus límites, se iban a quedar más solos que un espárrago en un trigal, ya que incluso entre sus altos dirigentes políticos y financieros hay “charnegos”, que es como ellos llaman a los de otras provincias, especialmente andaluces, que son los que más alardean de un catalanismo radical.
   

Estoy seguro de que si hacen un referéndum ganarían los que defiendan la integración, porque dejando aparte patriotismos trasnochados y complejos absurdos, se darían cuenta que egoístamente es la solución más útil” .

Es hora de que el gobierno central “se ate los machos” de una vez y salga al ruedo a enfrentarse con valor y decisión a ese “miura” fanfarrón que visto de cerca, más parece un atolondrado novillo, aunque se crean Césares y reyezuelos sentados en los despachos de sus “taifas”.

!Ya está bien de chantajes, cuando son ellos, los defensores del independentismo, los que han alcanzado unos privilegios a los que no ha llegado ninguna de las otras regiones y ya se oyen críticas al respecto!