Un Nobel de la Paz donde reina la polémica y el caos

La Academia sueca acaba de conceder el Premio Nobel de la Paz a nuestra nada pacífica y asfixiante Unión Europea. La misma que tiene soliviantados y encrespados a la mayoría de los ciudadanos de sus países miembros con sus abusivas medidas y exigencias que tan poca paz está generando entre los que nos hallamos dentro.
Porque paz, no es solo evitar enfrentamientos bélicos internos y externos, sino procurar que la vida de sus ciudadanos no esté sometida a una situación excesivamente dura, que les obliguen a continuas confrontaciones y protestas callejeras nada pacíficas y cuyo resultado puede ser demoledor. Y los causantes de este caos político y social, no son los idóneos para ser galardonados con tan importante y en este caso contradictorio premio.
El premio de la paz no se puede otorgar a países que financian conflictos y guerras internacionales por intereses propios o dan salida a sus armamentos logrando una considerable fuente de ingresos. Incluso por dominar posiciones estratégicas para sus nada altruistas fines.

Una elección, habiendo tantas ONG, que dan todo sin pedir nada a cambio, o esas entidades y organizaciones humanitarias y hasta ecológicas, sin camuflajes políticos por supuesto, que me parece tan absurda como sarcástica.
Es intolerable y cínico que den el mismo galardón a una asociación de países que ha hundido en la más absoluta pobreza y desesperación a millones de sus ciudadanos, que antes vivían felices sin interferencias extranjeras, igualándola con “Médicos sin fronteras”, “Asociación Internacional contra las minas antipersonas”, la Banca Grameen de Bangladesh, que ha llevado la paz y el desarrollo a sus conciudadanos a base de microcréditos a mínimos intereses y otras organizaciones humanitarias y cien por cien altruistas.
PREMIO AL CULPABLE DE LA CRISIS GLOBAL
Las que son conscientes de que el hombre no es pobre y oprimido por naturaleza, sino por un entorno difícil, el egoísmo ilimitado de los que poseen el poder económico y el censurable proceder de dirigentes y políticos que tienen la responsabilidad y obligación, que no cumplen, de sacarlo de tan lamentable situación.

Darle el premio de la Paz a una Unión, donde las divisiones internas y externas son tan notorias, ante las desigualdades sociales y económicas generadas por una minoría dirigente tan tiránica como incapacitada, me parece una burla y un sarcasmo. No se puede premiar a la que es principal responsable de esta crisis globalizada que estamos sufriendo sin la menor culpa de nuestra parte.
¿En qué se basan para ese Premio Nobel de la Paz? ¿En evitar guerras y sufrimientos en países productores de petróleos y riquezas, a basa de ocuparlos, dominarlos y dejarlos en peores condiciones de cómo se encontraban? ¿Por qué no lo hacen con aquellos que sufren hambre, mutilaciones, saqueos, violaciones y barbaridades? ¿Qué beneficio nos reporta esta Unión Europea en el ámbito económico, social y de mejora en calidad de vida?

LA UNIÓN EUROPEA, UN BARCO QUE VA DANDO TUMBOS
Esta es la premiada y pacífica Unión Europa. Si Alfred Nobel reviviera iba a usar su dinamita para volar esta Torre de Babel que como negra telaraña tiene subyugada al mundo más allá de nuestros límites continentales. No es extraño que noruegos, británicos, y algunos otros países amantes de su libertad e independencia hayan rehusado el dominio total y excluyente en el que ha caído el resto. Así les va y así nos va.

El mal reside en la incapacidad y las malas intenciones de los que han cogido el mando y el timón de este barco que navega dando tumbos y en continuo peligro de zozobrar, porque ninguno de los que lo dirigen muestran sensibilidad y solidaridad hacia el miembro que esté más necesitado, para tratar de rescatarlo de su desgraciada situación, sino que como fieras salvajes, rematan al más débil o herido para que no les interrumpa en sus aceleradas y ambiciosas carreras para llegar primero y acaparar el poder.
No les importa que se desintegre un pueblo y aumenten los millones de hambrientos que ya hay por el mundo, mucho mejor, habrá más mano de obra disponible a bajo precio y lugares para experimentar proyectos y armamentos y poner orden donde antes sembraron el caos y el desorden.
No sé como habrá sentado esta noticia a los millones de seres que han perdido todas sus ilusiones y esperanzas en una vida más digna y confortable desde que la bandera azul de las estrellas amarillas figura en muchos despachos oficiales. Yo puedo estar en un error, pero creo que hay instituciones y personas merecedoras y con más sobradas razones para ese Nobel. El actual, me parece sarcástico.
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