Van a por ti [Memento Mori]
José Antonio Sanduvete [colaborador].-
Están entre tus vecinos, entre tus compañeros de trabajo, entre tus amigos de la infancia. Se han introducido en tu familia, en tu vida, en tus recuerdos, y eso no es todo. Hay quien los ve reflejados en el espejo del baño, en la pantalla de un televisor apagado, en el cristal de una ventana, quietos y estirados, a su espalda, aunque luego se giren y no vean nada.
Toman forma humana o de objeto, animal o etérea, están en los impulsos nerviosos que generan nuestros pensamientos, en nuestras palabras y en nuestros sueños.
Ellos prefieren mantenerse en el anonimato, buscan que no se hable de ellos, les encantarĂa que su presencia e influencia fuera tan comĂşn que se considerara natural e indiscutible. En algunos casos ya lo han conseguido. Hay quien no los ve, sencillamente porque no quiere verlos. Estos llaman locos a los demás, y se creen libres.
Los locos, sin embargo, son ellos. Y libre, segĂşn esa idea de la libertad que tantos ideales ha alentado, libre no es nadie.
Hay quien les observa caminando por la calle, sentados en el banco
de un parque, oteando tras un periĂłdico abierto, al otro lado de un
mostrador. A veces vigilan, se aseguran de que todo transcurra con
normalidad, de que todo siga el camino marcado, los dictados propuestos.
Otras veces efectĂşan labor de seguimiento particular a elementos
disfuncionales, hay quien les descubre siguiendo a otros, hay quien les
intuye siguiéndole a él mismo.
Están entre tus vecinos, entre tus compañeros de trabajo, entre tus amigos de la infancia. Se han introducido en tu familia, en tu vida, en tus recuerdos, y eso no es todo. Hay quien los ve reflejados en el espejo del baño, en la pantalla de un televisor apagado, en el cristal de una ventana, quietos y estirados, a su espalda, aunque luego se giren y no vean nada.
Toman forma humana o de objeto, animal o etérea, están en los impulsos nerviosos que generan nuestros pensamientos, en nuestras palabras y en nuestros sueños.
Ellos prefieren mantenerse en el anonimato, buscan que no se hable de ellos, les encantarĂa que su presencia e influencia fuera tan comĂşn que se considerara natural e indiscutible. En algunos casos ya lo han conseguido. Hay quien no los ve, sencillamente porque no quiere verlos. Estos llaman locos a los demás, y se creen libres.
Los locos, sin embargo, son ellos. Y libre, segĂşn esa idea de la libertad que tantos ideales ha alentado, libre no es nadie.
Pon tu comentario