Actuaciones urbanísticas en fachadas del centro poco recomendables

Dos comercios han cambiado la fisionomía de las casas donde se ubican.-

Un lector de PUENTE CHICO nos ha enviado una denuncia de algo que para él no tiene justificación. Dice que nuestro Ayuntamiento se auto felicita por promover la actividad comercial en el centro urbano, “que me parece muy bien que se haga, pero no a cualquier coste”. (FOTOS: Fachada actual y la anterior, con las rejas).

Este ciudadano es residente de la zona centro: “Desgraciadamente he de decir, ya que a la comodidad de vivir en esta zona hay que restar numerosos inconvenientes, por ejemplo, que estamos forzados a tener plazas de aparcamiento, ya que todo es zona azul, las dificultades de transito por la peatonalización, el numerosísimo transito procesional de todo el año... y que me pongan un altavoz todo el puñetero día con villancicos en mi balcón. Pero no va por aquí la queja”.

Manifiesta que hace unas semanas “observé (sufrí)  la remodelación de un local comercial ocupado anteriormente por el bar “El Cabildo” y una famosa lamparería chiclanera, para transformarlo en una zapatería, de lo cual me alegro ya que eran locales desocupados y estoy a favor de que se impulse la actividad comercial”.
Por lo que se queja y queda perplejo es porque dicha obra de adaptación al nuevo uso, “modificó de una manera traumática y, a mi juicio, estéticamente incomprensible, la fachada de planta baja del edificio”.
“Vale que ya con lo que hicieron en Urbanismo –añade-, la calle Constitución vio mermada considerablemente su imagen, vale que lo que hicieron con el Ayuntamiento (¿acero oxidado?), no ayudó tampoco, pero simplificar y modernizar una fachada por mucha cancha que se quiera dar a los comerciantes..., no me parece bien. Esta fachada será difícil de recuperar desgraciadamente”.

Como ciudadano “hice mis investigaciones en el área de Urbanismo para entender dicha tropelía, y cuál fue mi sorpresa cuando me comentan que la actuación goza del beneplácito administrativo de tan importante institución, es decir, tiene licencia y Cultura ha dado el visto bueno. Señor, señor, la disciplina urbanística de esta ciudad en manos de quién está?”.

Intentando calmar sus “desánimos” se encontró que al poco tiempo comenzaron otras obras de remodelación de otro local, “anteriormente ocupado por un “moro” (expresión nada racista, es que todos lo llamamos así). Pues bien, esta fachada se ornamentaba con importantes detalles de rejería, que pese a que su antigüedad seguramente no les daba un valor altamente cultural, seguro que sí se lo daba estético. Cuál es mi sorpresa cuando arrancan de cuajo dichas rejas, cosa que ni los mismísimos hijos de Alá se habían atrevido a hacer”.

En resumidas cuentas, “tenemos más comercios, de lo que me congratulo, pero no estamos cuidando algo tan valioso como es la estética de un pueblo (si, pueblo, que es lo que somos, gente de pueblo y tan orgullosos) que es un valor que nuestro gobernantes deberían poner en alza”.