Cuento de Navidad

Historia de un rey que padecía egoísmo crónico.-

Erase que se era, un rey muy poderoso, que tenía a todo el pueblo trabajando para que él se enriqueciese. Un 21 de diciembre dejó de pagar a sus trabajadores con el argumento de que estaba en crisis. El rey compraba, organizaba fiestas y viajaba, mientras que por otro lado sus trabajadores cada vez pasaban más necesidades y el rey ni caso.

Los trabajadores le pedían, rogaban, lloraban, pero el rey, con su prepotencia, no les hacia ni caso, no les escuchaba, se sentía todopoderoso. Pero como la Navidad es mágica, el rey comenzó a sentirse mal y una enfermedad se apodero de él. Le diagnosticaron egoísmo crónico.

El único remedio para esa enfermedad es el amor que te puedan dar sin esperar nada a cambio, pero el rey no encontró a nadie que le pudiese dar el remedio para tanto mal.

Los trabajadores decidieron pasar la Navidad en la puerta de la casa del egoísta rey, para comprobar cuánto interés tenía en recuperarse. Cada uno puso lo que pudo y entre todos  consiguieron pasar una Nochebuena inolvidable.

El rey no quiso que entrasen en su resplandeciente hogar y el ángel de la guarda de todos los que sufren, apagó una luz en el interior del palacio y el egoísta rey se fue consumiendo, poco a poco, en su soledad.

Este cuento está dedicado a todos los pobres que sufren el impago de su trabajo, para que nunca pierdan la esperanza, la fe, ni la caridad. Ojala que la conciencia de los que no pagan sea como la cera de las velas que hacen que ésta se consuma poco a poco, que el remordimiento les haga caer en la cuenta del daño que causan a tantas familias.

Feliz Navidad.