El periodista chiclanero Félix Arbolí disertó sobre Antonio García Gutiérrez y el olvido al que está sometido
Días pasados tuvo lugar en la Sala Cultural de la Fundación “Gómez & Moreno” una interesante conferencia del periodista chiclanero Félix Arbolí sobre Antonio García Gutiérrez, el poeta ignorado. Habló de su vida, anécdotas y todo lo que tuvo que hacer para encontrar primero la tumba del escritor en un cementerio de Madrid y su posterior traslado al panteón de escritores ilustres. Fue organizada por el Ateneo de Chiclana. José Luis Aragón fue el encargado de presentarlo.
La sala estuvo llena, con el alcalde, Ernesto Marín, entre los asistentes, que siguieron con mucho interés la disertación del periodista chiclanero, que volvía a su tierra seis años después y para hablar de un personaje por él muy querido y al que le ha dedicado mucho tiempo, y algo de dinero, para que sus restos descansen donde se merece.
Arbolí se emocionó en varios momentos de la conferencia y defendió la importancia de García Gutiérrez dentro del romanticismo, olvidado injustamente en contraposición con otros escritores y poetas de la época como Espronceda por ejemplo.
Recordó cuando hace varias décadas el único recuerdo que había a García Gutiérrez en Chiclana era una escultura abandonada y llena de residuos arrojados por las palomas y alejada del centro, pidiendo al alcalde que la colocara en otro lugar más cercano.
Su decisión de buscar la tumba del escritor y poeta se forjó tras el ciclo cultural que se hizo sobre García Gutiérrez en el desaparecido Club Pepe Gallardo. Tras muchas vicisitudes dio con ella en un cementerio de Madrid, el Sacramental de San Lorenzo.
“No había archivos y las tumbas estaban abandonadas. Le di 500 pesetas de las de entonces al guardia para que la buscara y tendría otras quinientas más cuando la encontrara”, comentó.
HALLAZGO DE LA TUMBA
Obviamente, dio pronto con ella: “Estaba rota, en muy mal estado, con un paisaje más propio de una película de Hitchcock. Hablé con un sobrino que vivía en Zaragoza y le pedimos permiso para trasladar los restos al panteón de escritores ilustres”.
Habló con el alcalde de la época, Carlos Bertón, para que financiara dicho traslado, que se llevó a cabo en 1974. Como curiosidad decir que su cuerpo fue rociado con sal de Chiclana. También le pidió al regidor que trajera al centro el busto, que le pusiera a la biblioteca el nombre del escritor y donó a ésta un buen número de libros porque estaba a punto de ser inaugurada.
“Mi misión quedó ampliamente realizada”, afirmó Arbolí. Según comentó en la conferencia “García Gutiérrez fue el poeta más luminoso de la época, pero maltratado respecto a otros escritores”. Espronceda, gran amigo suyo, fue el valedor para que se estrenara “El trovador” en Madrid, cuyo intento anterior fue un fracaso.
En la época en la que García Gutiérrez triunfaba en Madrid con su teatro, zarzuelas y poemas, otro chiclanero era muy famoso en la Corte, Francisco Montes, Paquiro. Su fallecimiento causó consternación en Madrid, siendo su cadáver velado en el “Teatro Español”. Los madrileños arrojaron al paso del féretro por sus calles flores y versos.
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