EDITORIAL-Enero 2013

Año 2013, ¿incertidumbre o esperanza?.-

Bueno, pues llegó el tan temido 2013, el año que los expertos dicen que será peor todavía peor que 2012, en el que han cerrado miles de empresas, millones de personas se han quedado sin trabajo, miles de familias han sido desahuciadas, muchas se han suicidado al ver que se quedaban en la calle por esta causa y parece que no se ha tocado fondo todavía. Eso dicen los expertos.

Los que no lo somos pero vemos cómo los problemas se acrecientan, casi estamos convencidos de que será cierto. Y si encima el ministro de la Cosa, Guindos, dice que a finales de este año se creará empleo, se nos abren las carnes sólo de pensar el año que nos espera.

Menos mal que en los últimos meses en Chiclana se están empezando a ver nuevos comercios y bares, especialmente en el centro, lo que llama a la esperanza. Pero estos establecimientos no quitarán desempleo fuerte, eso nada más lo harán los hoteles cuando a partir de febrero empiecen a abrir de nuevo.

El equipo de gobierno que lidera Ernesto Marín tiene un difícil año por delante, pero al menos podrá empezar desde el 1 de enero a llevar a cabo la política prevista, ya que los presupuestos están aprobados, por lo que no tendrá que esperar para poner en marchar los planes de empleos que han creado y de los que tan bien hablan. Ahora es cuestión de hechos, no de palabras.

El pacto con el PVRE le ha dado la tranquilidad que necesitaba para llevar a buen puerto su gobierno. El siguiente paso es que entren en vigor las Normas Sustantivas y no esperar los dos años de vigencia para que el PGOU pueda ser una realidad lo antes posible. De él depende nuestra economía, la municipal y la particular, tanto de empresas como de trabajadores.

Debería de olvidarse del PSOE, por mucho que éste haga lo imposible para que no sea así. Las críticas que vierte cada día es demagogia barata, de un partido destrozado internamente, con tantos problemas encima que lo único que pueden hacer para desviar la atención es decir todas esas incongruencias que sueltan habitualmente.

Un partido que ha dejado Chiclana después de treinta años de gobierno con más de 12.000 parados, un PGOU anulado ¡tres veces! por ser ilegal, con 23.000 millones de pesetas de deuda, de ellos 7.000 millones a proveedores, en uno de los últimos puestos en cuanto a transparencia en su gestión, que ha derrochado a manos abiertas, que ha enchufado a gente del partido y familiares de éstos a mansalva, que ha incumplido el 90% de las promesas electorales realizadas durante tres décadas, está deslegitimado para criticar, sobre todo cuando exige al nuevo gobierno que haga lo que él nunca realizó , prometió e incumplió.

El nuevo año debe ser el principio de la recuperación. Facilitar a empresas o comercios su instalación, con rapidez en los trámites de apertura y apoyando a los autónomos que los crean, ayudará a crear empleo. Esperemos que las grandes empresas que nos quedan, cada vez menos, no vayan a la bancarrota como “Polanco” o “Derribos Aragón”.

Otra de las importantes, “VIPREN”, lleva el mismo camino por culpa de una crisis que no atiende a razones. Todas ellas muy relacionadas con la construcción.

Encima, las fusiones bancarias motivarán muchos despidos al cerrar numerosas oficinas. Esperemos lo mejor aunque nos temamos lo peor.