Logo Derecho - Bann

Al salir del cine: LA LIBERTAD CON SANGRE ENTRA (Django desencadenado)

CĂ©sar BardĂ©s [colaborador].-

Un hombre desencadenado es lo más peligroso que una bala se puede echar a la cara. No solo porque tiene la libertad al alcance de la mano sino porque no tiene ataduras que le sujeten, no existe fuerza capaz de pararle para realizar aquellas quimeras que el látigo no le dejó agarrar. Es puro fuego saliendo de un cañón, es la rabia contenida entre los dientes deseando saldar cuentas, es la noche que se cierne sobre los verdes campos que pasarán a ser rojos. Un hombre desencadenado es la misma muerte queriendo participar en un duelo.

Por el camino, se encontrará a despojos que hicieron de él la bestia salvaje en la que se convierte, tendrá un amigo que, con buenas dosis de ironía europea, le dará una lección de incalculable valor como es la de no dejarse llevar por la venganza. También habrá unos cuantos carceleros que intenten subirse al carro del dinero y, por supuesto, estará un hombre malvado, más vacío por dentro que un cargador recién disparado, más violento y sádico de lo que nadie haya podido imaginar, ambiguo, mortal. Seda vestida de saña. Un chaleco andante con atractivo de perfil muy bajo.

Así, se harán visitas a Leone, al western montañoso de Anthony Mann, a las figuras recortadas en atardeceres de ánimo al mejor estilo de John Ford, a la sanguinolenta frontera según Sam Peckinpah e, incluso, a un atípico Blake Edwards. Por visitar, Quentin Tarantino hasta se visita a sí mismo con paradas en Kill Bill, Reservoir dogs y Malditos bastardos y, como siempre, con todos esos ingredientes, le sale algo nuevo, diferente, agudo, mordaz, violento, impío, irreverente, cine que bebe de la mitología germánica más clásica, con dos sombreros.


Para ello, el amigo Quentin se sirve de un reparto que está dirigido de manera espectacular pero que impresiona en la figura que construye, con exquisitos modales y autoridad aplastante, Christoph Waltz. Quizá, al fin y al cabo, la muerte sea una dama teutona que desea el diálogo ingenioso y aquí lo hay a raudales. Desde una discusión para que les den a todos por saco hasta las oscuras entrañas de una violencia que, en ocasiones, se viste de pliegues sureños, al borde del desastre pero cautivando en una época en la que hay que soportar dientes sucios, disparos a bocajarro, actitudes serviles de negros irredentos y conductas morales de dudosa pasión.

Todo ello para mostrar, una vez más, una historia de amor sin que se note demasiado, no sea que las astillas vuelen por encima de nuestras cabezas y acabemos con los sesos levantados. Desde la primera a la última nota, la música es una compañía para algunas imágenes de un magnetismo irresistible. Y ya que hablamos de irresistibles. No olviden dar un fuerte apretón de manos cuando cierren un trato. Es un signo de caballeros aunque su moral esté más podrida que un negro colgando de un árbol. Aunque, siendo sinceros, tal vez haya negros que tengan la misma moral que sus amos. Moral de esclavo, moral de señor. La eterna discusión.

Mientras tanto, otros compañeros de color se quedan anonadados viendo lo que acontece mientras el héroe saca a la princesa del círculo de fuego. No hay nada como ser el más rápido y explicar las cosas bien explicadas. Si no...bueno, pues un tiroteo no tiene ningún sentido, para qué vamos a negarlo. Lo cierto es que hay mucho que ver en este Oeste de sucios y desarrapados, de aprovechados y valientes que se adentran en territorio enemigo por causa de la más vieja de las pasiones, de sangre a borbotones y heridas en la mirada. Pero eso qué más da. Lo que importa es que un hombre desencadenado parece la misma furia convertida en piel de tiniebla. Y para eso hay que tener un don. El mismo que tiene un director para hacer que el amor sea una orgía de terrible violencia.

7 comentarios:

  1. estas son las peliculas que siempre me llamaron y me llamaran la atencion aunque los westerws ya no son lo que eran
    no se porque me gustaban tanto las peliculas del oeste
    no lo entendere nunca
    lastima que los tiempos ya no te permitan utilizarlas como doctrina ni como religion
    ese nombre me recuerda con nostalgia
    aquel django spagueti con el feretro a cuesta arrastrandolo
    entrando por el pueblo
    vestido de negro como una cucaracha
    con el unico remedio y necesidad de enfrentarse con todo lo que se meneaba
    por medio de la calle
    como lo hecho de menos
    saludos bardes

    ResponderEliminar
  2. Excelente comentario para una gran pelicula que rescata el particular holocausto americano siempre ignorado en las cintas del género de la época. Magnífico tarantino y súblime Waltz...

    ResponderEliminar
  3. Saludos a ambos y gracias por vuestros comentarios. Efectivamente, Fu, sin ser "westerns" de una gran calidad, si exceptuamos los de Leone y no todos, comprendo que levante nostalgia volver a echar una mirada atrás y resucitar aquellas películas que tenían fallos para aburrir pero que no dejaban de ser divertidos con algunos planteamientos estrafalarios e, incluso, ridículos. Quizá ahí estuviera parte de su atractivo. "El hombre sin nombre" de todas esas películas era un amiguete para todos nosotros.
    Milord, también estoy de acuerdo con la maestría de un Tarantino que no solo se queda en el "spaghetti-western" sino que va un poco más allá porque sabe dirigir muy bien, poniendo la cámara siempre en el lugar adecuado y narrando con esa particular mirada burlona hacia la violencia. Lo de Waltz es de otra galaxia. Quizá de la suya, Milord. Donde están los inmortales.
    Saludos a ambos. Y gracias de nuevo.

    ResponderEliminar
  4. Una decepciĂłn 'Django', no me esperaba un clásico pero sĂ­ una pelĂ­cula más divertida. Apenas aparecen esos diálogos crujientes marca de la casa, y como siempre, quĂ© pena que sus pelis estĂ©n tan vacĂ­as. ¿Cuándo encontrará messieur Tarantino algo para lo que tan bien sabe hacer: contar? Un saludo!

    ResponderEliminar
  5. Bueno, comprendo la afirmación pero no la comparto. Creo que sí hay diálogos brillantes, sobre todo en lo que respecta al personaje de Christoph Waltz. En todo caso, es la historia de una venganza y de un rescate. En "Kill Bill", por ejemplo, no había más que una venganza y ya está. Ya estaba contada la película. En todo caso, repito, comprendo a la perfección que sus películas te parezcan vacías.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Me ha gustado. Tiene un poco de todos los weaterns, incluidos los spaguetti.

    Yo si he encontrado un monton de dialogos y frases crujientes, comenzando por una muy apropiada para estas fechas: "este es mi mundo y en mi mundo hay que ensuciarse", claro que algunos lo que se ensucian son las manos y conciencias a costa de robarnos a espuertas.

    A esos si que les ponĂ­a en un cartel de "SE BUSCA", aunque ya sabemos quienes son.

    ResponderEliminar
  7. Estoy de acuerdo con tu comentario, Anónimo. Tiene un poco de todos los westerns, en efecto, como así lo digo en el artículo. Tiene diálogos crujientes, muy buenos y el personaje de Christoph Waltz, posiblemente, es el que tiene los mejores.
    Y por supuesto que hay muchas frases de la pelĂ­cula que podrĂ­an valer para este mundo en el que nos ha tocado vivir. Yo no soy nadie para hablar sobre ello, solo un criticucho de cine sin demasiada voz.
    Un saludo y gracias por el comentario.

    ResponderEliminar

Los Comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.

Por favor al redactar tu comentario sobre EL TEMA, cuida las formas.
No utilices 'copiar y pegar' para grandes textos, ni mayĂşsculas en exceso. No poner textos en el nombre. No direcciones web externas. Mejor sin abreviaturas SMS. Los comentarios pueden ser borrados (ver Advertencia Legal)
.