Logo Derecho - Bann

Al salir del cine: ENSAYO SOBRE EL PÁNICO (Los últimos días)

César Bardés [colaborador].-

El egoísmo es el motor de nuestras vidas. Cercados por las ambiciones y los miedos, nos movemos para satisfacernos, para vivir con comodidad sin preocuparnos de los demás salvo algún que otro detalle para quien comparte nuestra existencia. No nos conmueve nada que no sea la primicia falsamente informativa de una televisión que se empeña una y otra vez en hacernos consumir basura, en transformar nuestras mentes en callejones sin salida que no ven más allá de la manera de satisfacer el momento siguiente. Somos criaturas que quieren permanecer carentes de compromisos. Sin ataduras. Sin darnos cuenta de que el mismo egoísmo es el que provoca el pánico que nos consume.

Somos incapaces de salir a la calle porque el futuro es una incógnita que es constante en su escondite, paralizados en los sentimientos porque vemos caer a compañeros en el trabajo y no se nos remueve ni la más mínima entraña porque, sencillamente, eso no va con nosotros hasta que no nos toca. Puede haber amenazas rondando, puede haber incertidumbres que asumimos con cierta pasividad pero nos importa un bledo lo que pase al vecino, al amigo e, incluso, a quien más nos quiere. Tal vez porque nos da miedo enfrentarnos al mismo miedo. Y la cobardía se asienta demasiado fácilmente en todos los espacios abiertos.



De pronto, es posible que tengamos aliados en enemigos de antaño, que estemos obligados a pelear en una jungla de oscuridad y supervivencia al límite porque solo nos mueve esa brizna de cariño que aún anida en nuestro interior. Ése quizá sea el primer paso para superar el pánico que nos embarga, que nos impide afrontar el futuro, que no nos deja dar el siguiente paso en la fría calzada de una ciudad que, poco a poco, muere para convertirse en un espectro de cemento y desolación. Barcelona en llamas para asegurarnos sin ninguna duda de que la luz no se haya en el exterior sino en el interior de las personas.

Y así comienza una odisea homérica por las alcantarillas que es el verdadero espacio natural del hombre. Porque, en el momento en que todo falla, comenzamos a dejar la humanidad de lado y nos transformamos en bestias hambrientas que luchan como fieras por un pedazo de comida o por un vaso de agua. Todo muere porque lo hemos matado.Ahí es donde nos conmovemos y es donde las entrañas se rebelan con violencia porque el hombre solo tiene un miedo mayor que la muerte y es el miedo a la soledad.

Realizada con pulso, con un notable trabajo de José Coronado en la piel de un ejecutivo encerrado en su último cariño, con una demasiado intensa réplica de Quim Gutiérrez como el informático desesperado por seguir teniendo una razón para vivir y recuperar el terreno perdido, Los últimos días no duda en hacer homenajes explícitos a Cadena perpetua, de Frank Darabont; a El último hombre vivo, de Boris Sagal; o a El ángel exterminador, de Luis Buñuel, porque la libertad es un bien que estamos perdiendo todos los días al no estar mirando más que a nuestra seguridad y no a las desgracias que ocurren a nuestro alrededor. Puede haber voces que quieran erigirse en conciencias exaltadas e indignadas pero no son más que meras poses que tranquilizan pensamientos propios y condenan a la inercia. Hay que saber dónde estamos para saber hacia dónde queremos ir y mirar de frente, defendiendo lo que de verdad es importante. Y eso recoge todas las debilidades que acosan a los que nos rodean, causando lágrimas, ideas derrotadas, finales inmerecidos, días sin mañana, desesperaciones rutinarias, desmayos al sol, pobrezas vergonzantes y dolores que no acaban. Somos incapaces de vivir unos con otros y, mientras no asumamos eso, vamos directamente a presenciar los últimos días de la vida tal y como la entendemos .

No hay comentarios

Los Comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.

Por favor al redactar tu comentario sobre EL TEMA, cuida las formas.
No utilices 'copiar y pegar' para grandes textos, ni mayúsculas en exceso. No poner textos en el nombre. No direcciones web externas. Mejor sin abreviaturas SMS. Los comentarios pueden ser borrados (ver Advertencia Legal)
.