El jardín

Francisco M. Navas [colaboraciones].-

Vivimos tiempos convulsos, en los que no paran de sorprendernos nuestros políticos, las decisiones que toman y los acontecimientos inmediatos o mediatos que de ellas se derivan. Ahora le ha tocado el turno al PSC, esa especie de apéndice del PSOE en Cataluña, porque no contentos con su indefinición permanente sobre el proyecto independentista de Arturo Más, cuyo planteamiento extemporáneo y totalmente populista, ha provocado no pocos dolores de cabeza en la sede de la calle Ferraz. (FOTOS: Artuto Más y Pedro Navarro).

Y ello a pesar de tener ahora menos apoyos que antes de las elecciones anticipadas recientemente celebradas en Cataluña en las que, como todos sabemos, no sólo no se consiguió que Convergencia y Unión obtuviese la mayoría absoluta deseada por el señor Arturo sino que, por el contrario, este partido perdió once diputados, que se dice pronto, quedando a merced de Izquierda Republicana de Cataluña, que estos sí que son independentistas de toda la vida.

Mas no se preocupen por Más, político mediocre donde los haya, necesariamente dimitido fulminantemente con semejantes resultados en cualquier país medianamente demócrata de nuestra Europa del alma, como debió dimitir en su día Rubalcaba, tras las pasadas elecciones generales, que menudo calvario está sufriendo el pobre, y lo que le queda: preocúpense por el Partido Socialista de Cataluña, castigado también en las urnas, porque en vez de realizar una oposición no digo seria (porque me suena a Rajoy, que es un señor muy serio) sino eficaz y responsable, denunciando el despilfarro cometido por gobiernos anteriores, incluido el tripartito en el que el PSC era mayoritario, y la absoluta ineficacia de esta derechona catalana que con una mano privatiza todo y con la otra llora, gasta todos sus esfuerzos en apoyar al señor Más en su estupidez  de realizar una consulta para promover, a corto o medio plazo, la independencia para Cataluña. Menudo jardín. 

CATALUÑA NO ES DE MÁS


Quién nos iba a decir que sería el Tribunal Constitucional el que, como un maestro aplicado y no como un vendedor de corbatas cualquiera, tendría que recordarle al señor Arturo y los de Izquierda Republicana que Cataluña no es suya, ni siquiera de los catalanes y catalanas, por mucho que se empeñen, en público y en privado en proclamar: “Somos una nación”.

Esto lo tendría claro cualquiera que se lea la Constitución Española, porque España, como se decía antes, es de los españoles, de todos, y tanto nos pertenece a los andaluces la hermosa tierra de Galicia que a los gallegos les pertenece Benidorm. Por eso no pueden decidir los catalanes por sí solos: hemos de decidir entre todos si Cataluña se va, se queda, o se pinta de verde.

Lo estúpido del tema, lo realmente denigrante en todo este asunto es que esto, si lo sé yo, que no soy jurista, también lo saben de memoria el señor Arturo, sus tropenovecientos asesores, el PSC y la madre que los parió. Lo que pasa es que se hacen los tontos, a ver si cuela el asunto.

Todo por poner la mano para que España, a cambio de que se queden calladitos, les siga soltando la pasta gansa para que ellos despilfarren a manos llenas. No tienen suficiente con los miles de españolitos de Andalucía, de Murcia, de Galicia, de las dos Castillas, de Aragón, de Extremadura y de tantos sitios más, tuvieron que emigrar a Cataluña y al País Vasco porque allí concentró el dictador Franco en los años cincuenta y sesenta toda la industria española para tenerlos callados.

EL TROZO MÁS GRANDE DE LA TARTA

¡Cuántas lágrimas y cuánto sudor tuvieron que soportar esos “charnegos”, como nos llaman allí, para ganar un sueldo inferior a los catalanes de pata negra y tripas aún más negras! Algunos, como José Montilla, reniegan incluso de sus orígenes y otros, como Carmen Chacón, se acuerdan de ellos cuando se presentan a las primarias en el partido”.

La verdad es que no sé cómo acabará todo esto, porque son tantos los interlocutores que el asunto se plantea como una partida de ajedrez múltiple. Lo que está más claro que el agua es que mientras el PSC presume de ser nacionalista, un disparate político para un partido que se supone socialista, Rubalcaba deshoja la margarita de su sucesión, Griñán las ve venir aún cuando es el presidente del PSOE y tiene la fuerza de la militancia andaluza para decidir, se abre, o aún mejor, se entorna la puerta a un supuesto federalismo que requeriría la modificación de la Constitución Española.

Que, hoy por hoy, nadie quiere porque, excepto catalanes y vascos con sus privilegios, todos saben que lo que se pretende es convertir esta España de las autonomías que tanto nos ha costado levantar, redistributiva en su riqueza, solidaria con los más necesitados y plural, cada cual a su manera, en otra bien distinta, asimétrica, en la que los de siempre se lleven el trozo más grande de la tarta mientras el resto de las autonomías deban conformarse con las migajas.

ANDALUCÍA, POTENCIAL ECONÓMICO OLVIDADO POR LOS POLÍTICOS

Si los catalanes, tras tantos años de opulencia propiciada por un descarado favoritismo centralista se dan ahora cuenta de que llevaban un ritmo de vida de señoritos mientras los demás nos quitábamos el hambre a tortas, que se ajusten su cinturón de piel de cocodrilo y no pretendan que los demás renunciemos a nuestras sandalias de becerro vuelto que hemos ganado con el sudor de nuestra frente.

¡Ay, si los políticos andaluces se dedicaran a poner en valor nuestro inmenso potencial económico y cultural! ¡Cuántos puestos de trabajo se podrían crear en industrias geoestratégicas, como la energía solar o la eólica, o con la promoción, no la subvención, de cultivos tradicionales, tanto intensivos como extensivos, y que sólo se pueden dar en nuestra tierra por sus condiciones climáticas!”.

¿O es que un invernadero de Almería no necesita de tecnología punta para poner en el mercado cuatro cosechas al año? ¿Dónde está esa defensa del motor de alcohol, usado profusamente en Brasil, que desprende oxígeno por el tubo de escape, si sólo con plantar una cepa de vid entre cada cuatro olivos en Andalucía tendríamos para abastecer de alcohol a toda Europa?

¿Dónde están esos gobernantes andaluces que desde lo público demuestren al mundo que desde hace ya mucho tiempo somos algo más que charanga y pandereta, que nuestro ingenio y nuestra capacidad de trabajo son fruto de una tierra inigualable? Seguramente  almorzando en restaurantes de dos o tres tenedores.