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¡Cómo está el patio!

Félix Arbolí [colaboraciones].-  

Yo alucino. Les puedo asegurar que en mi larga vida jamás he pasado un período tan extravagante y demencial como el actual. He conocido una monarquía alfonsina, una república, un Frente popular, un régimen franquista y ahora un… no sé cómo llamarlo, pues por mucho que lo intento no encuentro palabra en nuestro rico diccionario capaz de definir y aclarar este galimatías político que estamos sufriendo.

Lo llaman democracia, que dicen que es el gobierno del pueblo, y resulta que unos cuantos señores con más cara que méritos, están machacando a ese pueblo cuya aireada soberanía nadie le reconoce.

Estamos pasándolas canutas, más allá de los límites permitidos y somos testigos de cómo una serie de individuos se lo pasan en grande y roban descaradamente nuestro dinero con la misma facilidad que un mago hace desaparecer las cartas de su baraja a la vista del público.

Lo más curioso es que en este circo de sinvergüenzas y aprovechados, todos tomamos parte. Unos depositando los votos confiados en que acertemos alguna vez y otros aprovechando la memez de los ilusos votantes,-y yo me incluyo en este apartado-, para obtener patente de corso en sus actos de piratería y escándalos financieros.

Los juicios de la corrupción se han convertido en consuetudinarios, -y no por su relación con el Derecho-, sino por ser las noticias con las que desayunamos, comemos, merendamos, cenamos y hasta soñamos a base de pesadillas.

ENEMIGOS AYER, AMIGOS HOY

No hay día que no  encontremos un nuevo escándalo del excelentísimo o ilustrísimo de turno; un nuevo y rimbombante nombre en la lista de “pringados” y un debate televisivo o portada de prensa cargando las tintas porque el gobierno o los políticos que ayer defendían, hoy son sus más enconados enemigos y apetitosas dianas.

Hay un grupo mediático, cuyos componentes ignoro, que se ha apuntado al novedoso juego de poner y quitar gobiernos como si fueran pelotas de goma contra muñecos de feria. Lo peor del caso es que lo consiguen.

Ayer fueron contra unos y hoy se vuelven contra los otros. Y sus enemigos de ayer son sus aliados de hoy, porque en política por tal de conseguir el poder y la influencia, con todos los ingredientes que ambos conllevan, las ofensas y ataques se olvidan pronto, si esa amnesia les supone ser los beneficiados hoy.
   
Vivimos tiempos difíciles, no solo por la cuestión económica, ya de por si suficiente para que el pueblo se levante un día de mala leche y se dedique a barrer las calles de indeseables y bribones, sino porque esta basura que nos contamina y asfixia, nos llega desde las alturas donde se supone deben  estar los mejores y más cualificados. Y con una lluvia tan tóxica no hay salvación `posible. 

Esto, amigos y lectores o ambas cosas a la vez, no es democracia, es oligarquía. Tampoco es monarquía, sino puro espejismo, pero ese tipo de espejos donde la figura se ve contorsionada  y cambia a voluntad del que la maneja.

LA MONARQUÍA EN HORAS BAJAS

Nadie sabe a ciencia cierta la misión, el compromiso y el deber de un Soberano que no tiene velas en el triste y lúgubre funeral de una Patria que marcha a toda prisa a su desintegración y desaparición, sin que haya un solo hombre con poder y honestidad capaz de  recuperarla para el futuro.

Urdangarín, las escaramuzas poco palaciegas de Leticia, -que cree que ser Princesa de Asturias no debe ser diferente a leer las  noticias en la “tele”-, los rumores de una crisis conyugal en el posible heredero; el escaso eco popular que despierta la Familia Real en sus salidas callejeras y otras causas más, nos  hacen presagiar que ya poco tiempo le queda a la Corona, si Dios y el cambio de compostura de sus miembros no lo remedian.

Conste que he sido un “Juancarlista” entusiasta. Ya hasta el mismo Cayo Lara, que añora el comunismo con la misma intensidad e ingenuidad que nos acordamos de las noches de Reyes de nuestra infancia, decía que “era la propia Corona la que estaba haciendo más meritos para que llegara la III República.”.

Lo que a lo peor ignora el  señor Cayo Lara es que si llegara éste régimen nuevamente a España, no sería igual al que ellos tienen en la retina y muy adentro de sus sentimientos.

ANGUSTIOSA SITUACIÓN

No hay la incultura de entonces como para dejarse engañar por los que con su verborrea convencieron al pueblo que ellos le traían la solución a todos sus problemas, aunque luego, una vez instalados en la poltrona del poder, se agigantaran y se convirtieran en auténticas “vendettas” y tiñeran de sangre los campos de España, sin haber todavía una guerra civil de por medio. 

Ni que esa opresión e intolerancia que con tanta saña combatían y criticaban se iba a convertir en el “modus operandi” de los nuevos dirigentes, como nos demostró la historia reciente de un pasado, que pocos de los que lo reivindican conocieron y padecieron.     

En mi caso no me lo han contado. Lo he vivido y experimentado en mi propia familia. Aunque he de aclarar que sus miembros, como el de tantas otras familias de esa época,  militaban en ambos bandos.

No sé quiénes serán los verdaderos responsables de esta angustiosa y ominosa situación que vivimos, pero ya es hora de que se conozcan a los culpables, pero a todos, y se les deje una temporada en esa “residencia de Soto del Real”, donde van los delincuentes poderosos. He de recalcar que, hoy por hoy, no me fío de ninguno. Ni blancos, ni azules, ni rojos, ni verdes. Y el que sea honrado que no se dé por aludido. 













3 comentarios:

  1. No voy a relatar lo que esta pasando, pues Usted, lo ha hecho perfectamene.¿quienes, son los culpables de este entramado?, la respuesta es sencilla; nosotros mismos,, que con nuestro voto, permitimos y consentimos que esta pandilla, saquee nuestro pais.Estos señores que han demostrado sobradamente estar exentos del mas minimo sentido de sensibilidad y solidaridad hacia su pueblo, poseen una extraordinaria herramienta, que manejan perfectamente; La ignorancia. ¿quien puede entender, que en las proximas elecciones vayamos como borregos a votarles de nuevo. Desde luego, en sus reuniones de partido, incluso en sus conversaciones privadas familiares, se deben estar descojonando de la risa de todos nosotros,,y es que en definitiva, somos tontos de capirote,,y tenemos por supuesto lo que nos merecemos. Leonidas

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  2. Leonidas,apuntame a uno de los 300

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  3. jajajja cuenta con ello,,apuntado quedas. Leonidas

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