Olimpismo

El pasado sábado volvimos a sufrir un espectacular bochorno con la eliminación de España como anfitriona para organizar las olimpiadas de 2020. Bochorno y estupefacción, sobre todo por culpa de las expectativas creadas por nuestros gobernantes.
No somos precisamente un paĂs que pueda presumir de la calidad de sus polĂticos. Es más, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la mediocridad y el arribismo son los dos componentes básicos del ADN de esta casta espesa e intocable. Sin embargo, lo que sigue resultando increĂble a estas alturas es que nos sigamos creyendo a pie juntillas la sarta de imbecilidades con que nos regalan los oĂdos a diario.
“Somos el ejemplo del mundo”, “La corrupciĂłn me produce náuseas”, “Comenzamos a ver signos claros de recuperaciĂłn econĂłmica”, etc., etc., etc. Y se supone, o al menos nos intentan hacer creer que Montoro, Susana DĂaz y Luis de Guindos son figuras estelares de este universo de tontos y mediocres. Y si Ă©stos pertenecen supuestamente al nivel de los sobresalientes, de los elegidos por no se sabe quiĂ©n o por quĂ© para brillar con luz propia, de ahĂ para abajo, apaga y vámonos.
Las Olimpiadas nacen en la antigua Grecia, hacia el siglo VIII antes de Cristo, esto es, hace unos dos mil setecientos años. Y se llaman Olimpiadas porque se celebraban siempre en la ciudad de Olimpia, sede del dios más importante de la antigua Grecia, Zeus, rememorando, a través de algunas de sus diferentes competiciones, diversos acontecimientos históricos de especial interés para los griegos.

LAUREL E INMORTALIDAD
No existĂan ni anabolizantes, ni esteroides, ni dopaje, ni retribuciones econĂłmicas, ni vacaciones a mesa y mantel por todo lo alto: el premio para los vencedores consistĂa en una simple y humilde corona de laurel, planta que simboliza, entre otras cosas, la eternidad. Y además, la posibilidad de ser inmortalizado en cantos y poemas ante los dioses.
Todo el cúmulo de ingredientes que se han añadido a este invento es superfluo, innecesario y corrupto. Arrumbada definitivamente la idea original, se retoma la celebración de las Olimpiadas a partir de finales del siglo XIX, y desde ese momento se crea un grupo de mecenas y aristócratas primero, y de privilegiados bien remunerados y excelentemente sobornados más tarde, en los que se deposita la capacidad de manejar los hilos de la competición y el poder de decidir la sede en que celebrar las próximas.
Y todo lo que se mueve por debajo del mantel de los cinco aros olĂmpicos son cartas marcadas, intereses econĂłmicos inconfesables de aquĂ©llos que pujarán por una serie de concesiones que les permitirán meter el cucharĂłn en la olla.
Pero volvamos al principio: en medio de una crisis como la que soporta España, no heredada de ningún

Y digo España porque es el dinero de España el que se despilfarra pagando tantos viajes, tanto hotel y tanta comilona sólo por presentarse, únicamente por tener la posibilidad de intentarlo.
EL RIDĂŤCULO ES SOLO SUYO
Y convertimos primero Lausana y despuĂ©s Buenos Aires en otro gran fiestorro a todo plan, con generosas listas de invitados (por nosotros, por los españolitos que sufrimos las inclemencias de este gobierno) de todo tipo y pelaje, alabando al unĂsono las bondades de nuestro paĂs, mientras en todo el mundo sonrĂen porque conocen de sobra nuestros drásticos recortes en educaciĂłn, sanidad y servicios sociales, por citar tres cosillas.
Desde luego, si existe algĂşn paradigma de lo que significa vivir por encima de nuestras posibilidades, con esta patĂ©tica aventura hemos proporcionado al mundo entero uno de ellos”.
Seguramente, como casi siempre, yo estarĂ© equivocado en mis apreciaciones, y todas estas reflexiones suenen a pataleo senil. No obstante, sigo creyendo, y nadie me va a convencer de lo contrario, que como verdaderamente se hace honor al espĂritu primigenio de los Juegos OlĂmpicos en nuestra España de hoy es aumentando el profesorado y las becas de nuestro alumnado para poder llegar más lejos, invirtiendo en investigaciĂłn y desarrollo para llegar más alto, y creando puestos de trabajo, a la vez que se mima la sanidad pĂşblica, para ser más fuertes. Todo lo demás, como dirĂa el señor Rajoy, son ocurrencias desafortunadas.
En cuanto al espantoso ridĂculo de todos los personajes anteriormente citados que dicen representarnos, he de confesar que me alegra sobremanera, porque sus actos nunca los he considerado como propios, a pesar de que, a partir de ahora y durante cierto tiempo, ellos mismos se encargarán de adoctrinar a las masas con falsos eslĂłganes patriĂłticos y nacionalistas sobre tal o cual conspiraciĂłn mundial contra nuestro pueblo.
El ridĂculo es sĂłlo suyo y de cuantos se han prestado a esta farsa, porque la inmensa mayorĂa de los españoles vivimos o mal vivimos de nuestro esfuerzo y de nuestro trabajo, y lo poco o lo mucho que poseemos se lo debemos al sudor de nuestra frente. No al sudor del de enfrente, como todos ellos.
lo mas penoso, significativo y evidente de todo nava
ResponderEliminares que aun asi er pepe sigue superando ar pezoe en intencion de voto
aun recortando
aun subiendo impuesto
aun eliminando ayudas sociales
aun eliminando a madrid de ciudad olimpica
aun siendo tan inutiles
y si en las proximas elecciones en vez de estar er pepe y er pezoe estuviese compitiendo electoralmente con pinocho, 17 pokemon er conde dracula o la rana justabo
er pezoe seguiria perdiendo intencion de votos
en toa la marca españa
y eso tu lo sabe nava
er pezoe tiene encima a su peor enemigo de toa su historia
su enemigo es el mismo pezoe
er pepe es grande y gobierna en españa por mayoria gracias ar pezoe nava
que no je te orvie
Sr. Maestrillo Liendre: Yo si que paso olĂmpicamente de Ud.
ResponderEliminarchino hoy lasclavao.Se puede decir en mejor castellano pero no mas claro
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