Los cuatro jinetes del Apocalipsis

En estos días se han visto cabalgar por los cielos de la isla italiana de Lampedusa a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis de San Juan. Cabalgaban por el Mediterráneo, el antiguo “mare nostrum” romano, convertido en la nueva Laguna Estigia.
Buscaban afanosos sus víctimas naufragadas por la sobrecarga humana de esas barcas que como la de Caronte solo transportan muerte y tragedia. Seres desesperados que se lanzan a una aventura sin retorno buscando vida y encontrando muerte.
Han visto al blanco del Anticristo transportando a su victorioso y feliz jinete ante la generalizada pérdida de fe en ese Ser Supremo, llámenle Jehová, Jesús o Alá, al que solo se le menciona para escarnecerlo, odiarlo y maldecirlo. Un Dios que debe estar ya más que harto de todos nosotros, pese a su infinita misericordia, ante tantas insolencias, blasfemias y falta de solidaridad para con el prójimo que sufre.
Sin apenas separación, cabalgaba el rojo de la guerra, causante principal de que seres inocentes e indefensos sean maltratados y tengan que abandonar sus humildes hogares, escasas pertenencias y la tierra que les vio nacer para buscar un mundo más digno y mejor, en el que van a encontrar instaladas la codicia y la insensibilidad, más sofisticadas aún que en el infierno del que proceden.
Junto a éstos, en un galope imparable y aterrador, iba el negro del hambre, cuyo jinete mostraba la coraza

Recogiendo sus presas en las procelosas aguas del mar de la esperanza, que acaba siendo el de la tragedia, aparece el cuarto caballo y su pálido jinete, la muerte. Ese temido lugar donde acaban los sueños e ilusiones y los sufrimientos y adversidades. Para algunos, triste es reconocerlo, significa gozar de una libertad que nunca han tenido y finalizar una larga cadena de privaciones y abusos que les acompañan desde el instante de su nacimiento.
SIMPLES ESTADÍSTICAS
Hablamos de muertes y tragedias como simples estadísticas. Decimos, cual si de una crónica social necrológica se tratara, que en dos décadas van ocho mil muertos por naufragio en las cercanías de esa isla italiana. Y ninguno de ellos por practicar el “surf” o gozar las delicias de su playa, sino por experimentar la para ellos desconocida sensación de comer y sentirse libres.
Los que leemos esa horrorosa noticia, donde los ceros suponen miles de seres humanos muertos, tenemos la osadía y el deshonor de quedarnos insensibles y pasar estoicamente de sentirnos culpables de ese espantoso crimen, aunque no se halle castigado por ley humana alguna.

Yo les puedo asegurar que sí he sentido nauseas y mucha vergüenza o, como dice el Papa, “vergogna”. Me uno a su iniciativa de designar a esta fatídica fecha “día del llanto”. Un llanto que debería aclararnos la mirada para darnos cuenta de nuestro imperdonable proceder.
¿De qué sirve declarar un día de luto nacional, si con ello no devolveremos la vida a estas arriesgadas víctimas del hambre y la miseria? Ni conseguiremos evitar que esas trágicas listas de desaparecidos sigan incrementándose, pues preferirán morir en el intento, antes que seguir viviendo en una permanente lucha contra una muerte lenta y espantosa.
SANGRIENTAS VENGANZAS
Deberíamos esforzarnos en lograr un mundo más solidario y mejor, en el que nadie tenga que abandonar su hogar, familia y país por falta de recursos para subsistir dignamente y acabar de una vez con la crueldad de esas guerras donde siempre son ellos los únicos que pierden y menos culpa tienen. Designarlos “víctimas colaterales”, es un sarcasmo y una monstruosidad.
Cuentan los cronistas de rápidos cálculos y lentas emociones, que la mayoría de ellos proceden de Iraq,

Países que ayer asombraron al mundo por su floreciente y envidiable civilización, algunos incluso considerados la cuna de la Humanidad, y que demostraron una armoniosa convivencia entre sus ciudadanos, convertidas hoy en ciudades fantasmas donde la vida ha perdido todo su valor y la Historia las huellas de un pasado de grandeza.
Un doloroso muestrario de zonas envueltas en conflictos bélicos, siguiendo las consignas de un exaltado fanatismo religioso, que no figura en el Corán, en el que se subestima a la mujer y se convierte en auto asesino al hombre, prometiéndoles lo que no es de este mundo, ni estos “santones del rencor y la venganza”, pueden asegurarles.
Son los que han forzado estos éxodos que acaba en su mayor parte en irreparables tragedias. Morir o matar en nombre de Dios, que es un Ser misericordioso y justo, será siempre un salvaje contrasentido, proceda de donde proceda. Tras estas “santas” revoluciones, se suceden siempre sangrientas venganzas y ejecuciones.
Sr. Arbolí. La religión es un cáncer para la sociedad. El Dios que Vd menciona, de cristianos, musulmanes y judíos (que comparten el antiguo testamento) no es según los textos bíblicos misericordioso, más bien machista, vanidoso y asesino... si hace falta poner ejemplos se ponen, hay a porrillo...
ResponderEliminarUn dos tres, responda otra vez:
- El genocidio indiscriminado del diluvio universal.
Mi estimado comentarista: Parta usted es un cáncer, y yo respeto su opinión, la mente humana es libre, para mi, es un aliento en momentos difíciles y angustiosos. No me refiero a esa religión del Antiguo Testamento, que para mi tiene algunas lagunas difíciles de salvar, sino a la comunicación del hombtre con su Creador, en la intimidad de sus sentimientos. Yo veo la presencia de ese SWer Supremo como algo hermoso e inconmensurable, que a lo mejor no tiene parecido con lo que nos han estado contanbdo a lo argo de los siglos, pero que sí tiene que existir para controlar con esa precii´-on a un Universo tan enorme y tan complicado, en el que la Tierra y el hombre, no llegan ni al tamaño que para nmosotro tienen las hormigas. La religión musulmana no fgura en el Antiguo Testramento, ni en el nuevo, que figura en los Evangelis, sino que se dio a conocer a través de Mahoma en el añ 751, creo, de nuestra Era y participa de las historias y profecías de las anteriores.
ResponderEliminarNo soy un meapilas, ni sigo a rajatabla las normas de la iglesia,de lo cual no me siento orgulloso, aunque mis sentimientos sean más intimos y personales, más individuales, en relación con la creencia en el Má Allá A lo m,ejor resulta que estana equivovcado, como tantos millones que me han precedido, y allí no existe nada, aunque ni lo creo, ni desearía creerlo. De todas formas, gracias por su atencón al leerme y comentarme. Desde Madrid y para Chiclana un fuerte abrazo
eso el diluvio
ResponderEliminarse abre las agua pa unos y pa otros se cierra
Los judios son los bueno y to er mundo es malo
David mata con una honda a Goliat y lo apremian y lo covierten en rey
su hijo salomon tiene una duda y siempre tira por la calle de enmedio
Jesucristo va a aliñar acetuna ve que el olivo no tiene acituna y va y lo seca
abrahan esta dispuesto a matar a su hijo solo por lealtad insitado por Dios
Dios consiente que se cargen a su hijo y lo crusifiquen solo pa da ejemplo
Joder no le es mas facil haberlo hecho con el hijo de otro
o es que acaso el hijo de otro si es crucificado no podria ser hijo de Dios?
Maria es pura porque es Virgen acaso mi mujer que ya no es virgen tampoco tiene derecho a ser pura
¿porque tiene que ser virgen?
porque no puede ser una mujer normal y corriente
acaso la madre de un Dios no debe de ser humana
Hace er mundo en seis dia y descansa er setimo y para inundarlo todo manda un diluvio y tarda 40 dias y 40 noches
como se puede tardar mas en inundar algo que en crearlo?
pero que vamos
no dudes no blasfemes acepta lo inaceptable y cree en lo increible que ganaras el reino de los cielos por los siglos de los siglos
que aburrimiento
¡Qué triste tiene que ser vuestra realidad, vuestra vida, cuando la confirmáis sobre la negación¡ ¡Qué fijación, tan patológica, la de los llamados ateos, queriendo aplicar las enseñanzas, historias, leyendas, creencias, de hace miles de años, queriendo aplicarlas a la lógica de los conocimientos del siglo XXI¡ ¡Qué pueril, que rebuscados argumentos¡
ResponderEliminarA éstos, pseudos ateos, cuando vayan al hospital que los curen con la práctica médica de hace tres mil años, ya que le dan validez a unas cosas, que se las den a otras. O que se desplacen andando o en burro, o que no tengan móvil, ni tele, ni coche, ni casa..., sino que pastoreen a las cabras y ovejas...
Que sus hijos vivan como lo hacían antaño, sin saber leer ni escribir, sin cultura alguna, más que la de un pastor, o un carpintero de aldea, o un pescador de una triste barca...
¡Qué osada es la incultura, el odio, el rencor, la maldad¡
(Y siempre se repite el mismo, que se dice ateo, y siempre hay otro que pasaba por allí y le gusta hacerse el graciocillo, con un ingenio trasnochado y manido).
Cada vez estoy mas sorprendido del avance cultural, filosófico y humansta de mis paisanos y de mi Chiclana. Lástima, y no soy meapilas, ni lo mas parecdo a ello, que de todo lo tratado en mi articulo, todo se reduzca al debate sobre la existenca de Dios y se negación. Si lo sé, publico el articulo en la Hoja ^Parroqual, pues de todo lo expuesto y mucho mas interesante, jhabía cuestiones dignas de haber sido tratadas y comentadas. Yo respeto tanto al creyente, como es mi caso, como al no creyente, que es el de algunos de mis comuncantes. No todo tenemos que ir poe mismo sendero como si fuéramos ovejas, ni la reñligión una pilsora `prodigiosa que tengamos que tomar. Cada cual es libre de creer o no creer, como de dormir o madrugar, si no está obligado a ello por razones de trabajo.
ResponderEliminarLa fe para mi es una comunicación íntima e interna, muy personal, que mantengo que con ese Ser que yo creo mueve el Universo, aunque no tenga que ser obligatoriamente adorado y honrado en un temnplo determinado o bajo unas normas dictadas por el hombre. Para mi, la creencia en Dios me supone intentar portarm,e bien con el prójimo, ayudar en lo posible al que lo necvesite y no hacer daño a nadie. Procurar tratar a los demás como yo quierso ser tratado. Con eso me basta. Que nvovo a ese Ser como Jesún, Johová, Alá o cualquier otrop nombre, es lo de menos, lo important es hacer el bien y respetar y querer a los demás nos gusten o disgusten. Con ello me basta y con este bagaje espero e final de mi trayectoria. Si estoy acertado o equivocado, solo lo sabré cuando desapatrezca de este mundo. Un saludo cordial a todos