Día Internacional de Rocío Dúrcal

Me entero al escribir este artículo que el pasado 11 de noviembre se celebró el “Día Internacional de Rocío Dúrcal”. No me pregunten quién lo ha dispuesto, por qué esta fecha y si ha tenido lugar algún acto con tal motivo. No he leído nada al respecto, ni lo han mencionado en televisión. Aunque yo, con mucho gusto, me uno a este homenaje a nuestra inolvidable Marieta.
A veces los detalles más baladíes nos hacen recordar momentos añorados y dormidos en nuestro cronómetro vital. Esa etapa que al recordarla nos produce cierta nostalgia y melancolía, porque nos empeñamos en hacer regresar a nuestra memoria personas y circunstancias que quizás fuera más aconsejable erradicarlas.
Pensando en ello, me doy cuenta que he tenido ya más vida que las habituales en los de mi ya perdida generación. Se han ido los de mi “quinta” y posteriores y aquí estoy yo, como vestigio de un pasado más legendario que real, nadando sobre un mar de fantasmas en un mundo ya irrepetible.
El pasado domingo estuve en el Rastro madrileño, como acostumbro desde antes de que Carlos Arias

Casualidades de la vida, me he encontrado este domingo, tirado en el suelo, un disco de rancheras de Rocío Dúrcal. Se le debió perder a alguien. Lo recogí y al comprobar que se hallaba aún con la funda de plástico, pasó a incrementar mi colección que cuenta ya con más de mil CD. Los suelo oír alternándolos mientras escribo, pienso o no hago nada.
REPORTAJE A MARIETA
La música es algo esencial para que Mnemea, la musa del recuerdo y la memoria se convierta en asidua acompañante de mi rutinaria existencia. Es sorprendente que tenga presente, con todo detalle, como si fuera de ayer mismo, acontecimientos que ya han olvidado generaciones posteriores a la mía. Maribel, mi mujer, se sorprende que momentos y detalles que hemos pasado juntos, ella no los recuerde y yo los describa con toda clase de detalles como si los estuviera reviviendo en ese instante.

Sé que Luis Sanz, el descubridor de niños prodigios, así como representante de las tres grandes folklóricas de entonces, Lola, Carmen y Paquita, -a quien también conocí-, se hizo cargo de ella y de su formación cultural y física. El reportaje se lo hice en un gimnasio que había entonces en la calle de Fuencarral de Madrid, con su preparadora física, creo recordar Pachy Tomás.
Una joven gimnasta que me habló de las magníficas aptitudes de la joven cantante para asimilar sus lecciones. Rocío estuvo muy simpática y locuaz, que en ella era habitual, abierta a todas las sugerencias que le dictaba el fotógrafo que me acompañaba, que debía ser o Fernando Wagner o César Lucas, los únicos con los que trabajaba en esas fechas. Todo fueron facilidades por parte de alumna y preparadora y el trabajo se publicó destacado y bien elaborado.
TERTULIA
El segundo encuentro tuvo lugar en los estudios cinematográficos “Cinearte”, donde entrevisté a Manuel Benitez “El Cordobés”, que rodaba una de sus dos películas, “Aprendiendo a morir” o “Chantaje a un torero”, no lo recuerdo bien. Al finalizar mi trabajo, me encontré en animada tertulia a Marisol, Rocío

Era una reunión algo insólita entonces y de la que ofrecí amplia referencia. Creía que los tiros iban por Marisol y uno de los cantantes. Luego la realidad me confirmó que eran Rocío y Junior, casados a los nueve meses de relaciones en El Escorial. Ya no volví a tener encuentro con la joven cantante y actriz, aunque seguí su imparable trayectoria.
Hoy todos estos recuerdos han pasado al álbum ya amarillento donde pocos de los que los vivieron están en condiciones de recordar. ¡Dios mío cuanto he vivido! Rememorando ese pasado, ya muy pretérito, me doy cuenta de que he tenido una serie de experiencias y sensaciones tan distintas como milagrosamente intactas en mi mente, a pesar de haber transcurrido tanto tiempo.
ESTRELLA LUMINOSA
Y es entonces cuando echo de menos a tantos como pasaron por mi vida, unos de manera grata y otros poniéndome la zancadilla, sin que les guarde rencor. Comprendo que este paseo por el almanaque debe estar lleno de sorpresas buenas y malas y ellas me acompañarán hasta el final del recorrido.

Hoy la joven Marieta que conocí en aquella mañana en su clase de gimnasia, se ha convertido en un mito cuyas canciones estoy oyendo mientras escribo estas líneas tan sencillas como sentidas. Ya es una estrella luminosa en ese firmamento donde van los que alcanzan el éxito y la gloria más allá de la vida.
Mientras oigo sus rancheras la veo con esa cara angelical que mantuvo hasta su muerte y esa permanente sonrisa con la que nos atendía. Méjico la quiso como suya y ella tuvo en el entrañable país azteca su segunda patria. Sus cenizas, por voluntad de ella, fueron repartidas entre España y Guadalupe.
Para mí, supone el recuerdo de un joven e ilusionado periodista y una más joven aún y no muy conocida cantante, de cuya ascensión y éxitos fui testigo privilegiado.
Por un error de mi parte, escribía que fue el 11 de octubre, cuando en realidad fue el 11 de noviembre, Simplemente lo recojo para no errar en el dato. Gracias y perdonen.
ResponderEliminarGracias por contar tus encuentros con Rocío Dúrcal icono de los anos sesenta y artista internacional, adorada en todo el continente Americano, donde es considerada una leyenda, la cantante española que más discos ha vendido en el mundo, te echamos de menos Marieta.
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