Aún respira [Memento Mori]
Las dos chicas se introdujeron corriendo en la zona del parque, tranquilo y coqueto, donde solían jugar. No eran muchos los paseantes que transitaban por allí. Era una plazuela circular, pequeña y recogida, rodeada de altos árboles que daban sombra durante todo el día y por cuatro bancos donde ellas acostumbraban a sentarse para hablar de sus cosas, inventar aventuras y contarse historias.
Aquel era un día caluroso, por eso se agradecía especialmente el frescor y la calma bajo la protección de los árboles. Las chicas se sentaron y comenzaron no sé qué juego de manos y canciones, hasta que una de ellas de percató de algo curioso y llamó la atención de su compañera.
- Creo que alguien ha estado removiendo la tierra -dijo.
En efecto, la tierra tras uno de los bancos aparecía fresca, movida y formando un pequeño montículo, como si alguien hubiera querido tapar algo con excesivo celo. ¿Se trataría de un tesoro? ¿Habría querido alguien esconder allí algo realmente valioso?
Las chicas no lo dudaron. Se acercaron al lugar y comenzaron a escarbar. Utilizaron para ellos palos y piedras, y solo cuando fue realmente necesario se mancharon las manos.
Un par de minutos después, ante sus rostros aterrorizados aparecía, cubierta de tierra, una cabeza decapitada.
- Vamos a avisar a la policía -comentó la más sensata.
- Espera un momento -se atrevió a sugerir la segunda chica. Vamos a verla de cerca.
Entonces se quedaron mirándola, cada vez con mayor curiosidad. Era una cabeza humana, no cabía duda, pese a que la boca y los ojos, manchados, apenas se atisbaban. El cuello había sido cortado de un tajo con algo afilado. Un hacha, tal vez, aunque a ninguna de las dos chicas se le ocurrió especular sobre el arma utilizada.
Eso sí, las dos se sobresaltaron y salieron corriendo, finalmente, poco después de que la más lanzada comentara:
- Mira, creo que aún respira.
Poco después de eso, claro, e inmediatamente después de que aquella cabeza decapitada empezara a toser.
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