Caronte ha cambiado su barca por pateras
Félix Arbolà [colaboraciones].-
Cada dĂa llegan a nuestras costas o saltan la alambrada de separaciĂłn entre nuestro paĂs y Marruecos, cientos de magrebĂes y subsaharianos. Son hombres, niños y mujeres, algunas con sus vientres en gestaciĂłn. La más bochornosa exhibiciĂłn de la desigualdad que padece el mundo entre los que tienen de todo y los que no tienen nada. El Ă©xodo de los que están condenados a sufrir una lenta y penosa agonĂa y pretenden encontrar un mundo más solidario y equilibrado.
La prensa y el mundo se conmueven porque quince personas han perdido su vida en un intento desesperado de atravesar a nado las aguas que separan las dos orillas de un mismo y tan distinto mundo.
Unas muertes que suponen una gota de agua dolorosa y trágica en la riada de vĂctimas anĂłnimas que sufren el mismo final, sin que nadie hable de ellos, ni inspiren una sola lĂnea de solidaridad hacia esas familias que los vieron partir ilusionados y jamás lo verán regresar. Quedaron sumergidos bajo las aguas de este “mare nostrum” por no encontrar un Caronte que les ayudara a alcanzar la otra orilla, aunque pagaron con creces
el precio de su viaje.
VĂctimas de una denigrante desigualdad econĂłmica y social y del mercadeo de criminales mafias que trafican sin el menor remordimiento y pudor con las vidas de seres que buscan desesperadamente un resquicio a la esperanza.
Éste es el grave problema que se sufre al otro lado del Estrecho y la causa de ese continuo y duro enfrentamiento con las fuerzas fronterizas que se oponen a su entrada ilegal en un paĂs que no es el suyo y un sistema de vida que el azar ha dispuesto no les pertenece.
Las opiniones se disparan a favor y en contra de ese fĂ©rreo control que impide a Ă©stas personas conseguir su objetivo, pues a las consideraciones de Ăndole legal, hay que añadir la crĂtica situaciĂłn que atravesamos y las consecuencias que esa llegada masiva nos ocasionarĂa.

HAN EQUIVOCADO EL CAMINO
No es tolerable tampoco la violencia con la que se enfrentan a nuestras autoridades que cumplen Ăłrdenes recibidas y normas establecidas en el Derecho internacional, aunque se puedan dar ejemplos de exageradas posturas y duras reacciones en ambas partes, que en nada contradicen el verdadero meollo del problema.
Si por un mundo mejor entienden lo que realmente se vive en España, han equivocado su camino. Son ahora los propios españoles los que buscan tambiĂ©n ese mundo mejor, sin polĂticos corruptos, acaparamiento de riquezas en una minorĂa selecta y gobernantes que aparte de sus intereses y los de sus amigos no se preocupan del bienestar de los que les han elegido y se hallan sometidos a la voluntad de los que ayer por las armas y hoy por la asfixia econĂłmica tienen dominados a los paĂses ribereños.
Quince cuerpos flotando sobre un mar de cruceros de lujo y pateras de miseria. Los que contemplan cĂłmodamente instalados al movimiento de las olas en sus camarotes de lujo y saraos y los que las ven como amenaza de tragedia, porque se consideran hijos de un Dios menos compasivo. Un mismo escenario para representaciones tan opuestas.
No obstante, pedir trabajo y comida en un paĂs donde uno de cada tres niños pasa hambre, aumentan los
que se acuestan sin comer y sus padres buscan alimentos en los contenedores e instituciones de caridad, me parece hasta sarcástico. Lo encuentro más disparatado que vender el “Mein Kampf” en la puerta de una Sinagoga. Luego si se les deja entrar o se cuelan y los admitimos, los veremos por nuestras calles utilizando mil tretas para subsistir y aceptando trabajos mal pagados y en negro, arrastrando a los nuestros al paro.
MUCHO HABLAR, PERO POCO COMPROMISO
Critican los que no mueven un dedo por ayudarlos y atenderlos, que nuestros agentes fronterizos los devuelven a su paĂs de origen. Si a todo el que entra de forma irregular se le dejase, nos sentirĂamos invadidos hasta en nuestra propia casa, privados de nuestros precarios trabajos y dada la fecundidad de sus mujeres superados por ellos y hasta ver a nuestras hijas y nietas con burka o Hiyab, sexualmente mutiladas y rezando mirando a la Meca.
Como siempre, surgen voces discrepantes de polĂticos y agrupaciones opuestos a la manera oficial de actuar, pero nadie ofrece soluciones y aportaciones para aliviar el problema a sus defendidos, ni renuncian a
sus privilegios econĂłmicos para atenderles. Mucho hablar, pero poco comprometerse.
Me duele toda muerte, sea de quien sea y me avergĂĽenza que haya personas que tengan que arriesgar sus vidas, lo Ăşnico que aĂşn les queda, por mejorar sus vidas y las de sus familias, pero comprendo que estamos excesivamente saturados de miseria para hacernos cargo de la que nos llega en esas incursiones masivas. Es triste tener que llegar a esta dura conclusiĂłn, pero preciso exponerla. .
España no está en condiciones de recibir a estos emigrantes que pagan hasta seis mil euros a las mafias por salir de sus paĂses, pues los nuestros no disponen de esa cantidad ni siquiera para cambiar de residencia buscando una nueva vida.
Tampoco tienen por quĂ© envidiar los polĂticos y gobernantes que tenemos, pues si en sus paĂses el feudalismo aĂşn persiste, en el nuestro vivimos un nuevo caciquismo donde más que dirigentes polĂticos tenemos despĂłticos mandatarios.
Cada dĂa llegan a nuestras costas o saltan la alambrada de separaciĂłn entre nuestro paĂs y Marruecos, cientos de magrebĂes y subsaharianos. Son hombres, niños y mujeres, algunas con sus vientres en gestaciĂłn. La más bochornosa exhibiciĂłn de la desigualdad que padece el mundo entre los que tienen de todo y los que no tienen nada. El Ă©xodo de los que están condenados a sufrir una lenta y penosa agonĂa y pretenden encontrar un mundo más solidario y equilibrado.
La prensa y el mundo se conmueven porque quince personas han perdido su vida en un intento desesperado de atravesar a nado las aguas que separan las dos orillas de un mismo y tan distinto mundo.
Unas muertes que suponen una gota de agua dolorosa y trágica en la riada de vĂctimas anĂłnimas que sufren el mismo final, sin que nadie hable de ellos, ni inspiren una sola lĂnea de solidaridad hacia esas familias que los vieron partir ilusionados y jamás lo verán regresar. Quedaron sumergidos bajo las aguas de este “mare nostrum” por no encontrar un Caronte que les ayudara a alcanzar la otra orilla, aunque pagaron con creces

VĂctimas de una denigrante desigualdad econĂłmica y social y del mercadeo de criminales mafias que trafican sin el menor remordimiento y pudor con las vidas de seres que buscan desesperadamente un resquicio a la esperanza.
Éste es el grave problema que se sufre al otro lado del Estrecho y la causa de ese continuo y duro enfrentamiento con las fuerzas fronterizas que se oponen a su entrada ilegal en un paĂs que no es el suyo y un sistema de vida que el azar ha dispuesto no les pertenece.
Las opiniones se disparan a favor y en contra de ese fĂ©rreo control que impide a Ă©stas personas conseguir su objetivo, pues a las consideraciones de Ăndole legal, hay que añadir la crĂtica situaciĂłn que atravesamos y las consecuencias que esa llegada masiva nos ocasionarĂa.

HAN EQUIVOCADO EL CAMINO
No es tolerable tampoco la violencia con la que se enfrentan a nuestras autoridades que cumplen Ăłrdenes recibidas y normas establecidas en el Derecho internacional, aunque se puedan dar ejemplos de exageradas posturas y duras reacciones en ambas partes, que en nada contradicen el verdadero meollo del problema.
Si por un mundo mejor entienden lo que realmente se vive en España, han equivocado su camino. Son ahora los propios españoles los que buscan tambiĂ©n ese mundo mejor, sin polĂticos corruptos, acaparamiento de riquezas en una minorĂa selecta y gobernantes que aparte de sus intereses y los de sus amigos no se preocupan del bienestar de los que les han elegido y se hallan sometidos a la voluntad de los que ayer por las armas y hoy por la asfixia econĂłmica tienen dominados a los paĂses ribereños.
Quince cuerpos flotando sobre un mar de cruceros de lujo y pateras de miseria. Los que contemplan cĂłmodamente instalados al movimiento de las olas en sus camarotes de lujo y saraos y los que las ven como amenaza de tragedia, porque se consideran hijos de un Dios menos compasivo. Un mismo escenario para representaciones tan opuestas.
No obstante, pedir trabajo y comida en un paĂs donde uno de cada tres niños pasa hambre, aumentan los

MUCHO HABLAR, PERO POCO COMPROMISO
Critican los que no mueven un dedo por ayudarlos y atenderlos, que nuestros agentes fronterizos los devuelven a su paĂs de origen. Si a todo el que entra de forma irregular se le dejase, nos sentirĂamos invadidos hasta en nuestra propia casa, privados de nuestros precarios trabajos y dada la fecundidad de sus mujeres superados por ellos y hasta ver a nuestras hijas y nietas con burka o Hiyab, sexualmente mutiladas y rezando mirando a la Meca.
Como siempre, surgen voces discrepantes de polĂticos y agrupaciones opuestos a la manera oficial de actuar, pero nadie ofrece soluciones y aportaciones para aliviar el problema a sus defendidos, ni renuncian a

Me duele toda muerte, sea de quien sea y me avergĂĽenza que haya personas que tengan que arriesgar sus vidas, lo Ăşnico que aĂşn les queda, por mejorar sus vidas y las de sus familias, pero comprendo que estamos excesivamente saturados de miseria para hacernos cargo de la que nos llega en esas incursiones masivas. Es triste tener que llegar a esta dura conclusiĂłn, pero preciso exponerla. .
España no está en condiciones de recibir a estos emigrantes que pagan hasta seis mil euros a las mafias por salir de sus paĂses, pues los nuestros no disponen de esa cantidad ni siquiera para cambiar de residencia buscando una nueva vida.
Tampoco tienen por quĂ© envidiar los polĂticos y gobernantes que tenemos, pues si en sus paĂses el feudalismo aĂşn persiste, en el nuestro vivimos un nuevo caciquismo donde más que dirigentes polĂticos tenemos despĂłticos mandatarios.
Ha dado usted en el clavo " MUCHO HABLAR, PERO POCO COMPROMISO. Gracias por tan brillante articulo
ResponderEliminarAmigo Felix que mas se puede decir,anque a mi se me ocurre una cosa.Porque no fletamos unos pocos de aviones y le mandamos todas estas personas a Bruselas y otros y a lo mejor es preciso que esto ocurra para que por una puñetera vez se tomen el problema de la emigracion.
ResponderEliminarUn saludo y un abrazo