Masa y pueblo, dos conceptos distintos

Ruiz de AlarcĂłn, el dramaturgo mejicano del siglo de oro de nuestras Letras, tenĂa un defecto fĂsico notorio, era jorobado. Esta desafortunada circunstancia hizo que en sus salidas al escenario y apariciones pĂşblicas se mofaran de Ă©l. Algo habitual en los que disfrutan haciendo daño al prĂłjimo allĂ donde más puede dolerle.
Ante esa falta de sensibilidad el autor se enfrentaba a la masa, pues el hombre se hace masa cuando pierde su racionalidad y se convierte en animal, y con justificada indignaciĂłn le decĂa: !Contigo hablo bestia fiera!”. Esa frase aprendida en mis años escolares de San Felipe Neri, no se me ha olvidado con el paso de los años.
He sido testigo directo -en los años que es normal que los niños jueguen y sueñen en cosas agradables-, de la extremada crueldad de una masa desatada, no solo en los aciagos tiempos del nefasto Frente Popular, ese “paraĂso” que añoran los que viven anclados en el rencor, con sus checas, paseos y tiro en la nuca, sino en los posteriores de la busca domiciliaria, captura e idĂ©ntico final, por el gravĂsimo pecado de haber estado al otro lado.
En ambos casos, los ejecutores de tales barbaries formaban parte de lo que podrĂamos llamar masa, pues

Quiero hacer constar que nunca estarĂ© al lado de esa masa desbordada, irrazonable y descontrolada. SerĂa un loco y hasta un suicida si asĂ lo hiciera. Nadie en su sano juicio puede estar de acuerdo con el conjunto de aborregados y desalmados que se enfrentan y destrozan todo cuanto encuentran a su paso, aunque no simbolice ni tenga nada que ver con el objetivo a combatir.
EL DESARRAIGO DE LOS POLĂŤTICOS
Lo de “a rĂo revuelto, ganancia de pescadores”, es un refrán acertadĂsimo. Aunque en este caso los pescadores se hallen bien seguros y resguardados de las posibles acometidas de las fuerzas de seguridad, (que forman parte del pueblo tambiĂ©n y cumplen una misiĂłn que les han ordenado) mientras envenenan y azuzan a las masas para que les despeje el camino, mientras ellos se dan pantagruĂ©licas mariscadas, cruceros de lujo, aumento de sus ingresos a costa de usar los fondos pĂşblicos para objetivos distintos a los que iban destinados y vivir a todo lujo en sus escaños parlamentarios.

Eso de bajar sus emolumentos y compartirlos con el pueblo al que dicen defender, no tiene arraigo entre nuestros polĂticos y en ese aspecto la izquierda es tan egoĂsta y desconsiderada como la derecha. Que todo se sabe, aunque algunas cosas, poco se comenten. Quiero resaltar tambiĂ©n que la bandera de España es la roja y gualda, que nada tiene que ver con rĂ©gimen alguno, sino que es la oficial española desde el año 1725, reinando Carlos III.
Debo aclarar que la masa, ese conjunto amorfo, deshumanizado, sin criterio propio y dĂłcil a las consignas emanadas de lĂderes y provocadores, no forma ni ha formado parte jamás de mi favoritismo. Odio el sometimiento servil a las consignas de los que encienden la mecha del descontento popular en beneficio de sus bastardas intenciones y avivan esa hoguera para eliminar al adversario polĂtico y asegurarse el poder. Una postura que jamás ha formado parte de mis principios e ideales.
MASA DESBORDADA Y ENLOQUECIDA
Es difĂcil y nada aconsejable escribir bajo la influencia y presiĂłn que estamos sufriendo. Se puede caer en el equĂvoco de que se mal interpreten tus palabras y se ofrezca una versiĂłn contraria a la que realmente se siente. Esto ha podido pasar con algunos de mis anteriores artĂculos, donde a lo peor no he sabido exponer con la claridad suficiente lo que realmente pienso.
SĂ opino que la furia del pueblo cuando se desata, no hay nada capaz de detenerla y que ya es hora de que nuestros polĂticos reflexionen sobre las causas que motivan estas protestas y gritos callejeros de justa indignaciĂłn y rectifiquen sus malas gestiones y abusos de autoridad, para que se puedan evitar desarrollando

¿No se han detenido a pensar por quĂ© el mismo pueblo que los votĂł de forma mayoritaria, es el que hoy se echa a la calle para reclamar sus derechos y el cumplimiento de las promesas electorales? ¡Nada me harĂa más feliz que poder retractarme de mis quejas y afirmar que nuestros polĂticos son los más eficaces, honestos y altruistas de todo el Continente!
No me gusta la masa desbordada y enloquecida, pues nada bueno se puede esperar de ella No obstante, la masa, como las fieras, no ruge, ni ataca si no la provocan. Si el gobierno lo hace bien, los polĂticos nos dan el ejemplo debido y la economĂa del paĂs se sostiene “ordeñando” a los que más tienen y favoreciendo a los más pobres, no hay provocador capaz de levantar y sacar a la calle a esas multitudes indignadas, pues solo los “pagados” y “dĂłciles” a sus mandatos se movilizarĂan.
De todas formas, les puedo asegurar que mi mente y mis ideales continĂşan inmutables a los principios que me inculcaron a pesar de los pesares.
Amigo Felix de nuevo gran articulo y yo siempre poniendo un pero.No deja de ser cierta la exposicion que haces,nuestros politicos¡ay!nuestros politicos.Y nosotros que.No soy politico y de verdad es que no me hacen ni chispita de gracia pero siempre los vamos a tener,la diferencia de los nuestros con otros no esta en ellos,esta en hasta donde se le deja estar.Recientemente el ministro de inmigracion ingles dimitio porque tenia una ilegal como empleada de hogar,se supo y ¡a la calle!.El ciudadano ingles no le permitiria seguir de ministro.Que hacemos aqui.....acercarnos a ellos lo mas posible para sacar tajada de las migajas que le sobran y encima les aplaudimos sus actos.Somos capaces de ser tan hipocritas y cinicos de estar criticando de otros cuando estamos de "mierda"hasta los ojos.
ResponderEliminarCierto es que,como decias en tu anterior articulo,que ellos deberian dar ejemplo,yo pienso que si ellos no lo dan nosotros deberiamos dejarlos en evidencia haciendolo.
Ah al igual que el pan la masa siempre se ha dominado con los puños y el poder lo tiene ellos.Un saludo