Asociacionismo

   
Francisco M. Navas (presidente de la Federación de Vecinos “Chiclana-Este”).-

Si existe un déficit en la sociedad española en general y en la sociedad andaluza en particular con respecto al resto de nuestros vecinos europeos, ése es el asociacionismo. Nuestra cultura política, dominada y sesgada desde sus orígenes por un integrismo religioso que nos separó definitivamente de Europa tras las denuncias al catolicismo formuladas por Lutero, nos convirtió, de una parte, en la “reserva espiritual católica” de Occidente, lo que nos llevó, a medio plazo, a la más absoluta bancarrota económica, permitiendo que la religión impregnase nuestra vida política hasta la médula y considerase anatema todas aquellas manifestaciones sociales que fuesen contra su doctrina y, por ende, contra sus intereses económicos y de poder.

El establecimiento de la Inquisición Española durante el reinado de los mal llamados Reyes Católicos, pues la católica fundamentalista era realmente Isabel, mientras Fernando servía de modelo a Maquiavelo para su obra “El Príncipe”, supuso el establecimiento por la fuerza de una sociedad estrictamente dominada por el catolicismo, sin posibilidad de debate ni discusión, cuando hasta la fecha habían convivido perfectamente, cada cual con su visión del mundo, las llamadas tres religiones del Libro, es decir, las reconocidas en el Corán como hermanas: cristianismo, islamismo y judaísmo.

Esta imposición por la fuerza supuso un sinfín de denuncias, detenciones, torturas, procesos y falsas conversiones que acabaron produciendo la ruina tanto en la convivencia como en la economía de nuestro recién unificado país. 

Esta cultura de represión y silencio se ha seguido arrastrando durante siglos, hasta llegar a nuestros días, donde se condenan a muerte los intentos de aplicar los principios de la Ilustración durante el nefasto reinado de Fernando VII en el siglo XIX, y la ominosa dictadura del general Franco durante 39 años en el siglo XX, ensalzada y bendecida por la iglesia católica bajo palio en sus catedrales.

TODO TIENE UN LÍMITE

Tras la muerte del dictador, conseguimos establecer en España una democracia parlamentaria absolutamente avanzada en las formas, pero carente de fundamentos éticos en su base. Los mismos que se repartían todo tipo de privilegios con Franco son ahora demócratas de toda la vida.

Su pericia, sin embargo, no es más que la herencia de cientos de años de usos y abusos caciquiles que, poco a poco, imitando sus usos y abusos, les han permitido hacerse con los hilos del manejo del estado, para acabar relegando a la población a la práctica democrática de votar cada cuatro años a unos partidos políticos creados por ellos mismos, absolutamente cínicos en sus programas electorales incumplidos sistemáticamente, corrompidos hasta la médula por un manejo casi impune de los dineros públicos y, para colmo de males,  amparados asombrosamente por las leyes que ellos mismos aprueban.

Afortunadamente todo tiene un límite. Hemos tenido que sumirnos en una tremenda crisis provocada por los especuladores mundiales del dinero para que todo el sistema se hunda como un castillo de naipes. Ya no salen las cuentas, y aun así, nuestros gobernantes siguen sacando pecho con cinco millones y medio de parados, o con un cuarenta y cuatro por ciento de paro en Cádiz, por poner algún ejemplo. 

 NO ES UN CRIMEN PEDIR AGUA POTABLE

El 15M ha revitalizado de un plumazo el asociacionismo, demostrándonos que resulta vital para controlar a los poderosos, porque unidos podemos cambiar la realidad de esta democracia de segunda en la que los corruptos campan a sus anchas con total impunidad. Asociarse es reunirse, compartir diferentes opiniones, debatir si fuese preciso, votar propuestas y tomar decisiones al respecto.

Y es aquí donde aparece el objetivo esencial de nuestra Federación de Asociaciones de Vecinos “Chiclana Este”. Hemos venido para hablar, para participar en la construcción de nuestra ciudad, para negociar con los poderes públicos lo que sea honestamente negociable, para denunciar lo que nos parezca mal y para reclamar lo que es justo usando cuantos medios legales estén en nuestra mano.

De momento, sólo tenemos nuestra palabra para decir alto y claro que no es un crimen pedir agua potable en el siglo XXI para la tercera parte de la población chiclanera, que tampoco dispone de saneamientos adecuados, ni parques infantiles, ni zonas de ocio, ni servicios sociales adecuados a las necesidades de la población. Ni es disparatado reclamar todos estos servicios esenciales cuando nos estamos comprometiendo a negociar el pago de un canon mensual por ellos.

RECLAMAR LO QUE NOS PERTENECE

La absoluta permisividad de los políticos de esta ciudad durante décadas, la especulación sobre el suelo agrícola convertido en edificable, la insaciable codicia de los contratistas y el justificable o no afán de poseer una vivienda en el campo de muchos habitantes de Chiclana y de muchas personas venidas de todas partes, han conducido a Chiclana a la situación en que se encuentra.

Mientras la parte urbanizada del Novo Sancti Petri, habitada sólo durante tres meses, disfruta todo el año de campos de golf, aceras, carriles bici, avenidas asfaltadas e iluminadas y jardines impecablemente cuidados, amén de una hermosa y privilegiada parcela donada por el ayuntamiento para una iglesia y edificios anexos de última generación, un tercio de la población chiclanera no tiene agua potable ni saneamientos para canalizar sus aguas fecales.

Todo un ejemplo de buen gobierno municipal. Pues bien, ha llegado la hora de reclamar lo que nos pertenece. Y aunque comprendemos que a algunos nuestros puntos de vista puedan chocarles, o incluso molestarles, les invitamos a debatir con nosotros, porque seguramente acabarán comprendiendo que tenemos razón y que no pedimos la luna. Teniendo siempre presente una premisa indiscutible: los gobernantes están para solucionar los problemas de la gente, no para crearlos.