Sólo nos queda la imaginación
Félix Arbolí [colaboraciones].-
Hay un anuncio en televisión que me emociona e indigna a un tiempo. Es una madre que ante la mirada interrogante de su hija al ver que le ofrece como cena un trozo de pan cortado por su mitad, le dice: “Mira hija, éste es un bocadillo al que tu le añades lo que imaginas y deseas y verás qué bien te sabe”. No es literal la referencia, pero viene a decir lo que expongo.
Debe ser terrible que una madre tenga que decir esto a su pequeño para que intente engañar el hambre que sufre. En los años cuarenta me vi en ocasiones en el papel de esa niña, aunque no tuve opciones para mi imaginación, ya que en aquellos años del racionamiento ese trozo de pan sobrante de la barra que nos daban para todo el día, era lo único que disponíamos en casa.
Este anuncio me hace regresar a tiempos muy pretéritos e inolvidables, en los que a pesar de tantas calamidades se vivía ilusionado y con esperanza porque decían que en “España empezaba a amanecer”, aunque las noches se hicieron largas e insoportables en esa tan ansiada y esperada amanecida. Nada que ver con los brotes verdes y enmarañados mensajes que ya nadie cree y se tornan en lanzas contra su vocero.

El citado anuncio me sonroja, indigna y causa un enorme dolor, no solo por su terrible mensaje pidiendo solidaridad ante tan insólita escena, sino porque pienso que aunque se pueda pensar que han exagerado, no dudo que será real en muchos hogares españoles. La fruta y el yogur, con el que acostumbro a cenar, me hace sentir mal ante mi incapacidad de no proporcionar un contenido real a ese bocadillo de la “tele”.
Es demoledor ver el estado al que hemos llegado, mientras una serie de mal nacidos especulan con nuestro dinero y nuestra salud en su exclusivo beneficio. Que haya un niño que se acueste sin comer y hasta sin un techo que le proteja, mientras los sinvergüenzas y crápulas ocultan sus robos en bancos extranjeros me parece un delito de lesa gravedad y digno de cárcel sin ningún tipo de recursos.
EXPRIMIENDO Y ATORMENTANDO AL PUEBLO
Condena con todos sus bienes embargados para que allí, en la soledad de su celda, puedan experimentar cómo es tener que imaginarse lo que no desearías y necesitas comer y por culpa de unos mangantes sin escrúpulos te tienes que privar de ello, abusando de sus cargos y apellidos.
Es indignante que tengamos una justicia capaz de condenar y encarcelar a una madre por utilizar una tarjeta de crédito ajena para poder comprar pañales y alimentos para su bebé, mientras dejan en libertad a los

Y aún más, sin tener que devolver lo robado o malversado o dando un pequeño anticipo y solicitando unos plazos, como el que compra una cocina o lavadora. Oportunidades que al “chorizo” del súper no le conceden.
Es imperdonable que a los “roba-gallinas” les hagas pagar su error con excesiva dureza, mientras los saqueadores de la granja y la ruina de los granjeros, se van de rositas a gozar con sus ocultos tesoros.
Es intolerable que nuestros políticos sigan exprimiendo y atormentando al pueblo, sin preocuparles su angustiosa situación, mientras los responsables de sus partidos y autores de su nombramiento, miran para otro lado y se dan golpes de pecho, posiblemente para asegurarse de que no le han “choriceado” también sus billeteras. ¿Es que no hay nadie con vergüenza en este país?
ROBAR MILLONES PARA LIBRARSE DE LA CÁRCEL
¿Tan ciega está nuestra justicia que solo manda redadas y toma declaraciones en despachos a los que roban millones, para luego dejarlos libres? ¿Por qué al que delinque por hambre, por atender a sus más precisas necesidades, lo llevan al calabozo y de éste pasa a la cárcel y a los que roban millones y llenan las cajas

¿Hay que robar millones para librarse de ir a la cárcel? Y si aparte de los millones robados el o la delincuente es una figura popular, su paso por la cárcel queda eliminado o aliviado, gracias a las estrategias jurídicas de una bien pagada defensa.
Sorprende que aún haya personas que pasan hambre o viven con estrecheces y sean capaces de aumentar sus penalidades y hasta de quitarse el trozo de pan que aún pueden disfrutar, para dar su importe a una de las causantes de su miseria.
¿Cuántos de los detenidos y juzgados pisarán la cárcel o permanecerán en ella más de la tercera parte de su condena, sin haber tenido que desprenderse de lo robado? No haga apuestas altas, que las pierde.
Hemos perdido la fe en nuestros políticos, nos han arrebatado el bienestar, han pisoteado nuestra dignidad y han acabado con nuestra esperanza, solo nos han dejado el poder de la imaginación para seguir sintiéndonos vivos.
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