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Si pagas la luz te quedas sin comer


Félix Arbolí [colaboraciones].-
                                                   
Para ir del salĂłn a la cocina de casa, he de atravesar un largo pasillo. Es el que utiliza mi nieta pequeña para hacer sus correrĂ­as y ejercicios fĂ­sicos cuando pasa uno o varios dĂ­as con nosotros. Es una niña preciosa y muy activa de nueve años, que no puede permanecer quieta más de una hora. 

¡Dichosa infancia! He de reconocer que en eso no se parece a mĂ­, ya que soy más aficionado al “sillĂłn-ball”. Ha salido a su padre, que aparte de cinturĂłn negro en artes marciales, se corre todos los maratones que se organizan, incluso el de los cuarenta y dos kilĂłmetros, y no pasa un solo dĂ­a sin correr distancias que a mĂ­ me causan vĂ©rtigo y de ejercitarse en el gimnasio. No me extraña que tenga el cuerpo que tiene.

Para recorrer ese mismo pasillo que Martita hace en unas rápidas zancadas, yo necesito armarme de valor pues hace algĂşn tiempo sufrĂ­ una caĂ­da y un fuerte golpe en la rodilla y  pie derecho y desde entonces ando como un zombi. Fue en el cementerio cuando fui a llevar unas flores al panteĂłn donde se halla enterrado GarcĂ­a GutiĂ©rrez, con ocasiĂłn del aniversario de su muerte y desde entonces han sido ya varias las caĂ­das sufridas y el golpe se resiente en cada una de ellas. Ochenta y dos años os contemplan.

Consecuencias de la edad,  de la mala suerte y de tener unos huesos que parecen de cristal, no precisamente de Bohemia. Bajar los sesenta y cuatro escalones que me separan de la calle es una empresa que me resulta bastante complicada. Llevo  Ăşltimamente un mes de encierro y de soportar con estoicismo las molestias que esta pierna “de trapo” me ocasiona.

Hoy parece que me encuentro de nuevo en forma, aunque con el lógico recelo de que en cualquier momento bese de nuevo el suelo y no por devoción y respeto como hace el Papa al llegar a cada país, sino por la pérdida de un equilibrio que hace tiempo me abandonó el muy taimado.

HIBERNAR

Espero poder pasear nuevamente por la calle en esta semana y con cuidado y “buena maña”, pueda ir saludando a todo el que me encuentre y deteniĂ©ndome ante todos los escaparates como si me hallara en el paĂ­s de Alicia y sus maravillas.

La única ventaja es que la temperatura tampoco se presta a excursiones callejeras. La casa donde vivo desde hace sesenta años es de construcción antigua, techos altos y habitaciones muy amplias y orientadas de tal manera, que en verano es un horno y en invierno un frigorífico. Tenemos calefacción eléctrica y es nuestra ruina, a pesar de que solo disponemos de cuatro radiadores y no la ponemos al máximo.

Desde que Soria, el ministro canario, se ha hecho cargo de Industria, las compañías elĂ©ctricas se han vuelto locas subiendo los recibos hasta lĂ­mites que tienes que elegir entre comer caliente o permanecer congelado, como la merluza. Hemos estado pagando 175 euros mensuales de recibo a “Iberdrola” y cuando llega el año nos dicen que aĂşn nos quedan por abonar cerca de novecientos euros de demasĂ­a para compensar el exceso de consumo. Y solo la encendemos los dos meses y medio de frĂ­o invernal. 

No sĂ© quĂ© gobierno tenemos que por permitir que una familia utilice la calefacciĂłn en tan corto y necesario periodo de tiempo, la deje sin comer el resto del año. Tendremos que hibernar como si fuĂ©ramos osos”.

LA LUZ, ARTĂŤCULO DE LUJO

Las continuas sabidas del recibo de la luz por las propias compañías eléctricas, tan injustamente autorizadas por este gobierno de tan continuos desmadres, en perjuicio exclusivo del sufriente ciudadano, es un nuevo y gran error cometido por un ejecutivo que vela más por los intereses del poderoso, donde acabarán en sus consejos de administración y como asesores cuando cesen en sus cargos, que por el bienestar del pueblo gracias a cuyos votos deben el disfrutar de su bicoca.

Es lamentable que la luz, que creo hasta exportamos fuera de nuestro paĂ­s gracias a los pantanos del entonces llamado “Paco el rana”, que tuvo una visiĂłn de futuro que otros no tienen, no debe ser un artĂ­culo de lujo y preocupaciĂłn en un paĂ­s que figura entre los civilizados. Estimo que el señor Soria, ese canario al que odian en su propia tierra, deberĂ­a ser más sensible e inflexible en este tema, pues no es un lujo o un capricho fácil de omitir.

Es realmente vergonzoso que a costa de nuestros sacrificios y apuros, para no quedar  congelados o a oscuras, estas compañías amplĂ­en sus mercados allende nuestras fronteras y ganen millonarios dividendos para vivir a lo grande los listillos de siempre y sus adláteres polĂ­ticos. Esos que despuĂ©s de saquear nuestras arcas, se acomodan en los privilegiados puestos  que las compañías a las que han favorecido tan descaradamente, les tienen reservados. 

De todas formas, es tanto el frĂ­o que invade la casa cuando no encendemos la calefacciĂłn, que más de una vez he creĂ­do cruzarme en el pasillo con un pingĂĽino que llevaba hasta bufanda. AsĂ­ que a seguir pagando indemnizaciones millonarias a tantos chupĂłpteros que viven a mi costa, antes que verme en hibernaciĂłn como los osos, un plantĂ­grado al que solemos imitar cada vez que votamos a los corruptos de turno para que sigan llevándoselo a nuestra costa. 

1 comentario:

  1. Este gobierno a lo peor, a tenido que hacer lo que ha hecho por culpa del derroche de los suyos y de "otros".
    Le va a costar un disgusto en las prĂłximas BOTACIONES.

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