Desconcierto total

Francisco M. Navas [colaboraciones].-

Los últimos acontecimientos protagonizados en España por la clase política de siempre nos dejan a todos, cuando menos, boquiabiertos. De una parte, el presidente de Cataluña se saca de la manga el segundo adelanto electoral sin dar una sola explicación de porqué no se dedica a resolver en su tierra los múltiples problemas económicos y sociales derivados de la crisis y del despilfarro de sus antecesores, o a dar explicaciones fiables sobre la corrupción de su partido, con el exhonorable y toda su familia a la cabeza.

Pareciera estar únicamente obsesionado en pasar a la historia como el líder inequívoco e indiscutible de una posible independencia de su comunidad autónoma, algo más que incierto y a todas luces improbable, visto lo visto.

De otra, Izquierda Unida, que se debate internamente entre la cohesión doctrinaria y rígida del Partido Comunista y el resto de mini partidos que la completan como un batiburrillo repleto de tensiones y enfrentamientos personales y que, a pesar de estar continuamente presumiendo de ser la esencia de la izquierda en este país, no tiene otra ocurrencia que dedicarse a ningunear al gobierno socialista de Andalucía, del que participa minoritariamente gracias a la escandalosa pérdida de votos del PSOE en las últimas elecciones autonómicas y al ascenso de los votos del PP, sabiendo, como saben de antemano, que ellos nunca serán alternativa de gobierno en solitario para los votantes españoles, por lo menos en los próximos cincuenta años.

No se queda atrás el Partido Popular, reprendido a cogotazos por la Unión Europea a causa de las devoluciones en caliente en Ceuta y Melilla y por su continua trasgresión de los derechos humanos en las fronteras.

LOS “OLVIDOS” DE COSPEDAL

Con una Cospedal que se “olvida” de que tenía que haber declarado en Toledo una finca de doce mil metros cuadrados y su consiguiente edificación de más de seiscientos metros en su interior porque, total, “no tiene ningún valor”, mientras todo el partido tiembla, incluido Mariano, con la salida de prisión de Bárcenas.

El cual, supongo, dado el trato recibido por quienes él no hace mucho empapelaba con sobres llenos de dinero, llevará todo este tiempo en prisión afilando la lengua para comenzar a aparecer en cuantas tertulias lo reclamen, a fin de poner a parir a quien le dé la gana, en vivo y en directo, haciendo, de camino, algo de caja. 

Y remataremos, cómo no, con el PSOE, que tras habernos dado la tabarra durante meses con eso de que ellos y sólo ellos son los que practican la democracia interna en su partido, con ese amago de primarias que tienen un tufo de amaño que tira para atrás, ahora nos muestra una permanente mueca, lo más parecido a una sonrisa, intentando disimular que su flamante líder, elegido hace unos pocos meses, se les ha quedado chico, porque se ha desviado peligrosamente en sus múltiples apariciones en los medios de comunicación hacia un personalismo prepotente y un culto a su propia personalidad, olvidando que quienes lo han puesto ahí no son los militantes, como él se cree, sino los barones (bonita palabra para un partido socialista).

LIDERESA DÍAZ

Es decir, los que realmente mandan, los que despachan por su cuenta cuando quieren con quien les da la gana y los que en realidad ponen o quitan líderes de un plumazo, en el mismo momento en que intenten dejarlos a ellos mismos al margen y fuera del control del partido.

Y de remate, Susana Díaz, que aspira a ser la lideresa indiscutible del mundo mundial, aunque donde decía digo dice ahora Diego, pasando de llenarse la boca en alguna que otra tertulia con aquello de agotar su mandato en Andalucía a prenderle fuego, acto seguido, a la mecha de las elecciones anticipadas, porque, atentos, al enemigo ni agua, y resulta que ahora se dan cuenta de que el enemigo es Izquierda Unida o desunida, qué más da.

Comprendo la pasmosa tranquilidad de Podemos, a pesar de los trenes de porquería y juego sucio que les sacarán de aquí a las elecciones autonómicas. La talla política de sus líderes, en comparación con tanto barón, tanta duquesa y tanto marqués venido a menos, reluce como el oro y continúa dejando caer mensajes que calan en la gente, mensajes sencillos, acertando cada día en proclamar en voz alta lo que todos pensamos, eso sí, a diferencia de los anteriores, desde una impoluta, hasta ahora, limpieza política que no se les puede negar.

SÁLVESE QUIEN PUEDA

Cada vez que aparece en los telediarios cualquiera de estos personajes que hemos citado anteriormente, sean barones o baronesas, condes o marquesas, líderes o lideresas, Podemos aumenta y seguirá aumentado su cuenta corriente de futuros votos, para desesperación de los que ven cómo se mueven sus sillones, sus prebendas y cómo se les va acabando el cuento.

Ya pueden esforzarse en parecer ahora con su disfraz de cordero, porque han tenido muchos años de gobierno repartido entre dos para, si no solucionar del todo, paliar en lo posible los múltiples problemas que llevan aquejando a la ciudadanía de este país desde hace tantos años. Ellos han escogido libremente comportarse como lobos y tendrán su fin como tales. 

El desconcierto, cuando no existen fundamentos éticos, precede casi siempre al “Sálvese quien pueda”. Nos ha tocado vivir una época apasionante, en la que se abren políticamente una serie de horizontes que hace un año ni siquiera imaginábamos. Los que estamos abonados de espectadores al terremoto y la posterior debacle que están por venir no tenemos nada que perder y sí mucho que ganar. Disfrutemos, pues del desconcierto.