La Copla española está de luto
Félix Arbolí [colaboraciones].-
Ha muerto una de las más grandes intérpretes de la copla española: Carmen Morell. Era una buena amiga mía. Tenía 91 años y hacía tiempo que no sabía de ella. Creía, incluso, que ya no estaba entre nosotros, porque de los amigos de entonces, cuando yo era un periodista activo y muy conocido, deben quedar ya muy pocos. Cualquier día, alguien que me aprecie, escribirá unas líneas en mi memoria.(FOTOS: Carmen Morell con Pepe Blanco. El vídeo es de la película "Amor sobre ruedas").
Es el pensamiento lógico de los que ya hemos rebasado la barrera de los ochenta y cada nuevo amanecer es

Los próximos son ochenta y tres, una cifra que resulta inalcanzable para una gran mayoría. A veces reflexiono sobre los sueños que me gustaría hacer realidad y las metas que me ilusionaría alcanzar y me duele llegar a la conclusión de que, en mi caso, más que objetivos resultan ya quimeras.
La muerte de un ser con el que he convivido, al que he tratado y del que he sido amigo, me hace pensar que soy superviviente de un mundo que ya es pasado. ¡Hay tantos muertos en mi lista! La de Carmen, mi querida amiga, ha sido una ausencia sentida y la causa de que me asalten recuerdos muy entrañables en mi vida profesional y personal.

Rosa (su auténtico nombre), era hija de un albaceteño y una valenciana, catalana de nacimiento y artista por vocación y méritos indiscutibles de la copla española al estilo de la gran Concha Piquer. Yo la entrevisté en varias ocasiones e ignoro el por qué, nos hicimos grandes amigos.
Hasta el extremos de que cuando me ofrecieron un homenaje popular en mi barrio del Camino Viejo de Leganés, con asistencia de artistas y compañeros de prensa como participantes, ella se ofreció como madrina del acto y compartió conmigo el escenario y la velada.
Ya había finalizado su relación sentimental y profesional con Pepe Blanco, otra gran figura muy popular en aquellos años, Carmen tuvo a su lado un buen representante que creo llegó a convertirse en su pareja sentimental. Era muy agradable y siempre procuraba que ella obtuviera el respeto y la admiración que se

HUELLA IMBORRABLE
Luego, cuando me dediqué a la hostelería y posteriormente librero -desafortunadas decisiones-, abandoné el gremio de la pluma y sus contactos y no nos volvimos a encontrar en ninguna otra ocasión. Hoy sé de ella lo que nunca quise saber, que se ha marchado para siempre tras cinco años de senilidad en una residencia valenciana. Mejor que no supiera de ella, no me la imagino, ni quiero, como anciana y con demencia senil.
Cinco películas, que yo recuerde, multitud de discos, numerosos conciertos y actuaciones y una popularidad arrolladora por su arte, simpatía y reconocida belleza, han dejado una huella imborrable en el firmamento artístico y la historia de nuestra copla.
Entre sus amigos, una pena enorme y el recuerdo de una época que considero como una de las más importantes y felices de mi vida. Cuando el quehacer de cada día era un regalo continuo y cada amanecer una caja de sorpresas, todas ellas agradables. La etapa en que encontré mi sitio y mi destino. Descansa en paz, querida y admirada amiga y goza del cariño y la admiración que aquí tuviste en ese ignoto lugar donde vamos y tú ya conoces.
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