¡Justicia, por favor!

Josefa González [colaboraciones].-

¡Vecinos de Chiclana!: Me llamo Josefa González, viuda de 83 años, natural de Chiclana de la Frontera, con 9 hijos, y machacada de luchar en el campo. Llevo mucho tiempo impedida y llena de una gran amargura e impotencia por no poder cantarles las cuarentas a más de uno. Comprendan que no sea yo quien dé forma a estos párrafos, pues no tengo los estudios necesarios para poner estas letras en orden.

Gracias a mis hijos, que han logrado que todos mis pensamientos tomen forma en este escrito, puedo contaros una historia tan verídica, como que no saldré viva de este mundo, una historia que os ayudará a comprender muchas cosas de las que pasaron y pasan actualmente en nuestro pueblo.

Llevo toda la vida luchando en el campo para dar de comer a mis hijos, y he podido observar cómo la sociedad se ha ido deteriorando irremediablemente en busca de una vida más agradable, y se ha metido de cabeza en un berenjenal, del que creo, no saldrá, o por lo menos no saldrá con dignidad.

Digo esto, porque de mi crianza en el campo os puedo decir que pasamos muchas necesidades y penurias, pero las personas podían confiar en las personas, se podía VIVIR, con mayúsculas sí, y a pesar de las escaseces encontrábamos la felicidad más a menudo que hoy. Veo cómo las gentes que me rodean consiguen la felicidad haciéndose un montón de kilómetros para ir a visitar esos pueblitos, que me cuentan, les recuerdan a nuestro querido pueblo de Chiclana, antes de convertirse en otro grano de arena de este desierto deshumanizado.

Mi marido y yo logramos salir adelante gracias a las tierras heredadas de nuestros padres, tierras de viñedos que tuvimos que arrancar cuando nos montamos en este tren (o nos montaron), la viña no dejaba un duro y lo poco que quedó se perdió por la mala gestión de políticos y gestores de la antigua Cooperativa de Viticultores Chiclaneros, (les hablo de los años 80).

ARRANQUE DE VIÑAS

Ironía de la vida, uno de los mayores defensores de estas explotaciones en Chiclana, fue un alto cargo político en nuestra provincia, político que en aquellos días ya sembraba su futuro en labores de locutor de radio local, defendía a capa y espada las viñas de nuestra tierra, se jactaba en alabar tan nobles cultivos, evocaba añoranzas y de paso se hacía popular ante el vecindario, incluso yo, con mi voto, ayudé a llevar a la alcaldía a su antecesor (desde entonces no voto).

Esta desinteresada labor radiofónica dio sus frutos el día que en su segunda legislatura fue elegido como alcalde de Chiclana, (en la primera fue “puesto” por su compañero de partido y anterior acalde, como ha ocurrido desde entonces con todos los alcaldes socialistas que gobernaron el Ayuntamiento).

En el periodo de mandato de este señor se depreció el cultivo de la vid a tal extremo que Chiclana perdió alrededor del 40% de sus viñedos, se arrancaron miles de cepas, “Chiclana vivirá del turismo”, decían, cuando se ha demostrado que ha vivido de la construcción, (gran porcentaje ilegal, pero construcción), pero no haciendo camas de hotel.

Durante la gestión de este gobernante se construyó la carretera de circunvalación, o sea la autovía, que no digo que esté mal, pero lo que no es consentido es que se corten caminos y cañadas y no se construyan las pasarela y puentes oportunos, que según parece estaban presupuestados, caminos todos para servicio agrícola.

Al cabo de los años, después de multitud de manifestaciones y de algún pobre campesino muerto atropellado al cruzar al otro lado, construyeron algún que otro puente.

BANQUEROS Y ESPECULADORES

Vinieron más alcaldes del mismo patrón -lo de patrón lo digo por el pie de injerto de parra de tres años, (tallo de vid sin injertar)-. Al pueblo le rendía más “el injerto socialista”, ¡vaya si les rendían!, a unos más que a otros.

¡Vecinos!, teníamos mi marido y yo tierras sobradas para dejar a cada uno de nuestros hijos su parcelita, donde poder hacer su casa y vivir dignamente con su familia, criar a mis nietos sin tener que ahorcarse en esas hipotecas de viviendas que compraron a especuladores, estas viviendas que hoy no pueden pagar, ¿cómo se puede permitir que hagan esto con nuestros hijos?

Yo, niña de la guerra y mujer de la posguerra, no he pasado tanta necesidad como pasan mis hijos hoy en día, están linchando lentamente a las criaturas, después de esas hipotecas sangrientas, el impuesto injusto del ayuntamiento, un impuesto en el que pagaban al año unos 155 € y ahora les hacen pagar esa misma cantidad cada seis meses.

¿A quién quieren engañar?, llevan años conviviendo con innumerables especuladores, incluso algunos los tienen en sus propias familias, han dejado que el tratante gane todo cuanto pueda rebañar y ahora vienen a pedir cuentas al más débil, al contribuyente por excelencia, “al pobrecito”.

Señores políticos, ¿cuándo dejareis de miraros el ombligo?, dejaros de hacer el avestruz y rendir cuentas de verdad, ¿por qué no castigan también en la misma proporción a quienes tienen mucha culpa de todo esto?, banqueros, especuladores y tratantes de poca monta, -a estos les sobra el dinero y no les importa que suban los impuestos ¿verdad?-.

ENGAÑOS CON EL BENEPLÁCITO DEL PODER

¿Dónde están todos los que se lucraron con tanta desgracia?, ¿ellos no tienen nada que declarar en este asunto?, ¿dónde estaban y están esos jueces neutrales y comprometidos con aquello para lo que dedicaron su vida profesional “hacer justicia”?

Señores, en Chiclana se han hecho infinidad de construcciones ilegales, viviendas donde hoy viven muchos de nuestros hijos, casas o cuartuchos que pagan impuestos injustos, garitos en “zona blanca”, que pagan un I.B.I. engrosado por “construcción ilegal”, cuando solo deben pagar por terreno rústico y, encima, con aguas contaminadas de fecales.

¿Dónde están aquellos que se lo llevaron calentito con la venta de estas casas y terrenos en pro-indiviso? ¿Viven en Chiclana o en el Caribe?, un montón de sinvergüenzas que no tuvieron reparo en engañar a personas nobles, honradas y honestas de nuestro pueblo, la mayoría gente de campo como yo, y a veces, y lo que es aún más grave, analfabetas.

Teníamos nuestras tierras en zona cercana al pueblo, soñábamos, como comentaba anteriormente, mi esposo y yo en dejarla a nuestros hijos para que vivieran en ella, pero bastó que nos dijeran desde la alcaldía: “Esas tierras son rústicas, y por lo tanto está completamente prohibido construir en ellas”. Bastó como digo esa advertencia, para que entre mis hijos y yo decidiéramos venderla.

Por estas fechas, desgraciadamente, ya mi esposo no estaba entre nosotros, pasó a mejor vida después de ocho años de calvario por un maldito cáncer. Él se marchó y yo quedé con las secuelas de su enfermedad en mi espalda y el dilema de vender la tierra, yo estaba mayor, enferma y mis hijos ninguno quería la tierra como forma de ganarse la vida.

ESPECULADORES

Aparecieron los sonrientes y bien plantados, todos sobre sus preciosos y caros coches, corretajistas y especuladores, -lo siento por los honrados, pero me recuerdan a buitres carroñeros-, todos representando su papel despreciativo de aquel trozo de tierra que vio nacer a seis de mis nueve hijos, ninguno ofrecía ni la mitad de lo que nosotros valorábamos aquel trozo de nuestras vidas.

Nos desprendimos de la tierra, “es que es rústica” decían, o sea que solo sirve para criar patatas, y así nos pagaron, cuatro cuartos que sirvieron para que al menos, algunos de mis hijos dieran la entrada para una casita, casita con hipoteca de treinta años, que ¡oigan ustedes!, están construidas en parcelas rústicas que dos años antes estaban criando trigo, y por lo tanto ilegal ¿no? No me lo podía creer.

Pero no piensen que esto es grave, puesto que lo habrán gestionado nuestros “honrados” gobernantes y ellos tendrán sus razones para no haber visto estas ilegalidades, yo pienso que si haces una fogata para quemar cuatro ramajes y a los cinco minutos está allí la policía multándote, ¿cómo puede ser que se levanten construcciones y construcciones, con callejas en las que no cabe una moneda de pie, y, nadie de nuestros gobernantes se haya dado cuenta de que se ha levantado otro pueblo chiclanero que está fuera de la ley?

¿Pero esto se podía hacer señores gobernantes? Para que luego, cuando todo este
caos no tenga fácil arreglo, vengáis vosotros, políticos, e intentéis arreglarlo todo sancionando al último, al que se llevó por el ansia de vivir de la única manera que le quedó, hoy lo obligáis a tener que vender la finca para poder pagar el canon de regularización que a vosotros políticos “honrados” os antoje cobrar.

CARADURAS QUE QUIEREN COGER EL SILLÓN DE NUEVO

Si hubieseis puesto coto antes y hubieran dado alternativas (para eso fuisteis elegidos y bien pagados), esto no hubiese ocurrido. ¿Saben que ocurrió con nuestra finca a los pocos meses de ser vendida? ¡Bingo! Se llenó de casitas ilegales en parcelas de quinientos metros, los especuladores le sacaron a la parcela el 1.000% de lo invertido en su compra.

Nosotros vendimos por cuatro duros, si esto se podía hacer nosotros no lo hicimos, y aquí hago un punto y aparte para deciros a todos, políticos, ciudadanos, cargos públicos, que no hago esto para vengar el que nosotros no tuviéramos el coraje o agallas para también incumplir las normas municipales.

Hoy estos políticos –la mayoría bien jubilados o situados- y su partido, están en la oposición, pero con el ansia y cara dura de volver a coger el sillón. Señores socialistas, ¿qué queréis, volver a crear otra burbuja inmobiliaria?, ¿seguir haciendo casas a las que después llamáis ilegales?, ¿tenéis ahora alguna poción mágica que hace unos años, cuando gobernasteis no teníais? Si no, díganme ustedes ¿cómo pensáis sacar de esta crisis -que vosotros mismos habéis ayudado a crear- a los ciudadanos de Chiclana?

Moriré pronto pero deseo, por la memoria de mi marido, que toda persona honrada que lea este relato, haga lo que esté en sus manos para que todas estas injusticias se dejen de cometer en nuestro pueblo y se haga JUSTICIA, que el tiempo ponga a cada uno en su sitio. Porque cuando en una sociedad se pierde la honestidad, la ecuanimidad, la imparcialidad, la honradez en una palabra, aparecerá algún politicucho o especulador, que querrá vivir como un marqués cuando no es más que un pobre diablo harto de pan.

Pongan un poco de orden en este estercolero, pues de otra manera lo conseguido con años de sacrificio no valdrá para que la sociedad siga viviendo en armonía y bienestar.