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Las otras Sirias


Félix Arbolí [colaboraciones].-

A veces la vida es un constante tormento desde el instante en que se nace hasta el momento en que se muere. Para muchos, vivir es tener que soportar esclavitud, hambre y sufrimientos. En tal caso la muerte en ocasiones se convierte en una esperanza de liberación y el final de las tribulaciones. Aunque nos parezca excesivamente duro tener que pensar así.

Hay seres, no muy lejos de nosotros, en los que vivir les supone una lenta y sacrificada andadura que les hace anhelar el fin de tan duro agotamiento y el principio de un mundo mejor y maravilloso, que les han inculcado y en el que creen sin la menor duda. Es su antídoto para poder aguantar tan duro  y constante padecimiento.

El drama de la tragedia humana nos acompaña diariamente. Preside nuestros desayunos y despide nuestra jornada cuando nos vamos a dormir. Lo vemos y oído cada día y ya no nos inmutan esos dramas que nos parecen lejanos y ajenos, pero deberían ser  considerados cercanos y propios.

Son tantas las tristezas y amarguras que llenan nuestras retinas y remueven  nuestros sentimientos, que las oímos como si fueran leyendas salidas de una mente calenturienta o exageraciones interesadas para incrementar nuestra generosidad. 

INDIFERENTES ANTE EL DOLOR Y LA MISERIA

Estamos tan familiarizados con el dolor ajeno que es un caso excepcional que nos preocupe. Ha de suceder una tragedia de proporciones alarmantes o extremada dureza para que se iluminen los ambientes solidarios y se organizan campañas especiales, para atajar ese mal tan específico, y hacemos oídos sordos a los que a diario y sin  tanta publicidad,  sufren millones de seres por el hecho de haber nacido en un país donde la crueldad tiene su trono, practican una creencia religiosa determinada e intransigente o han nacido donde el hambre tiene un asiento permanente. 

Casos tan dolorosos y algunos hasta mucho más, que ése que con tanto entusiasmo, sanas intenciones y constantes esfuerzos tratamos de aliviar. Sé desde que llegamos a este valle que llaman y con razón de lágrimas y empezamos a razonar, que hemos de soportar  desigualdades sociales y económicas que nos hacen diferentes  unos de otros, aunque todos vengamos de la misma manera y debamos tener los mismos derechos. 

No hace falta llegar a la vejez para darse cuenta de este disparatado modo de vivir que hemos elegido y ese rencor, indiferencia y violencia con la que con tanta frecuencia nos comportamos y tratamos a nuestros semejantes más urgentemente necesitados.

No sería necesaria esa solidaridad ocasional si fuéramos conscientes desde el primer instante de nuestro caminar por la vida, de que nadie debe permanecer indiferente ante el dolor, la tragedia y la amargura de otros, sean del color que sea su piel, la procedencia de su origen o las circunstancias en que se desenvuelven ajenas a su voluntad.

LO QUE CONSIGUE UNA IMAGEN

Vivimos la tragedia a salto de rana. Hoy nos conmueven los refugiados sirios y parece que salvándolos a ellos desaparecen todos los problemas y aquietamos nuestros remordimientos.

Que una reportera bruta y despiadada ponga una zancadilla y haga caer a un hombre que corre asustado ante la violencia que se ha desatado con su hijo en brazos, nos sobrecoge a todos y rápidamente nos hacemos eco de la situación del afectado,  al que consideramos casi un héroe y lo traemos a España con todos los honores y prestezas,  porque se trata de un entrenador de fútbol.

No solo le facilitamos residencia, trabajo y papeles, sino que iniciamos con rapidez los trámites para traernos al resto de su familia. Si en lugar de entrenador de fútbol, es agricultor, camionero, vendedor o cualquier otra profesión no tan popular, seguro que no se dan la misma prisa y consideración.

Nada hubiera pasado, salvo la publicación de la foto como un reflejo más de la barbarie humana, sin preocuparnos de tantos millones de seres en iguales y hasta peores condiciones, sin sentir una mínima vergüenza al ignorarlos. No es que esté contra la ayuda a esta familia, Dios me libre, sino que pretendo sensibilizar a los lectores, haciéndoles ver que existen millones de seres que nos necesitan por igual y no les prestamos la misma atención.

MUCHAS SIRIAS EN EL MUNDO

No solo son los sirios los que sufren las embestidas de los salvajes que dominan la Tierra, hay muchos pueblos en África que viven en permanente penuria y esclavitud y estos no salen en la prensa, ni se reúnen los dirigentes de países desarrollados para ayudarles. 

Y las ayudas de Cruz Roja, Cáritas, “Médicos sin fronteras” y otras organizaciones sin ánimo de lucro, pero ricas en generosidad, no son suficientes para atajar tanto mal. Hay enfermedades que son fáciles de curar y eliminar con unas simples pastillas de las que disponemos en abundancia y nadie mueve un solo dedo para abastecerlos de esa “píldora” prodigiosa, dejando que mueran ante nuestra desidia e indiferencia.

“Los millones de ganancias en algunas industrias farmacéuticas, se verían mermados y esto es inadmisible para la empresa”. 

De esto tampoco habla la prensa, ni los Estados poderosos les ofrecen las ayudas necesarias.

Hay mucha hambre en el mundo y demasiadas guerras programadas por los grandes países que ambicionan sus riquezas y tratan de mantenerlos ocupados provocando continuas luchas entre ellos.


GUERRAS, ÉXODOS Y EPIDEMIAS

Porque estas guerras, éxodos, hambrunas y muertes innecesarias, se han extendido como epidemia por todos los rincones del mundo  y donde antes existían países tranquilos, con abundante riqueza económica y arqueológica y una historia brillante que se remontaba a los albores de la Humanidad, hoy solo se ven escombros ensangrentados,  bombas que estallan donde más muertos puedan producir y una serie de dirigentes  egoístas que ha provocado la tragedia y miran para otro lado.

Y no solo es Siria la mártir, hay otras muchas de las que nadie se acuerda o quieren mencionar, que llevan mucho más tiempo sufriendo y muriendo lentamente sin que los hombres que hoy se reúnen y discuten para tratar a los que proceden de Bagdad, los ignoran por completo. ¿Por qué son solo estos refugiados los merecedores de esta empatía generalizada? Es la pregunta del millón.

¿Qué pasará si el resto de países que sufren al ver el efecto y la compasión que han inspirado los sirios, hacen igual y se lanzan en tromba por los caminos que conducen a Europa, esperando el mismo trato e idéntica compasión? 

5 comentarios:

  1. Bagdad capital de Irak, Damasco capital de Siria. Y no son sólo Sirios los que llegan a Europa, sino de varios países de Oriente Medio y del norte de Africa.

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  2. Es una invasion organizada y pagada para destruir Europa , no se dejen manipular por los mass mierda .La Moreria con sensibleria entra....y despues nos rebanaran el pescuezo.

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    Respuestas
    1. Sin contar que el famoso entrenador tenía en su perfil de facebook fotos de el con la bandera negra del estado islámico

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  3. Según informaciones de los luchadores kurdos contra el estado islámico. El refugiado entrenador de la patadita, pertenece al Frente Al Nusra. Es decir: Al Quaeda.

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  4. Son sus costumbres y hay que respetarlas !! , ademas vienen a pagarnos las pensiones y eso.

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