Las elecciones del miedo y el rencor

Félix Arbolí [colaboraciones].-

Acabo de recibir en casa las papeletas ya marcadas del Partido Popular y el PSOE. Junto a ellas un escrito prometiendo una vida paradisiaca si les votamos. Las promesas de los políticos son tan poco fiables como las ganancias que prometen los del “tocomocho” callejero.

Lo que ocurre es que nunca falta el tonto que cree haber encontrado la solución a sus problemas y no se da cuenta que sus verdaderos problemas empiezan cuando ese “salvapatria” se instala en la Moncloa.

Parece una perogrullada, pero en este país y en eso confían nuestros avispados políticos,  hay bobalicones suficientes como para llenar muchas urnas con las papeletas que les llegas y sin leer y pensar lo que hacen  y las consecuencias que pueden ocasionarle, las utilizan para votar. 

Lo consideran más cómodo y menos complicado. Si no, no se explica su envío por parte de los partidos. Saben que existe un buen porcentaje que andan porque ven andar y siguen el rumbo que les marcan los “listos” del cotarro.

BUITRES POLÍTICOS

Leerse el mamotreto que las acompaña, es tan poco fascinante como los impresos de la declaración de la renta. No se puede meter tanta paja y tanto engaño al incauto que cree va a descubrir un nuevo mundo. Y quizás tengan razón, ya que lo van a descubrir y comprobar en cuanto suban al poder los “buitres” políticos a los que han creído y votado.

Luego vendrá la hora de los lamentos y desengaños, cuando maldigan la hora en que les hicieron caso y se acuerden no de buena manera de los antepasados de esos profesionales del “truco o trato” aunque los pobres no hayan tenido culpa de que el fruto de sus entrañas, se haya convertido en auténtica y voraz piraña,

Yo a estas alturas aún no tengo decidido mi voto. Soy el único de la familia que no tiene nada claro el panorama. Me figuro que como otros muchos españoles. Mi mujer y mis hijos ya tienen sus opciones y me toca soportar una y otra vez  sus motivos y razones intentando exponerme las conveniencias de sus elegidos, que yo no las veo tan claras. A la hora de votar, olvido ideales y obsoletas lealtades.

Hay que olvidar esas cuestiones, pues posiblemente, los que dicen representar nuestras ideas son los menos merecedores de nuestra confianza. Que de santos ya tenemos llenas nuestras iglesias. No me importa que el candidato sea de la llamada derecha o izquierda, -denominaciones en las que no creo-, ni me supone garantía alguna que sea de misa diaria o de los que no pisan una iglesia. Lo único que pido es que no se ataquen unos a otros por ideales y cuestiones religiosas.

DESPRESTIGIAR AL ADVERSARIO

Estos sentimientos personales no deben influir a la hora de votarlos  El respeto al adversario, siempre que no perjudique a la mayoría, debe ser esencial para saber elegir a nuestro candidato. En estas elecciones estamos hartos de que los aspirantes a gobernarnos, se dediquen durante sus campañas a desprestigiar al adversario, como arma más eficaz, en lugar de exponer lo que piensan hacer para solucionar nuestros problemas.

Sus mítines consisten en atacar y airear los errores ciertos o inventados del más fuerte adversario, porque no tienen propuestas e incentivos que ofrecer. Son como peleas de vecindonas mientras tienden sus ropas.

Otra cosa importante es ver los antecedentes de unos y otros, pero no me refiero a los políticos, ya que en toda sociedad debe haber disparidad de criterios, sino a los sociales, a su honestidad y honradez y a su manera de ir por la vida procurando el bienestar general.

Examinar bien su currículo, pero no el que ha “inventado” su jefe de prensa y campaña, sino el que descubrimos cuando ya es demasiado tarde para dar marcha atrás o enderezar el entuerto. Intentemos ir a unas elecciones que no estén marcadas por el rencor acumulado en una guerra y unos fanatismos ya desfasados. Dejar esos episodios al arbitrio de la historia. Con rencores y miedos, no se puede acertar en la elección de los nuevos dirigentes. Seguiremos construyendo trincheras en nuestras vidas. 


PAGAR LUJOS AJENOS  

Solo debemos buscar y confiar en el que viene a dar ejemplo y testimonio con su vida, de que va a realizar su misión empeñado en conseguir el bien común y la defensa y protección  de los que nada tienen y lo pasan peor, sin que sigan pagando los lujos ajenos a costa de su miseria y su tragedia. No me importa que sus criterios y afinidades políticas sean distintas a las mías.

Uruguay  ha tenido al mejor presidente de su historia en José Mujica, un comunista convencido, que había sido dirigente del grupo guerrillero de los Tupamaros. ¡Ojalá podamos encontrar un político de ese temple, generosidad,  honradez y eficacia en nuestra España!.. Y conste que no soy comunista, pero yo lo votaría sin la menor vacilación.

Que se lo pregunten a Juan Carlos, que estuvo en su humilde vivienda, junto a su inseparable perra, con motivo de su viaje al país hermano para la investidura del nuevo mandatario. ¿Es que España no tiene un Mandela, Gandhi, Mujica o alguno de su talla para que podamos recuperar nuestros perdidos valores y vivir tranquilos, aliviados y sin  problemas?

SABER QUIÉN ELEGIR

Yo no he leído esa “canción del pirata” en su nueva versión que adjuntaban a las papeletas, ni tampoco las he guardado,  aunque si he mirado los nombres de los que se presentan al Senado en los distintos partidos. Es donde voto con la confianza y tranquilidad de elegir a una persona que me parece la más idónea, sin tener que someterme a una lista, donde hay nombres que yo borraría sin la menor duda, que me impiden votar al resto de sus compañeros.

Además, el voto único que exigen los partidos a sus diputados y senadores nos dan a entender que estamos pagando una serie de sueldos y prebendas que no hacen falta para nada, ya que solo habla el portavoz y votan lo que les indica el jefe.

Estamos pagando cantidades exorbitantes por mantener sin oxidarse a una serie de costosos robots. ¿Saben que Alemania, más rica y con el doble de extensión y población, tiene menos de la mitad de diputados que nosotros?