Erre que erre

Francisco M. Navas [colaboraciones].-

Se han publicado los datos del paro del pasado mes de marzo, y ha faltado tiempo para que salgan en tromba los voceros del Partido Popular en todos los informativos señalando que estos datos son peores que los del año pasado…porque aún no tenemos nuevo gobierno.

Parece mentira la poca talla moral que tienen nuestros políticos. Menos decir la verdad, cualquier cosa es buena con tal de difamar al contrario y excusar los errores propios. Si no fuera porque estos falsos mensajes, reiterados hasta la saciedad, van calando en muchas personas de bien que aún se creen a pie juntillas lo que los diferentes portavoces de nuestros partidos políticos manifiestan con la más absoluta de las desvergüenzas, tal vez ni siquiera me hubiera molestado en escribir estas líneas, porque cualquiera acaba cansándose de soportar que se nos considere a la ciudadanía española como un inmenso rebaño de tontos, cuyo único desahogo consiste en votar cada cuatro años. 

Les diré lo que pienso: es incomprensible que el pasado mes de marzo, con toda una Semana Santa de por medio, se hayan creado menos puestos de trabajo que en el mes de marzo de 2015, que tuvo que compartirla con abril, a no ser porque estamos sufriendo un nuevo frenazo en la economía española, europea y mundial.

Posiblemente la crisis económica china, en un mundo globalmente interrelacionado,  tenga más que ver con el parón económico que estamos notando desde principios de 2016 que la cara de Alberto Garzón, la coleta de Pablo Iglesias, o la afición por el baloncesto de Pedro Sánchez.

PARTIDO POPULAR DESCABEZADO

El Partido Popular anda descabezado, con un presidente de partido y de gobierno desaparecido en combate que, sin embargo, nos confiesa públicamente sin pudor que cuando tiene que enfrentarse a alguien o a algo, simplemente se pone de perfil, porque así es más feliz. Yo no sé cómo puede dormir siquiera por las noches con el destrozo que ha producido en este país en los últimos cuatro años.

Si con la última legislatura de Zapatero el paro comenzó a dispararse, él, con sus políticas económicas, lo elevo hasta casi los seis millones. Si con Zapatero la deuda española se situaba aproximadamente en el sesenta por ciento del producto interior bruto de España, él, con sus políticas económicas, la ha elevado hasta casi el cien por cien del producto interior bruto.

Unos trescientos mil millones más, nada, una bagatela. Si la caja de reserva de la Seguridad Social se cifraba en más de sesenta mil millones de euros, él, con sus políticas económicas, ha conseguido reducirla a la mitad o menos.


MENTIR SISTEMÁTICAMENTE A LA GENTE

Eso dejando de lado la subida de impuestos, la amnistía fiscal de nuestro inefable e incomparable Montoro, que se desvía diez mil millones en el presupuesto y le echa la culpa a otros, los recortes drásticos en Sanidad, Servicios Sociales, Educación, privatizaciones, corrupción generalizada y un largo etcétera que no merece la pena pormenorizar, porque se nos acaba poniendo mal cuerpo a todos.

Todo está calculado para mentir sistemáticamente a la gente y, si es posible, meterle miedo, porque si a la hora de comer los telediarios cuidadosamente elaborados por nuestros profesionales de la información se convierten en un rosario de desgracias, de miserias, de noticias que acaban revolviéndonos el estómago, cuando llega la sección del tiempo, o de los deportes, suspiramos aliviados y nos decimos a nosotros mismos: en España se vive estupendamente, España es un gran país de españoles y “mucho españoles”.

Estamos mucho peor que hace cuatro años en todos los sentidos, pero, además, como los enfermos incurables, sin expectativas de mejorar. En Andalucía se felicitan Susana Díaz y sus acólitos del descenso del paro el pasado mes en unas seis mil personas.

CINCUENTA MIL ANDALUCES EN PARO

Teniendo en cuenta que más de novecientos cincuenta mil andaluces y andaluzas están en paro, a este ritmo de creación de empleo, sostenido en el tiempo, tardaremos más de diez años en acabar con esa lacra social que desespera a tantas familias. Si los políticos dejasen de cobrar su sueldo hasta tanto no solucionasen definitivamente el problema del paro, otro gallo nos cantaría.

Yo he descubierto un sistema para reencontrar mi paz interior y, de camino, no hacerle el juego a semejante pléyade de mamarrachos: el uso del botón de encendido y apagado del televisor. Cuando aparece en la pantalla la cara de cualquiera de estos mentirosos compulsivos, le doy al botón y apago la tele.

Desde que practico esta técnica elemental que les recomiendo, almuerzo más tranquilo, digiero mejor las comidas y salgo a la calle con una envidiable media sonrisa en la boca. Pruébenlo y verán cómo les cambia la vida. No hay mejor remedio frente a un mentiroso que taparse los oídos. Y mirar para otro lado. Medicina santa.