Juerga en el cielo y llanto en la Tierra
Félix Arbolà [colaboraciones].-
Ha muerto Dolores Vargas, “La Terremoto Gitana”, a los ochenta años. No podĂa soportar más la ausencia de su guitarrista, marido y primo, el hombre de su vida. Me figuro que a su llegada se habrá organizado una enorme fiesta celestial, cuando esta gran artista, acompañada por la magia de la guitarra de Pepe CastellĂłn, se haya lanzado a cantarle a toda la Corte Celestial su inolvidable “AchilipĂş”, que la convirtiĂł en mito internacional. ¡Dios mĂo, quĂ© solos se quedan los vivos!
Yo era amigo de su hermano, el llamado “PrĂncipe Gitano”, que tenĂa a las mujeres de su raza y de las que no lo eran, enfervorizadas. Era una persona extraordinaria y una gran figura de nuestro arte.

En el cafĂ© existente frente al “Teatro CalderĂłn” de Madrid, que no sĂ© si aĂşn continuará, solĂamos reunirnos y compartir unos gratos momentos de anĂ©cdotas, aventuras y todo cuanto en esos dĂas acaparaba nuestra atenciĂłn. Siempre fue un hombre correcto, muy simpático y de grata conversaciĂłn.
¡Cuántas personas, amigos, conocidos y partĂcipes de mi vida he de ver desaparecer y casi todos más jĂłvenes que yo! Posiblemente, pienso, que Dios quiere que me quede más tiempo para poder dar testimonio y hacer los panegĂricos de los que nos han dejado y se han ido a descubrir ese ignoto lugar donde dicen esperan muy gratas sorpresas.
TSUNAMI DE JUERGAS Y EMOCIONES EN EL CIELO
A ese inimaginable “tablao” donde “La Terremoto”, a los compases de la guitarra de su hombre y con aires celestiales, habrá empezado sus divinas juergas.
Descansa en paz y demuestra a tus tan especiales clientes, que se puede tener mucho arte y una gran bondad, independientemente de la raza y procedencia de cada persona o artista.

Seguro que tu marido, Pepe CastellĂłn, que te acompañaba con la magia de su guitarra en tus intervenciones artĂsticas y en todos los momentos de tu vida, vuelva a acompañarte y rasgue su guitarra por peteneras, que allĂ sonarán como alegrĂas.
A las alturas lanzo un beso y un abrazo que espero te lleguen. Mientras, de mi boca brota un “olĂ©”, porque estoy seguro que tu voz, tu cante, tu arte y tu gracia, no desaparecerán nunca.
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